Bustares Río Bornova Hiendelaencina

Bustares Río Bornova Hiendelaencina
Bustares.
Camino a Gascueña de Bornova
Gascueña.
Fabrica de fundición La Constante (ruinas).
Rio Bornova.
Puente Mogarra.
Molino de La Magdalena (ruinas).
Ermita de La Magdalena (ruinas).
Molino de la Luz o de Villares.
Chimenea.
Hiendelaencina.

Comentario:
Sobre las 10:00 de la mañana, comenzamos la marcha en Bustares. Caen finísimos copos de hielo, que no de nieve. Tiene la ventaja de que no nos mojan. Sobre el Alto Rey, que queda a nuestra izquierda hay una buena capa de nieve y la Ermita está perdida entre la niebla. Si podemos divisar las antenas de la zona militar, así como el cerro de Los Gavilanes y de Los Rollos. Avanzamos con la esperanza de que el tiempo mejore, porque mirando hacia el sur vemos el cielo bastante despejado.
Avanzamos a buen ritmo por el camino a Gascueña. Estamos en primavera, pero con el día oscuro y los robles secos, el paisaje nos parece más un magnifico cuadro de otoño. Enseguida pasamos los arroyos de Rolasenjo y Valhondo que cruzan nuestro camino. El Alto Rey comienza a despejarse y está cada vez más hermoso. Un poco más de camino y entramos en Gascueña. Nos reciben una veintena de perros, todos ladrando, por fin un señor, al lado del Ayuntamiento sale a ver que pasa. Tras fotografiar una pequeña campana, tomamos agua en la fuente de la Plaza. Gascueña nos gusta mucho, es un pueblo limpio y ordenado con muchas construcciones nuevas en piedra de pizarra.
Dejamos atrás los parajes de La Lámpara y Las Viñas y comenzamos a bajar hacia el Bornova desde la zona del Cerro de Cabezacervera. Mirando a nuestra izquierda nos impresiona positivamente el bonito paisaje que forma el barranco del Bornova, al fondo del cual vemos el Cerro Carnicera. Tomamos una bonita foto y seguimos bajando hacia la zona de la Fundición La Constante. Vemos de lejos la chimenea y las paredes en ruinas y girando a la izquierda vamos hacia el puente del Bornova para pasar ahora a su margen izquierdo.
Por el bonito camino nos encontramos con una antigua fuente, ahora muy deteriorada. También vemos mejor la chimenea de la constante. Un poco más adelante el Puente Mogarra salva un profundo barranco que ahora cruzamos con toda comodidad. Este puente nos parece una bonita y solida construcción.
Conforme avanzamos, deberíamos acercarnos al río, a la zona del molino de la Magdalena, pero algunas granjas nos lo impiden, acariciamos a las cabrillas que nos salen al camino y no nos abandonan en un bien tramo. Por fin, tras maleza y espinos, por sendas estrechas llegamos al río Bornova justamente en el puente que nos llevará a su margen derecho. Un poco más abajo están las ruinas de la Ermita de la Magdalena.
Ahora el camino es amplio y fácil, el paisaje del río es espectacular. A veces nos acercamos, luego nos retiramos. El agua va continuamente cantando y saltando. El ganado vacuno pasta tranquilamente por estas zonas. Dejamos atrás el Alto de la Cabeza y La Peña del Cuervo y llegamos al Molino de la Luz o de Villares. Esta bastante deteriorado. Cruzamos la carretera y continuamos por la orilla derecha del Bornova. En una bonita pradera cerca del rio, hay un viejo tronco caído sobre el que nos sentamos a tomar un tente en pie.
Nuestra intención era bajar por el Bornova hasta la zona de Las Calderas, pero vemos que desde el puente del arroyo del Caño hacia abajo está impracticable por las orillas estrechas de piedra y roca. Pensamos que este no es el momento adecuado para ir pisando por el agua que está verdaderamente fría, y tomamos una ruta alternativa.
Subimos al camino que vienen desde Villares de Jadraque y cruzamos el río por el bonito y sencillo puente. Subimos hasta la carretera, la cruzamos y nos encaminamos por la zona de Los Corrales. Una pequeña bajada hasta el arroyo de Las Chorreras de Cabeza Semillas y volvemos a subir hasta la zona del aeródromo. Desde allí vamos hacia la chimenea, y por Lomo Cerezo entramos en Hiendelaencina, en cuya plaza terminamos la ruta.
El camino ha sido de 17,73 km. Hemos tenido una subida acumulada de 354 metros y unas bajadas de 608. Una ruta suave y bonita en un día que, aunque comenzó triste y frio ha ido mejorando hasta un tiempo esplendido.
Dejamos para el próximo verano el tramo del Bornova con el que hoy no nos hemos atrevido.