Bus Nerín - Mirador de Ciarracils - Góriz - Brecha de Rolando - Refugio de Serradets - Puerto de Bujaruelo - Puente de Bujaruelo

No hacer esta ruta en invierno, esta ruta está hecha en verano con condiciones climatológicas favorables, consultar las previsiones meteorológicas.

Solamente se me ocurre una palabra para calificar esta ruta, y la palabra es descomunal, tiene todos los alicientes para ser una ruta de las que no se olvidan, de las que siempre se recuerdan de las más completas y maravillosas que he hecho hasta ahora.
Llevaba tiempo pensando como podría hacer la gran Brecha de Rolando de una manera que fuese diferente, ya que casi todas las rutas que había mirado subían desde el lado francés y bajaban por el mismo lugar, así que mirando rutas y mirando posibilidades, surgió la posibilidad de realizar una travesía en toda regla, pero para ello necesitaba una logística difícil de conseguir.
Ya que estábamos pasando unos días en Torla le comenté la posibilidad de realizar esta ruta a unos amigos y sin dudarlo aceptaron ya que también ellos tenían muchas ganas de atravesar la Brecha de Rolando.
Así que la noche anterior de la realización de la ruta, dejamos un coche en el parking del camping de Bujaruelo lugar donde al día siguiente terminaríamos la ruta.
A la mañana siguiente muy temprano nos vienen a recoger para subir hasta Nerín dónde a las 7h en punto sale un autobús en dirección a los miradores de Ordesa, en la ruta anterior he grabado el trayecto del Autobús y pongo toda Información necesaria para quien quiera coger este autobús.
De esta manera el autobús nos deja poco después de las 7:30 de la mañana en pleno Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido donde comenzamos nuestra travesía.
Con algo de niebla comenzamos a caminar cuesta arriba y con una temperatura fresca y muy agradable vemos como poco a poco el sol va saliendo, en apenas un kilómetro tenemos para mí uno de los platos fuertes del día, el mirador de Ciarracils, hay que estar atento ya que no está indicado en ninguna parte pero sin duda no hay que dejar pasar este punto de la ruta ya que es un gran mirador dónde podemos ver todo el valle de Ordesa por un lado, y hasta la cascada de la Cola de Caballo por el otro, las Tres Sorores, con el gran Monte Perdido presidiendo el paisaje, es una visión que no te dejará indiferente y no podrás olvidar, hoy tenemos algo de nubes lo cual nos quita algo de visibilidad pero aún así es una vista que yo creo que nunca olvidaremos, vemos como el sol va saliendo y las nubes juegan con el paisaje, las primeras luces del día hacen que sea una visión muy especial y alucinante.
Después de este primer plato fuerte de la jornada continuamos nuestro camino por senderos fresados justo por el borde del acantilado del valle desde en todo momento tenemos una visión extraordinaria mires hacia dónde mires, pasamos por todo tipo de terreno desde pedregoso con alguna pequeña grimpada sin ningún tipo de peligro hasta por prados verdes como por ejemplo Cuello Gordo donde nos espera una niebla intensa que no nos deja ver nada delante de nosotros, ya veíamos esta nube desde el mirador de Ciarracils así que no nos pilló de improviso una vez pasado Cuello Gordo seguimos bordeando el acantilado y vemos como el valle de Ordesa está a nuestra espalda, imponente, impresionante, a medida que nos vamos acercando al refugio de Góriz, vemos la cascada de la Cola de Caballo desde arriba, se ve muy pequeña y en esta época del año lleva poca agua, aún así es una de las cascadas más bellas del Pirineo, sin duda este tramo desde el mirador de Ciarracils hasta el refugio de Góriz es de una belleza extraordinaria.
Llegamos al refugio de Góriz, que tantas veces había visto en fotos y en vídeos, y nos llevamos la gran sorpresa de que a las 10 de la mañana cierran, supongo que para limpiar o para hacer trabajos internos, sin duda no lo esperábamos, estábamos deseando tomar un café con leche calentito que no habíamos podido tomar en toda la jornada, pero no pudo ser, también decir que hay un grifo con agua potable para rellenar la botella que siempre va muy bien.
Aquí comemos por primera vez algo para reponer fuerzas, hasta ahora ha sido una ruta bastante plana con subidas y bajadas pero nada importante sin embargo a partir de aquí ya empieza el verdadero ascenso hacia la Brecha de Rolando, nada más continuar el camino después de Góriz tenemos una primera subida que hace que despierten nuestras piernas y que nos recuerde dónde estamos realmente, en alta montaña.
Continuamos por sendero fresado después de esta primera subida y llegamos a un punto donde no vemos nada claro el camino pero vemos que tenemos que seguir unos hitos qué hacen que tengamos que subir por las rocas, es una grimpada fácil pero algo complicado de ver, hay que estar muy atento, después de esta grimpada continuamos por sendero bastante fresado y pasamos por el humedal de Faixa Luenga, con unas vistas impresionantes e increíbles, vamos subiendo de manera continuada hasta llegar al Collado del Descargador, desde aquí vemos el gran Plano de Millaris una superficie enorme que dejamos a nuestra izquierda y continuamos camino de la Brecha de Rolando por sendero fresado.
