Cabo Tiñoso. Baterias de El Atalayón, Castillitos y Jorel.

La gran ruta de Cabo Tiñoso es, sin duda, la que recorre las instalaciones militares que se disponen escalonadamente en la ladera que desciende desde el Cabezo del Atalayón hasta el Faro de Cabo Tiñoso. Para muchos lo más notable serán los gigantescos cañones Vickers, para otros serán (merecidamente) las impresionantes instalaciones militares que han permanecido en uso hasta hace no muchos años, y para otros lo serán las impresionantes vistas de un escenario sorprendente, avasallador y de todo punto magnífico. No es que sea necesario escoger una u otra preferencia, a nada que se pongan a pensarlo se quedarán con todas, porque todas son un buen motivo para ir a visitar este lugar sorprendente, y ese interés se manifiesta en un buen montón de coches que se encaraman por las estrechas carreteras de la zona, para llegar al lugar donde estaba un amplio aparcamiento que ahora está cerrado por obras en El Atalayón, razón por la que muchos acaban buscando un lugar al borde del algo estrecho camino para dejar los coches.
De las tres Baterías construidas para proteger la bahía de Cartagena desde el sur tal vez la más notoria es la de Castillitos, así llamada porque en la construcción de sus edificios se intentó imitar un castillo medieval, con torres y almenas (otros observadores crean una comparación alternativa con antiguas culturas mexicanas). Castillitos fue construida entre 1930 y 1931, en piedra del color del vecino acantilado para dificultar su reconocimiento y camuflar algo la instalación, e incluye construcciones en superficie y otras excavadas en la montaña. Su ámbito de cobertura de tiro se solapaba con la de la batería del Monte de las Cenizas, y años más tarde ambas fueron dotadas con dos impresionantes cañones Vickers que podían disparar un proyectil de más de 800 kg a una distancia de 35 km. Esta batería estuvo en servicio hasta 1994.
La Bateria de El Jorel es más antigua pues fue incluida en el Plan de Defensa de 1912, aunque estuvo en servicio hasta 1993. Situada en el extremo sur de Cabo Tiñoso, permitía controlar las dos vertientes, sur y norte, del mismo.
La Batería del Atalayón, la más alta, es una batería antiaérea, cuya construcción fue dispuesta por el Plan de Defensa de 1926. Al igual que en las otras baterías los edificios y resto de dependencias han sido declaradas Bien de Interés Cultural.
Nuestra ruta comienza a la entrada del aparcamiento, ahora cerrado, donde está el comienzo del camino que sube hacia la Batería del Atalayón, cuyas instalaciones superiores están cerradas por unas obras. No accedemos a ellas por tanto, y desde la entrada damos la vuelta hasta el aparcamiento, para seguir por el camino que en esta zona coincide por unos cientos de metros con el GR-92, hacia la Batería de Castillitos. Al llegar a los edificios de esa Batería subimos por una escalera para llegar a las terrazas superiores donde se encuentran los impresionantes cañones Vickers, y que tienen unas magníficas vistas. Acabado el recorrido interior salimos de nuevo al camino principal, por el que seguimos descendiendo hacia la Batería de Jorel. Volvemos a entrar en las edificaciones, subiendo por una escalera de caracol hasta la terraza superior donde estan las bases de varias baterías de costa. De nuevo las vistas son excelentes.
El camino por el que hemos bajado finaliza aquí pero casi al final veremos un sendero que baja hacia un gran aljibe con el techo roto, situado al lado de un camino más estrecho, al que descendemos para luego continuar hacia la entrada de un túnel excavado en la roca (llevábamos linterna, pero el túnel no es muy largo y puede ser atravesado sin luz artificial) que a la salida nos llevará a otras instalaciones militares, situadas justo por encima del Faro de Cabo Tiñoso. Hay un sendero que baja por la izquierda hacia el camino del Faro, pero más arriba hemos visto un cartel advirtiendo de que el acceso al Faro estaba cerrado y no hacemos ningún intento por llegar a él. Visitamos las instalaciones de la zona y luego volvemos atrás, pasando por el túnel, para continuar directamente hacia el lugar donde habíamos dejado el coche aparcado, donde termina la ruta.
En conjunto una ruta fácil, de longitud y desnivel total ligeros, con buen suelo, en la que sólo hay que tener cuidado si se visitan las instalaciones o terrazas y miradores situados al borde de acantilados. A pesar de ello nos parece conveniente llevar un buen calzado, preferiblemente de montaña, y tener cuidado en miradores y acantilados; las vistas son impresionantes, pero una caída puede hacer mucho daño.