Cabezo de Guara 1870 m. desde Pedruel

Ascensión al Cabezo de Guara desde Pedruel.
Actividad que se puede considerar como senderismo si bien por el fuerte desnivel y distancia también se califica como alpinismo.

ACCESO: De Monzón por la A-22 hasta la salida 77, pasamos por Abiego y Bierge, donde nos desviaremos hacia Rodellar. Antes de éste pueblo, cuando entremos en Las Almunias, hay un desvío a la izquierda. Una estrecha carretera desciende hasta el río Alcanadre, lo cruza por un puente continuando hasta el núcleo de Pedruel.

Aparcamos cerca de la iglesia, al final del caserío. Viviendas muy antiguas contrastan junto a otras completamente reconstruidas con piedra de la zona lo que da un aspecto mas agradable.


DESCRIPCION DE LA RUTA:

8,40 h. - Una señal en mitad del casco urbano de Pedruel indica el punto de partida.

Ascendemos por la marcada senda dirección noroeste entre dos casas nuevas, enseguida salimos al monte y pasamos junto a algún muro de piedra. Por suerte la vegetación ha sido recortada para permitir un paso cómodo, aunque la jornada va a ser calurosa. Hoy me acompañan Irene y su madre Pilar.

El sendero se abre paso hacia la loma de la sierra de Arangol, la cual atraviesa por un collado (Cuello Carapuca) a 1178 m. de altitud.

A continuación descendemos ligeramente a la mallata Reguero para volver a subir otra ladera llena de arbustos. Es como un nuevo valle sin que el aspecto de la vegetación cambie mucho, carrascas, boj y multitud de arbustos mediterráneos.

Hacemos un alto en el camino junto a una hermosísima encina, luego a medida que se gana altura aparece el monte bajo lleno de erizón y del omnipresente boj.

10,35 h. - Llegamos al alto del pico Lacuna Alta, de 1.403 m. de altura y resurgen las siluetas del Tozal de Cubilars a la izquierda y del Cabezo de Guara a la derecha. Mis compañeras se adelantan hasta la Mallata Cuna, magnífica pradera de aspecto reseco por la falta de lluvia. A la derecha las vistas son espectaculares: Sierra Lupera, y su brutal caída hacia el cañón de Gorgas Negras, una proeza inigualable de la geología. Ahora nuestro paseo discurre cerca del borde de éste cañón y avanza hacia una nueva mallata, la Cambol. Menudo paisaje más guay!!!!

De nuevo nos adentramos en el matorral muy alto y frondoso, verde amarillento. Una breve ladera inclinada y saldremos a la pista aberrante del Coto de Bastarás, cuyo propietario está sumido en pleitos judiciales. ¿Esto es un Parque Natural?

Irene y Pilar están pasándoselo bien, menuda jornada que se preveía algo lluviosa y de momento el sol calienta con fuerza mientras divisamos el magnífico estrecho de Tedero, congosto brutal en la parte alta del Gorgas Negras.

Salimos de la pista por donde la intuición nos dice que debemos encarar la cima del Cabezo, andamos un trecho sobre erizones sin senda.
(NOTA: actualmente existe una señal y sendero hacia la cima, bastante pisado).

Un último esfuerzo y por fin llegamos al alto del Cabezo de Guara. ¡Impresionante!


El tiempo aguanta y las nubes pasan sin estropearnos la aventurilla, así que nos sentamos un buen rato a comer. Después, sin mochilas, nos acercamos al acantilado pasando junto a una hondonada, queríamos ver la Sierra Lupera, el Cañón y los pliegues casi imposibles que recuerdan al Cilindro de Marboré o al Pico Espadas. Hicimos la foto de cima e iniciamos el descenso.

Pilar, en plena forma, observa algunas florecillas como los narcisos blancos. Los matorrales de erizón protegen el suelo de la erosión como ninguna otra planta, sujetan la tierra y las piedras y bajo su espesa capa de pinchos produciendo humus con la hojarasca, polvo y restos de su propia planta que quedan atrapados bajo el manto pinchudo compitiendo a la vez con las densas masas de boj.

Mientras bajamos conseguimos ver el Cañón de Mascún, en le que podemos divisar la Cuca de Bellostas.

No son menos las sabinas en eso de sujetar la tierra y regenerar el terreno. Es posible que éstas laderas en unos años sean un gran bosque ya que se cuentan por miles. Su forma de cono ó pirámide también protege el suelo, da sombra y refugio a multitud de animalillos.

Cuando estamos divisando Pedruel, empieza a llover y tenemos que correr un poco. Menos mal que paró justo al llegar al coche, así pudimos visitar la iglesia por fuera y dar un paseo.