CA Laredo. Rutas con Encanto III. Pico del Hacha.

CA Laredo. Rutas con Encanto III. Pico del Hacha.

Con la ruta del Pico del Hacha, número 3 de las 5 preparadas por el ayuntamiento de Laredo, completamos la serie de las “Rutas con encanto”. Fáciles de seguir, unas más bonitas que otras, pero todas presentan elementos que las hacen dignas del nombre.

La ruta de 8,5 km y 250 m de ascenso acumulado, es una ruta sencilla. Se inicia en la plaza de Carlos V y por el borde del arroyo Mantilla llega a la Pesquera, cruza la autovía e inicia el ascenso hacia Villante, gira la cueva de La Baja y continua hasta el Pico del Hacha, punto más alto del recorrido. Tras el Pico desciende hacia la autovía, luego toma la carretera vieja y por las escaleras cruza la Puerta de San Lorenzo para entrar en Laredo.

De esta ruta destacaríamos los senderos rodeados de vegetación autóctona (como castaños, laureles, madroños, avellanos y robles) y las vistas de la bahía desde algunos puntos. Así mismo, la especial belleza del entorno de la cueva de La Baja.

Es una lástima que una maraña de vegetación imposibilite el acceso la cima del Pico y el castro. Hoy por hoy, resultan inaccesibles. A menudo se preparan las rutas, se llenan de carteles indicadores y se publicitan, pero tras este trabajo, se abandonan y no se realizan los trabajos necesarios para o mantenerlas en buen estado.

*El texto que sigue es un extracto de la información que sobre estas rutas ha publicado el ayuntamiento

El itinerario arranca en la plaza de Carlos V, espacio que marca la divisoria entre la zona más eminentemente urbana y el denominado Ensanche, que se edificó a partir de los años 60, en pleno boom turístico protagonizado por los franceses.
Junto al rio Mantilla encontramos el primer cartel indicador de la ruta. En paralelo al río Mantilla, nos dirigimos hacia Las Casillas, para irrumpir desde allí en La Pesquera. La aguas del Mantilla circulan por un estrecho cauce que permanece soterrado bajo la contigua Plaza de Carlos V y vuelve a emerger en la confluencia de ésta con la calle Padre Ignacio Ellacuria.

Así seguiremos hasta llegar a un pequeño puente de piedra que cruza el arroyo. A partir de aqui el sendero se hace sensiblemente más estrecho. Nuestra proximidad al agua nos permite observar con detalle como el rlo ha perdido parte de su naturalidad al ser encauzado. De todas formas, ello no ha sido obstáculo para que en esta agua, poco profundas y de escasa corriente, se desarrollen plantas acuáticas como iris, espadañas y lentejas de agua. También podemos encontrar diversos animales, entre ellos peces como la anguila. Algunas especies, incluso, llegan a criar, tal es el caso de aves como gallinas y de diversos anfibios entre los que encontramos tritones, ranas y sapos. Sin embargo, quizás el animal más frecuentemente en esta agua sea una especie introducida, el cangrejo americano. Este crustáceo dotado de una gran capacidad de adaptación ha colonizado el cauce llegando a ser tan abundante que su presencia se hace evidente con sólo observar cualquier tramo del río.

La estrechez del sendero se mantiene hasta que, unos metros más adelante, pasando un moderno puentecito de hormigón, encontramos, a la sombra del gran eucalipto que allí crece, un cruce de caminos donde el trazado se hace más ancho. Aquí Desde aquí el recorrido se separa unos metros del cauce. Pasando entre pequeños huertos familiares, el camino nos Ileva a la carretera general, que cruzaremos A través de una carretera asfaltada pasamos bajo la autovía por un túnel y comienza la cuesta por la que se sube a Villante.

Los siguientes metros son los más duros del trayecto. A pesar de que seguimos por un buen firme asfaltado, la inclinación de la subida, sobre todo en su primera parte, es muy acusada. No obstante, el agreste entorno por el que pasamos, donde los predominantes eucaliptos han dejado crecer a su alrededor una abundante vegetación espontánea, herbácea y arbustiva, nos proporciona la relajante sensación de encontrarnos en plena naturaleza. Esta sensación unida a la brevedad del tramo con fuerte desnivel, nos ayuda a remontar la cuesta sin ningún problema. Poco después de atravesar el eucaliptal la pendiente se suaviza mucho y el resto de la ascensión a Villante transcurre entre prados o junto a otras repoblaciones de eucaliptos que bordean la carretera por la que transitamos.

Después de pasar la señal indicadora del la ruta, casi al llegar al final de la subida y mirando a la derecha, podemos ver, a cierta distancia, las ruinas del Convento de San Sebastián de Barrieta. Este antiguo edificio fue fundado por la orden franciscana en la primera mitad del siglo XV, aunque posiblemente hubo en este Iugar un eremitorio anterior. Su lamentable estado de conservación, asl como su ubicación en una propiedad privada, impiden una visita más de cerca de estas históricas ruinas.

