Pico del Águila de la Sierra de Orihuela desde el Cabezo del Malnombre en Santomera.

Ruta circular desde Siscar pasando por:
- Cabezo Malnombre (1.0 km)
- Pico del Águila (3.7 km)
- Cueva de las Yeseras (6.5 km)

Para tocar la tierra hay que tener armonía con la naturaleza. Proverbio Siux
También conocida como Sierra de Orihuela, no solo posee unas maravillosas vistas paisajísticas de la Huerta del Segura, sino que cuenta además con una vegetación y una fauna de gran riqueza, así como con importantes yacimientos arqueológicos y mineros. Por todo lo anterior, es un lugar ideal para realizar interesantes rutas senderistas y de montaña. El área montañosa no ha sido transformada de manera importante por la actividad humana; de hecho, la única actividad económica relevante que se ha desarrollado ha sido la explotación de una gran cantera a cielo abierto, visible solamente desde la cara norte. Desde la Edad Media, la Sierra de Santomera ha sido el lugar de destino de pastores trashumantes que venían desde la Sierra de Albarracín hasta los pastizales de la misma, después de seguir la Cañada Real de los Serranos, el Cordel de los Valencianos y la Vereda del Coto Cuadros, para continuar por esta misma hasta el río Segura. Hoy es un coto de caza y los huertos de limoneros ocupan el lugar de los pastizales. Recientemente se han sembrado pequeñas superficies de cereal en el Cabezo de la Mina, con destino a las especies cinegéticas. En la ladera sur de la Sierra de Santomera encontramos los cerros del Cabezo Malnombre y de La Mina, donde se han hallado importantes vestigios de las culturas argárica e ibérica. Y en el Cabezo de La Mina además, los restos de la mina de cobre y oro nativo que comenzó a explotarse hace siglos y que, después de ser abandonada, volvió a la actividad en el s. XVI y, posteriormente, en el s. XX. Actualmente, la mina se encuentra en estado de abandono.
Iniciamos desde el camino en los campos de cítricos, por la izquierda, volviendo al principio. Tenemos un bonito amanecer que ilumina las paredes de la sierra. Entre la plantación distinguimos el Cabezo Malnombre, también se conoce como el “Techo del Siscar”: el Cabezo Malnombre (cuyo topónimo es identificado además como Cabezo Cuadrado o Teta de la Monja, de 251 metros). Llegados al final de la plantación giramos a la derecha donde hay un cartel que describe los yacimientos del Cabezo. Seguimos bordeando la plantación con sus rectilíneas hileras de cítricos hasta llegar al final. En vez de girar seguimos recto, por una incipiente senda en la barranquera que comienza a subir hacia el Cabezo. El desnivel se va agudizando al tiempo que nos permite espléndidas vistas al valle con Santomera y Murcia al fondo.
Alcanzada la base del Cabezo las vistas siguen extendiéndose y comenzamos a rodearlo por la izquierda. Prieto y rocoso no vemos ninguna vía hasta su cara norte, donde una especie de canaleta parece adecuada para subir. Con una escalonada trepada, hay que estar acostumbrados a ellas, llegamos a la parte alta. Cabezo Malnombre (251 m) Aquí se han documentado dos asentamientos distintos, uno claramente islámico y el segundo prehistórico calcolítico. Entre materiales cerámicos, se han documentados carenas bajas, un arranque de asa, un tetón, un talón de hacha pulimentada y un fragmento de molino barquiforme. También se observan un gran calderón y 58 cazoletas excavadas en la roca, como los petroglifos (grabados rupestres) serían obra de los antiguos argáricos. Su finalidad, ritual, seguramente. Sin embargo, los poblados que agrupamos bajo este nombre dominaron el sureste de la Península Ibérica durante la Edad del Bronce y fueron una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del 3000-2000 a.C. Aunque hay controversia, suele situarse su origen en el 2300 a.C. y su disgregación final en torno al 1500 a.C. A fecha de hoy, seguimos sabiendo poco sobre ellos. Establecían sus poblados en lugares altos e inaccesibles, difíciles de asediar. Construían enormes cisternas donde almacenaban el agua. Eran agricultores y ganaderos, y desarrollaron también una aguerrida cultura marcial. Una reducida elite detentaba el monopolio de las armas (alabardas, puñales), y se hacían enterrar con ellas, como signo de estatus. Una de sus peculiaridades era que sepultaban a sus muertos bajo la propia vivienda familiar, metidos en grandes tinajas. Los argáricos tenían sentido de la estética, se tatuaban, se adornaban con pendientes y plumas. Su decadencia y colapso suele atribuirse al agotamiento de los recursos naturales en el árido sureste ibérico, que explotaron sin saberlos renovar.
