CA Pisueña PR S 69 El nacimiento del Pisueña. La Garma

CA Pisueña PR S 69 El nacimiento del Pisueña. La Garma

Esta preciosa ruta de 6 km es muy sencilla y apenas tiene complicación, salvo dos puntos en los que hay que vadear unos arroyos.

La ruta del rio Pisueña recorre la parte alta del río, desde el barrio del mismo nombre hasta la cabecera, donde confluyen varios torrentes que forman pequeñas cascadas. Estos torrentes drenan las cuencas de cabecera antes de convertirse, ya en Selaya, en el río "grande" que será más adelante el principal donante del Pas.

El itinerario reúne varios atractivos, primero el geomorfológico del recorrido, pero no tiene menos importancia el acercamiento a las construcciones propias de la cultura pasiega y el paisaje de ambiente fluvial, con formaciones ribereñas muy características de la media montaña cantábrica.

Nos llama la atención la mezcla de prados, junto a zonas de castaños, hayas y robles y junto al rio el aliso, el fresno, cornejo, sauce majuelo y acebo.

Descripción de la ruta

Comenzamos en el barrio de Pisueña, a pocos kilómetros del pueblo de Selaya. Junto al puente un ensanchamiento, conocido como la plaza Guzmazán, permite aparcar varios coches.

A la izquierda de la plazuela tenemos un cartel con explicación de la ruta y unos metros más adelante aparecen las primeras señales. El camino se encuentra perfectamente indicado con postes, marcas y carteles que nos acompañan durante todo el recorrido.

Ascendemos por unas escaleras hasta la ermita de Nuestra Señora de las Nieves. Atravesamos el pórtico y continuamos entre casas y por una estrecha senda llegamos a un prado donde vemos las primeras cabañas y cascadas, mientras al fondo del valle contemplamos los Picones de Sopeña, donde nace este rio Pisueña que constituye el principal afluente del Pas.

Continuamos remontando el rio y a ambos lados del mismos podemos ver cómo van surgiendo diversas cabañas y pequeños saltos de agua

La cabaña es la construcción típica de esta comarca pasiega. Según algunos datos, el número de cabañas en la comarca pueden ser entorno a las 10.000. Estas cabañas de aprovechamiento pastoril, son el símbolo de un modo de vida de más de 500 años.

Las cabañas se construyeron con técnicas de los siglos XVIII y XIX, y para usos diferentes en cada caso. En ocasiones son edificios muy sencillos de pequeño tamaño, y otras veces cuentan con añadidos funcionales, como la solana al frente, formada por la prolongación del alero o el retranqueo de las gateras, o los colgadizos adosados a uno de esos muros laterales.

Muy a menudo cuentan con estructuras complementarias en su entorno. Entre ellas pudimos ver los cubíos, covachos naturales o artificiales utilizados en el pasado como frigorífico para natar la leche y conservar los productos elaborados con ella a modo de fresquera.

Se localizan principalmente en la zona pasiega de Cantabria y del extremo norte de la provincia de Burgos. En la actualidad la mayoría de ellas se encuentran abandonados o en estado ruinoso.

Otra estructura son las tejadas de moscas para guarecer los dujos de las abejas. Los dujos eran las colmenas más antiguas que se construían aprovechando los troncos de árboles huecos que encontraban en los montes, pero al aumentar la necesidad de ellas se produjo una escasez de este tipo de troncos, por lo que tuvieron que recurrir a vaciarlos de manera manual.

Continuamos el recorrido cruzando prados, en varios casos cerrados por vallas y pastores eléctricos en los que tendremos que tener cuidado para no recibir una pequeña descarga. Entre prados, cabañas, puentes y pequeñas cascadas llegamos al km 2,4, donde nos desviamos hacia la izquierda en dirección a la Garma. En el camino por la otra parte del río conectaremos en este punto con el camino de ida.

Las vistas de los Picones de Sopeña son ahora mejores. Nos alejamos ligeramente del río pero siempre en dirección a la cabecera.

Unos 500 m después llegamos al punto donde confluyen dos torrentes y la vegetación impide avanzar. Este punto de unión de dos arroyos se considera el nacimiento del río Pisueña.

En la zona de cabecera, sometida desde antaño a frecuentes ciclos de quema y desbroce para su aprovechamiento por el ganado lanar, aparece un ecosistema de landa atlántica dominado por el tojo, distintos tipos de helechos y una amplia gama de brezos. Es la zona de la Garma

Iniciamos el regreso por el otro lado del río y para ver la cascada creada por la unión de los dos cursos, descendemos hasta el cauce con mucho cuidado, pues el terreno está resbaladizo y corremos peligro de caernos.

Las cascadas crean un marco precioso, posiblemente son las más bonitas de todo el recorrido.

Ascendemos a la senda y continuaremos como a la ida entre prados y saltos de agua. Tendremos que vadear dos veces el río apoyándonos en las piedras que sobresalen del agua, pero lo realizamos sin demasiada dificultad.

El camino de regreso es más rápido y pronto llegamos al punto de inicio.