Aqui permanecieron los franciscanos durante casi un siglo y medio, antes de trasladarse a la calle de Los Cordoneros (actual calle de San Francisco), donde establecieron la iglesia y convento que, con este mismo nombre, ha llegado a nuestros días.

AI terminar la cuesta ya estamos en pleno barrio de Villante la señal que nos encontramos nos dirige a la izquierda encaminándonos ya hacia el Pico del Hacha. En esta dirección, todavía quedan unas decenas de metros más de asfalto que, en una ligera pendiente descendente entre setos y frutales, conectan, a la altura de una tradicional explotación agro ganadera familiar, con un camino de tierra.

Poco más adelante, este camino se sume bajo una densa cúpula de vegetación que nos conduce hasta las inmediaciones del cruce hacia La Baja. Aquí, podemos abandonar por unos momentos el camino principal del itinerario para dirigimos, tomando la desviación de la derecha, a la que probablemente sea la mejor mancha de bosque mixto atlántico que se conserva en Laredo.

Para llegar a ella hemos de recorrer un estrecho sendero descendente en el cual otro tipo de vegetación, la perennifolia del encinar cantábrico, se desarrolla a sus anchas. De esta manera, interesantes ejemplares de encina, aladierno, aligustre, laurel, labiérnago, rusco y madroño, dejarán paso a magníficos robles, acompañados de castaños, fresnos y avellanos que, en un entorno de vegetación exuberante, parecen trasladarnos a otros tiempos en los que la naturaleza virgen constituía el entorno vital de los humanos.

Llegamos a una zona llana en la que predominan los avellanos. La ruta oficial propone retornar al camino desde aquí, sin visitar la cueva de La Baja. Nosotros nos hemos acercado hasta la cueva, para ello tenemos que cruzar un arroyo. El cruce del arroyo presenta cierta dificultad pero no resulta complicados para personas acostumbradas a caminar por el monte. Para cruzarlos nos ayudaremos de unas ramas atravesadas, colocadas para facilitar la bajada y cruce. Al otro lado una campa y a la derecha la entrada a la cueva. Es un enclave lleno de magia en cuyo interior se han localizado los vestigios de doblamiento más antiguos de Laredo

En esta Cueva aparecieron restos adscribibles al Magdaleniense, incluyendo un utensilio de hueso con decoración, posiblemente fragmento de azagaya. La cueva de la baja presenta dos entradas a distintos niveles, por la de abajo discurre un pequeño regato y la entrada se estrecha un poco más adelante. La pared rocosa y la cueva tienen un encanto especial.

Tras la visita será el momento de retomar la ascensión a un “Piculacha” que, desde sus 170 metros de altitud, nos debería brindar unas panorámicas inigualables sobre Laredo y su bahía. No será así.

Retornamos al camino principal y continuamos hasta una desviación que nos indica la subida por la pista al Pico del Hacha.

Ascendemos hasta cerca de la cumbre y a la derecha de la pista que utilizan para servicio de las antenas, encontramos otra pista hoy cerrada por la vegetación. Decidimos continuar por la pista asfaltada hasta las antenas. Intentamos rodearlas por una estrecha senda pero unos metros más adelante, la maraña nos cierra el paso y tenemos que retroceder sin llegar a donde creemos que se encuentra el alto. Un poco frustrados por no acceder a la parte más elevada y no poder disfrutar de las vistas prometidas, retrocedemos hasta el camino principal.

Entre castaños llegamos a la autovía, la cruzamos y por la carretera llegamos al hotel el Risco, donde una balconada nos permite una magnifica panorámica de la bahía al completo, la Atalaya, el puerto, la villa de Laredo, la playa Salvé, Santoña y el Buciero. Es quizás uno de los mejores miradores de Laredo.

Continuamos por la carretera hasta que unas escaleras a mano izquierda nos facilitan el descenso para entrar en Laredo por la puerta de San Lorenzo, también conocida como puerta de Bilbao.

Llegamos a la calle San Francisco y en su inicio se encuentra la capilla del Espiritu Santo, continuamos por ella pasamos junto a un ambulatorio y el convento de San Francisco y continuamos hasta el final de la calle que desemboca en el ensanche en la plaza del Cachupin.

Cruzamos el pueblo, llegamos junto a la playa y por el paseo nos encaminamos a la plaza de Carlos V para dar por terminada la ruta.

Las otras “Rutas con encanto” del ayuntamiento de Laredo

Ruta 1 Laredo Ruta con encanto I Ruta de la Atalaya
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/ca-laredo-ruta-con-encanto-i-ruta-de-la-atalaya-78033201

Ruta 2 Laredo Ruta con encanto II Valverde
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-ii-valverde-58801950

Ruta 4 Laredo Ruta con encanto IV Ruta de las Marismas
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/ca-laredo-ruta-con-encanto-iv-ruta-de-las-marismas-77920984

Ruta 5 Laredo Ruta con encanto V. Ruta de San Julián
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-v-ruta-de-san-julian-78343182