C059 - Santa Marina - Pico Vizmaya

ADVERTENCIA: Algunos de los caminos del monte Vizmaya están descuidados y no están lo despejados que sería de desear. Por otra parte, en esta ruta, el tramo comprendido entre las primeras casas del barrio de El Bosque, junto a la carretera general, y la cima sobre la cantera es totalmente desaconsejado. como explicaré más adelante.
Partimos del barrio minero de Santa Marina, después de rodear su iglesia y asomarnos a su mirador que, como tantos otros, conoció tiempos mejores cuando los eucaliptos no cegaban la visión desde ellos.
Descendemos por la carretera hacia el barrio El Risco. Nada más pasarlo encontramos una pista que, a mano izquierda, se introduce en el eucaliptal y empieza a ascender. Hemos de estar atentos a los desvíos que aparecen en este track porque es facilísimo irse por alguno de los caminos laterales. En algunos momentos es necesario pararse y comprobar cual es el camino correcto.
La senda asciende sobre rojas arcillas y piedras calizas hasta alcanzar una zona donde podemos ver claramente, a nuestra izquierda, los terrenos de una antigua explotación minera, uin extenso paraje de lapiaces calizos, el cual llama poderosamente la atención por su perfil de agujas y sus profundos surcos.
Alcanzamos un evidente cruce de caminos y nos dirigimos a la derecha para ascender a lo alto del monte VIzmaya. Desde su vértice geodésico tenemos vistas en 360º desde Santander hasta la cordillera cantábrica.
Descendemos y volvemos al cruce para tomar ahora de frente y desviarnos inmediatamente a la izquierda en la siguiente bifurcación. Seguimos por una estrecha senda que atraviesa el eucaliptal, hasta que aparece un cartel que nos indica "Mirador".
Decidimos probar suerte y nos desviamos para comprobar si el mirador merece la pena. Error. Más adelante encontramos una nueva bifurcación; por la derecha la senda está, prácticamente, invadida de vegetación. Probamos por la izquierda; la senda empieza a descender y nos encontramos con que esta bloqueada por arboles caídos. Intento fallido, no nos queda otra que volver hasta donde vimos el cartel y continuar hacia adelante.
Salimos a una carretera que, prácticamente, está a un paso de Santa Marina. Tomamos a la derecha, por amplia pista, y, a nuestra izquierda, empezamos a ver el profundo surco que ha dejado la explotación minera. Agujas espectaculares en una auténtica selva de arboles y vegetación. Toda esta parte está hendida en profundidad por las antiguas minas.
Llegamos a una nueva bifurcación, por la derecha hacia Hoznayo; por la izquierda hacia el barrio de El Bosque. Tomamos a la izquierda y, enseguida, nos impresionan los enormes avellanos que jalonan este primer tramo.
Nos introducimos nuevamente entre la masa arbórea hasta salir por camino despejado a las primeras casas del barrio El Bosque, junto a la carretera general.
Junto a un taller cogemos una pista, a mano izquierda, que asciende entre campos vallados para el ganado. Hay una verja abierta, con señal de advertencia de perros que nos inquieta. Decidimos seguir adelante; la pista asciende entre campas para el ganado y los mastines se hacen evidentes pero, afortunadamente, al otro lado de las vallas.
Dejamos el camino evidente para dirigirnos directamente hacia arriba por el cortafuegos de una linea de alta tensión. El camino desaparece y la senda también. El track que nosotros utilizamos indica que la dirección es correcta pero ante nosotros solo hay un karst repleto de vegetación y troncos de árboles derribados en los laterales.
Dos opciones, desandar lo andado o seguir. Decidimos seguir pero lo desaconsejamos totalmente. Ascendemos con aprensión y muy lentamente. Hay que asegurarse que, entre las rocas, donde pones el pie hay suelo firme y no una hendidura. A tramos coincidimos con alguna senda un poco más evidente pero la subida no es, para nada, aconsejable.
Finalmente llegamos a lo alto de una cantera. La bordeamos en descenso mientras nos abrimos camino entre plumeros y vegetación. Finalmente salimos a un camino, respiramos.
El camino desaparece inmediatamente pero nos queda una senda que se sigue sin dificultad hasta salir, junto al cementerio de Santa Marina, a una pista asfaltada. Desde aquí al punto de partida, un paseo.