Descendemos por el mismo lugar y proseguimos la marcha hacia un collado entre el Cabezo y el frontal de la sierra propiamente dicho.
Dejamos atrás el prominente Cabezo y el sendero nos eleva hacia el frontal rocoso con vistas claras a Monteagudo y Murcia capital. El sendero se pega a la base de las paredes y en moderado ascenso lo vamos recorriendo. Es un bonito tramo por la umbría protegidos del viento, en el que vamos admirando las rojizas paredes. Encontramos un profundo agujero y un extenso catálogo de grietas, cárcavas, recovecos y pequeñas cuevas. Comenzamos a rodear el espolón para conectar con el cordal de la sierra, dejamos de ver el Cabezo y aparece una pequeña cantera en producción. Terminamos de subir la redondeada loma alcanzando su punto alto.
Mejores vistas y un ondulado cordal para recorrer. Los senderos no están marcados pero son evidentes y reforzados por esporádicos mojones. Siempre con suave ascenso vamos de lomada en lomada admirando entre los huecos los grandes desplomes de las paredes y largas vistas a los trechos recorridos siendo muy prudentes en las asomadas al vacío. Por delante tenemos un ramillete de lomas por recorrer, en ninguna de ellas hay arbolado, solo las matas de esparto y algo de matorral bajo arraiga en este suelo pétreo dándole algo de verde y suave colorido.
A medida que subimos los acantilados son mucho más verticales y profundos. Al fondo sobre una loma ya distinguimos la cima de hoy y los primeros pinos en una ladera. En la bajada de una loma vemos una especie de sima o gran hundimiento del terreno, parece una boca con vegetación que cuelga. El sendero desciende hacia una vaguada umbrosa donde los pinos forman una recoleta y minúscula pineda que nos alegra la vista. Sobre ella vemos despuntar los picos más elevados de la sierra, Cabezo Lodroño y Peña de Orihuela.
Cruzamos el pequeño bosque hasta un leve colladito donde ya comienzan las marcas de los PR de Orihuela con sus descripciones y variantes. Giramos a la izquierda para comenzar a subir hacia la cima. Es un corto e inclinado sendero que sube por el lateral del cortado otorgándonos espléndidas panorámicas a las lomas antes recorridas y a toda la Vega Baja y parte de la murciana que llegan hasta el mar.
Pico del Águila (609 m) Su vértice está marcado por una piqueta con una pequeña caja metálica pintada de blanco que contiene la libreta de visitas. Nítidas vistas al resto de la cimas de esta intrincada sierra de Orihuela. Las sierras del Bajo Segura destacan por su gran elevación emergente en medio de una gran llanura y el Pico del Águila no iba a ser menos. El pico es un modesto peñón que en realidad es una estribación hacia el oeste de la Sierra de Orihuela y por tanto en el límite territorial de las provincias de Alicante y Murcia.
Descendemos por el mismo sendero de subida y en el colladito tomamos el sendero de la izquierda que sigue bajando rodeando la muela de la cima. En un entorno rocoso de cárcavas el sendero hace un giro a la derecha y luego otro a la izquierda para encarar una inclinada canaleta bastante incómoda de bajar que nos deja en la base de la peñascosa muela.