Poco después cogemos un sendero muy pequeñito hacia nuestra izquierda ya que nuestra intención es evitar el paso de los Sarrios, y poco a poco vamos subiendo hacia el Collado de Millaris, dónde podemos ver claramente el Dedo (la falsa brecha), y por poco pero también vemos por primera vez la Brecha de Rolando, es un lugar mágico sin duda, también vemos el humedal de Millaris abajo una gran explanada impresionante, esta es una zona de la cual no había obtenido mucha información en internet así que para mí era algo muy interesante, a partir de este punto seguimos el sendero hacia nuestra derecha que nos hace bajar unos cuantos metros para empezar a subir de forma caótica en un primer momento donde sorteamos grandes bloques de piedras blancas y no podemos dejar de seguir los hitos que nos marcan el camino, es una subida muy impresionante bastante dura con alguna grimpada, parando a ver por dónde nos llevan los hitos, buscando el mejor paso, y para redondear este espectacular tramo, vemos una pequeña Edelweis, una flor de nieve solitaria y preciosa, nos hace mucha ilusión verla, un regalo que nos ha hecho la montaña, uno más.
Poco a poco nos vamos acercando a la Brecha, una vez pasado este tramo de grandes bloques le sigue camino muy inclinado hacia arriba por piedras sueltas dónde se hace incómodo subir pero ya tenemos la brecha enfrente nuestro, ya la tenemos muy cerca pero a la vez muy lejos, es una subida bastante dura que se hace larga pero la brecha te atrae, poco a poco y sin prisas, con muchas ganas de llegar vemos el paso de los Sarrios a nuestra derecha dónde mucha gente está pasando y que no me arrepiento de haber evitado ya que se ve bastante peligrosa, supongo que si pasas ya se ve de otra manera pero desde donde yo estoy sin duda se ve con una caída más que importante.
Con mucho esfuerzo con muchas ganas, subiendo y con cansancio acumulado en las piernas llegamos a la gran Brecha de Rolando, poco antes de llegar, la visión que forman una de las paredes de la Brecha junto con el Casco hacen una visión que le llaman "el barco" qué es una de las formaciones rocosas más grandes y espectaculares que he visto nunca realmente parece un barco enorme, es algo descomunal.
Y ahora si llegamos a la gran Brecha de Rolando, un lugar espectacular e impresionante con dos paredes que desde lejos se ven pequeñas pero cuando las tienes al lado son inmensas, empiezas a ver la otra parte de la Brecha con todas las montañas del Pirineo francés, sin duda otro paisaje totalmente distinto, casi de otro mundo, como ya esperábamos somos mucha gente en la Brecha, gente que viene, gente que va, gente que sube al Taillón, gente de paso, sobre todo mucha gente que sube desde el lado francés ya que es algo más accesible que desde donde nosotros venimos. Nos tomamos un tiempo para disfrutar el momento para comer algo, repostar fuerzas antes de continuar la marcha, uno de los momentos más esperados de los últimos años estaba justo pasando en este momento, es muy importante cumplir objetivos y sin duda este era uno de ellos durante mucho tiempo.
Con mucha pena comenzamos a bajar y para nuestra sorpresa no es nada fácil, alguna desgrimpada y terreno bastante descompuesto junto con mucha gente que sube y baja hace que sea un inicio de bajada que no esperábamos, ya casi no queda hielo a las alturas del mes de Agosto que estamos, y de repente, un estruendo nos hace parar a todos, en las grandes paredes de enfrente nuestro, un pequeño desprendimiento nos hace ver lo pequeños que somos, ha sido un sonido muy peculiar, como de disparos, algo escalofriante.
Seguimos bajando y bajando con mucho cuidado hasta el refugio de Serradets, y miramos atrás para ver otra vez la gran Brecha, no me canso de verla, pero otro espectáculo está allí mismo, se ve el Gran Circo de Gavarnie, con su enorme cascada, una de las más grandes de Europa, es una mole con una forma increíble, espectacular nunca había visto nada igual, habrá que ir otro año a verla desde más cerca.
Por fin nos podemos tomar el café con leche tan deseado, aunque no es de los mejores que he tomado, si que me sabe a gloria, y encima lo tomamos dentro del refugio, cosa que se agradece mucho.
Una vez pasado el refugio, ya perdemos de vista la Brecha y Gavarnie, y bajamos por unos grandes bloques de piedras pasando por las cascadas que forman el deshielo, un tramo que es muy divertido y que hay que poner mucha atención, no es difícil pero no hay que tomarlo a la ligera, y más con tanta gente cruzando de ida y vuelta.
Ya dejamos las altas cumbres y vamos dirección al Puerto de Bujaruelo, en una larga aproximación, pasando por un sendero precioso atravesando una enorme tartera, con unas enormes montañas a nuestra izquierda y a la derecha un paisaje totalmente distinto, con un gran valle verde y el Coll de Tentes a la vista, donde se ven muchos coches aparcados, lugar desde donde se hace la Brecha desde la parte francesa.
Llegamos al Puerto Bujaruelo donde entramos de nuevo en España, y a partir de aquí seguimos el GR-T 30 en dirección al GR 11, que nos llevarán en una bajada vertiginosa por senderos maravillosos en una bajada de casi 1000 metros de desnivel negativos en 6 kilómetros, ya os digo que guardéis fuerzas para este tramo, bajando y bajando siguiendo las marcas rojas y blancas, atravesando multitud de paisajes, apareciendo la vegetación y el bosque a medida que perdemos altura hasta llegar con las rodillas tocadas y las piernas y pies doloridos después de una gran jornada de montaña al puente de Bujaruelo, no se me ocurre mejor lugar para terminar esta gran travesía que en este puente Románico del siglo XIII que pasa sobre el río Ara, que encima podemos descalzarnos y meter los pies para bajar la sensación de cansancio en su agua helada tan reparadora.
Terminamos aquí una de las mejores rutas que hemos hecho hasta ahora, una ruta dura, exigente, pero que nos ha hecho pasar una de las mejores jornada de montaña que hemos hecho nunca.