Butxisolo,Kapildui y Santa Pezarra, por el Barranco del Molino

BUTXISOLO, KAPILDUI Y SANTA PEZARRA DESDE ARLUZEA POR EL BARRANCO DEL MOLINO

Bilbao, a cinco de Julio de 2015.
Primer fin de semana de Julio y apetece dar un paseo por el monte pero a la sombra, que con estos calores es lo mejor que se puede hacer.
La propuesta que me han hecho resulta tentadora.
Una vuelta por los hayedos de los montes de vitoria, promete, si además la haces subiendo por el barranco del arroyo del molino, entonces ya es el - no va mas -.
Dejamos el coche tempranito a la entrada del pueblo de Arluzea.
Mientras nos estamos poniendo las botas vienen a saludarnos varios perros del pueblo, uno de ellos se sienta a esperarnos y según nos dicen algunos vecinos, “ese se va con vosotros parriba, ya no os lo quitáis de encima”. Efectivamente asi va a ser.
Comenzamos a pasear atravesando el pueblo con la mirada en lo alto de la iglesia y dejándola a nuestra derecha, giramos al borde de una casa solariega, en cuyo patio se observan varias esculturas modernas. Salimos por una pista que por la izquierda va rodeando la mole de Olaraza para bajar al arroyo del molino. Cruzamos una puerta y nos encontramos con el cartel de entrada al Parke Natural de Izki.
Si dejamos el rio a nuestra izquierda enseguida veremos las ruinas de lo que fue el molino.
Nosotros preferimos cruzar el puente y tomar el sendero que paralelo al arroyo remonta el barranco.
Hay gente que cuando descubre un paraje natural, de especial encanto, por el motivo que sea, se lo calla y lo guarda cual secreto a mantener como si fuera “mi tesoro” que diría -Golum-. No es mi caso. Prefiero darlo a conocer para que todo el mundo pueda disfrutarlo como yo lo he hecho, solo pido el mínimo de respeto para con los sitios, la flora y la fauna, el lema es – que no se note que has pasao – no dejes nada y no te lleves nada.
Pues bien este es uno de esos sitios.
Este barranco del arroyo del Molino de Arluzea es un enclave privilegiado, cascadas, remansos, aguas tranquilas, transparentes, relajadas (al menos ahora, porque seguro que después de días de lluvia o con el deshielo será más bravo), pozas azul turquesa.
Hay cien mil sitios para sentarse a contemplar el sonido de la naturaleza, que cada cual elija el suyo, que hay para todos.
El camino va tomando altura sin darse cuenta, son tantos los sitios a los que mirar. En muchas ocasiones cruzamos el arroyo, a veces porque es necesario y otras porque apetece ver un rinconcito.
Hoy la cascada más alta, la de la derecha del camino, no trae agua, pero la de enfrente sí. Poco más adelante el cruce de los dos arroyos, que hoy pasamos casi sin saltar pero que cuando bajen bravos anegará la zona (como he visto en alguna foto).
En definitiva en el camino del barranco a veces pierdes el sendero, pero no importa porque es fácil de seguir, vamos subiendo poco a poco hasta llegar a la zona del manantial de Pozaita, origen del arroyo.
A partir de aquí salimos del hayedo y por pista subimos hasta el collado, por la izquierda nos internamos en la ladera del Butxisolo y en su fenomenal hayedo, si no nos damos cuenta el apacible camino nos pasa de largo la cima. Al menos eso nos pasó a nosotros, así que si andáis con tiento solo hay que fijarse que al comenzar a llanear a nuestra derecha sale un senderito que se mete más en el hayedo, ese es el camino a la cima.
El butxisolo es una cima aplanada rodeada de hayas y con discretas vistas hacia la Sierra Cantabria y al Joar
De vuelta al collado seguimos pegados a la valla que delimita la zona de entrenamiento de la Ertzaina en el municipio de Berrozi.
Así conseguimos subir sin pegas al Kapildui, antaño en su cima hubo un castillo, del cual solo queda el vestigio de la torre donde han plantado el vértice geodésico. Hoy esta cima es conocida por el famoso radar del Kapildui, de euskalmet, al que entre otras cosas, no se le escapa ni un rayo en Euskadi, los cuenta todos.
Si no sois unos verdaderos tachacimas o no os gusta la aventura, mi consejo es que la bajada la hagáis por la pista que desde aquí mismo coge el barranco del arroyo de la sierra, más abajo arroyo de los ríos que retorna al pueblo sin problemas.
Pero, eso no es lo que hicimos nosotros.
Digamos que se me antojó pisar el Santa Pezarra y visitar una estela o escultura moderna que hay en sus inmediaciones.
Por eso aunque comenzamos a bajar por la pista enseguida nos desviamos a coger la alambrada de Berrozi y seguir bordeando la zona hasta dar con nuestro objetivo.
Afotamos la escultura, alcanzamos la cima que no tiene ningún signo identificativo y comenzamos a bajar.
Lo idóneo es volver atrás hasta el paso de la valla marcado con un “wachi” y por pista bajar a la cabecera del arroyo de la sierra, cruzarlo y volver por el camino normal, pero… no lo hicimos así.
Sobre el mapa y con el track que traíamos lo más lógico era hacer una casi recta hacia el corral de Ramón.
Comenzamos a bajar sin camino claro por la ladera. Al de poco alcanzamos una zona de humedal o turbera que obliga a mirar donde pisas. Y es que el nacimiento de este arroyo de la sierra, que luego se llamará de los ríos y que desemboca en el rio Ega en Virgala Menor, es una enorme turbera que en días lluviosos debe ser de “cuidado”, así que OJITO.
Estamos todos avisados, verdad?
Además, para rematarlo han levantado una alambrada que no la pasas tan fácil, hay que buscar un paso medio habilitado para ello. Es el wachi (turbera III).
Una vez pasada esta zona nos metemos de nuevo en el hayedo y subimos al cordal por donde baja el camino de la cima del Kapildui y alcanzamos, esta vez sí, el Corral de Ramón.
Eso sí, poco antes de salir a las campas del corral debemos presentar nuestros respetos a Doña Haya.
A partir de aquí, y ya con pista cementada bajamos en buena pendiente al pueblo. Merece la pena una visita a la iglesia y sus arcos.


Espero que os guste el paseo.

Salud y nos vemos en el monte.