El desnivel se apacigua recorriendo la loma hasta llegar a un cruce de senderos importante, perfectamente balizado con paletas describiendo las variantes y que seguimos por la derecha, admirando la imponente peña del Águila. Vemos en el frontal de la sierra parte del sendero recorrido y las cicatrices de su formación geológica, y prolongadas miradas a la Vega Baja con las tuberías del trasvase Tajo-Segura, el pantano de la Pedrera y el mar.
Arribamos a otro cruce balizado profusamente y que seguimos por la derecha obviando el descenso hacia La Aparecida. El sendero se pega a las paredes donde hay restos de un derrumbe y una curiosa roca con forma de antifaz. Comienza un acelerado descenso en el que el sendero describe un perfecto zig-zag con diversas rampas que nos hacen perder altitud con rapidez dándonos vistas a la vega murciana con sus pueblos, al Valle y al Carrascoy. El descenso continúa hasta el último poste balizado al entrar en la Región de Murcia y el Término de Santomera. Volvemos a ver el Cabezo Malnombre y delante, con inferior altitud, el Cabezo de la Mina (161 m) donde también hubo un yacimiento.
Seguimos bajando por la Senda Amarrilla de Castilla a Raiguero de Poniente PR CV IV-49 y después por la Cañada Real de la Huerta PR-CV IV 59 al Cabezo Yacimiento de la Mina (también tiene su propio poblado argárico) donde se han documentado más de una treintena de cazoletas repartidas entre la ladera y la cima del cabezo. La disposición del Cabezo de la Mina a diferencia de Malnombre tiene una pendiente y orientación que apunta a levante. Podría tratarse de dos Campos de Insculturas vinculados entre sí. la parte etnográfica reforzada por una de las minas de cobre más importantes de la Región de Murcia así como las diversas Yeseras, su valor natural que aparte de los endemismos botánicos de la zona, lo determina la presencia de diversas especies protegidas y la existencia de la ZEPA (Zona Especial Protección de Aves) de la Cueva de la Yesera y su riqueza geológica que reina en toda la ladera. El proceso tradicional para la fabricación del yeso es un trabajo arduo y sencillo, que comienza con la extracción del mineral (aljez) de las galerías horadadas en unos capazos de esparto llamados esportones,, luego se cocían en un horno encajado en el terreno y recubierto de arcilla tras el quemado del yeso durante un día y medio se ablandaba por deshidratación, se enfriaba y extendían en la era de mollenda, se pasaba un rulo tirado por mulos que trituraba el mineral cocido, luego a la criba llamada galbillo y listo para utilizar en la construcción. A principio del Siglo XX esta cueva se abandonó y desde entonces , estas antiguas galerías se llenaros de colonias de murciélagos o quirópteros (manos aladas) de siete distintas especies
La recortada silueta del Cabezo de la Mina nos acompaña en los últimos coletazos del sendero cuando conecta con un camino de tierra girando a la izquierda, para entrar en la zona de cítricos que ahora está vallada. Poco antes del fin de la ruta está la Cueva de las Yeseras. Se trata de dos cavidades de origen artificial, provocadas por la pasada extracción de “aljez” o mineral de yeso, que albergan una excepcional colonia de quirópteros. El lugar llega a dar refugio a más de 3.000 murciélagos de diferentes especies, entre las que destacan, por su cantidad e importancia, el murciélago ratonero patudo (Myotis capaccinii, en peligro de extinción) y el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii, especie vulnerable).
Proseguimos por camino para cerrar la ruta, con una bonita estampa del Cabezo Malnombre entre los cítricos. Bonita y agradable excursión montañera por esta parte de la sierra de Orihuela que no habíamos pateado hasta ahora. vaigapeu
La ruta la marco como moderada, (excepto si se sube al Cabezo Malnombre que pasaría a difícil), aunque no técnicamente, por el gran desnivel (más de 650 metros en poco más de 4 Km y por el principio sin sendas definidas.
Damos las gracias a “vaigapeu” por el track y la descripción de la ruta con tan valiosa información.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”