Buscando la Fuente del Oso

Concejo de Lena, Asturias. Si no te gusta seguir senderos abiertos por animales o atravesar bosque cerrado no sigas esta ruta.

De joven subía por un ancho camino directamente desde Erias a la Fuente del Oso. Pues ahora no.

Hace años los caminos se comunicaban unos con otros. Ahora los caminos que están abiertos acaban en los pocos praos que siguen en uso, la continuación de estos caminos está totalmente comida por la vegetación.

Pretendía llegar a la Fuente del Oso desde el Camino de los Peregrinos (GR-100 y PR AS-98) pero a partir de los praos de Vega el Puzu el camino desapareció y tras un rato de búsqueda por en medio de la mata acabe en el Barranco de El Infierno.

Tuve que salir monte a través andando entre enormes helechos, pinchos y brezos hasta alcanzar las cuadras de Chamargón, ahora abandonadas y en ruinas. Allí pude seguir las cagadas de caballos que me llevaron a Castañiz.

Aquí vuelvo a pisar camino abierto que sube a la divisoria con el Valle del Huerna. Justo antes se encuentra la primera fuente, que llamo de Campas, fechada en 1968.

Legados a la divisoria tiro por el cordal camino abajo hacia Xubiles. Encina de Xubiles sale el camino que yo recordaba subía desde La Frecha a la Fuente del Oso .

En efecto, un poco mas abajo, ya en el Valle del Pajares, está la fuente pero no es la Fuente del Oso. Esta es la Fuente de Fueyo, fechada en 1965 y que yo siempre confundí con la Fuente del Oso.

Esta fuente realmente se encuentra en el Valle del Huerna, en donde antes alcancé la divisoria con el valle, en un camino que se adentra en la zona de Castamar.

Continuo camino abajo hasta las cuadras de Fueyo, donde veo un cartel que llama al camino como de Las Madreselvas. Un poco mas abajo, en otra zona de cuadras, el camino desaparece en medio de la mata.

Toca buscarlo y como no lo encuentro vuelvo a seguir el sendero abierto por los animales, las pisadas o cagadas de los caballos y vacas, atravesando el bosque y saltando por praos abandonados y comidos por la maleza hasta llegar a los praos de Turiel, donde encuentro el camino que me devuelve al Camino de los Peregrinos, por el que regreso a Erias, ya con la poca luz del anochecer.