Bustablado-Porra de las Hormigas

Ruta planificada en un principio para ascender al Porracolina (1.414 m.) por su cara Norte desde Bustablado, localidad perteneciente al municipio de Cabezón de la Sal, Cantabria, situado en una hondonada a 240 metros de altura.

A pesar de saber de la nevada caída en fechas recientes no esperábamos encontrarla tan dura a partir del collado próximo al Porra de las Hormigas, donde se había convertido en hielo, por lo que la ascensión por la ladera de la montaña sin el equipo adecuado, me refiero a los crampones sobre todo, era una temeridad, así que nos conformamos con ascender a la cumbre próxima al collado, el Porra de las Hormigas de 1.223 metros, donde la nieve estaba más blanda debido al sol que la calentaba ya a esas horas.

Esta ruta alternativa la iniciamos al igual que la originaria en la localidad de Bustablado como he dicho al principio, siguiendo rectos hacia el Bar “Casa Carlos”. Seguimos por la carretera hasta el Cementerio donde un cartel nos marca la dirección del PR-S-10 hacia Hoyo Bocebrón.

Seguimos por un sendero hasta volver a la salir a la carretera, por la que continuaremos durante unos 500 metros hasta abandonarla y seguir por otra senda en la que encontraremos algunas marcas confirmándonos el camino.

Nos internaremos en un pequeño bosque pasando al lado de dos casas próximas al camino y seguiremos por el hasta el Collado Espina, donde se encuentra el monumento a la Vaca Pasiega.

A partir de este punto transitaremos por carretera durando unos 800 metros, aproximadamente, hasta el waypoint “Salir de la Carretera”, observando a nuestra izquierda una edificación con una marca PR blanca y amarilla en la pared, lugar por donde continuaremos.

Las marcas y el sendero o vereda son evidentes, por lo que no hay pérdida. Es a partir de este punto cuando la pendiente se endurece y cuando empiezan a aparecer los primeros restos de nieve, aumentando su extensión y grosos a medida que vamos ascendiendo.

La consistencia de la nieve es perfecta, ni muy dura ni muy blanda, así que vamos deleitándonos del magnífico entorno que nos rodea. De vez en cuando se nos va la vista hacia atrás contemplando unas vistas espectaculares propiciadas por el día que nos han regalado.

A medida que vamos ganando altitud la capa del blando elemento va aumentando pero sin demasiadas complicaciones.

La cosa cambia cuando llegamos al collado, aquí parece que alguien había estado sacando brillo durante la noche, la nieve ya no es nieve sino una placa de hielo. Así que sin pensarlo ni darle muchas vueltas, decidimos que lo mejor es no seguir adelante a pesar de quedar solo un kilómetro y doscientos metros de desnivel, pero la cosa no está como para hacerse el valiente sin el material adecuado.

Menos mal que a nuestra derecha se encuentra el Porra de las Hormigas donde la nieve se encuentra más transitable y así podremos hacer una cumbre y no llevarnos un mal sabor de boca por no haber alcanzado nuestro objetivo inicial (vendrán días mejores).

Esta cima no tiene buzón, únicamente unas cuantas piedras a monde de Cairn marcando el punto más elevado de la misma.

El esfuerzo ha merecido la pena, las vistas son espectaculares, con los Picos de Europa al fondo, Santander, Santoña…. y un conglomerado de picos y montañas a nuestro alrededor.

Regresamos por el mismo camino hasta el punto de partida, con esa pequeña espinita de no haber conseguido la cumbre del Porracolina.

Habrá más días.