CABO UDRA

Ruta circular desde Beluso pasando por:
- Praia de Sartaxéns (1.5 km)
- Praia de Tuia (1.9 km)
- Praia Mourisca (2.8 km)
- Praia Pedrón (3.4 km)
- Praia de Ancoradouro (6.2 km)
- Praia de Lagos (7.5 km)
- Praia Area de Bon (9.9 km)
- Pazo de Santa Cruz (14.2 km)


DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:

Salimos de la playa de Beluso, paseo de la Playa y Puerto de Beluso. Nos adentramos en una zona arbolada al lado del mar hasta llegar a una serie de playas que vamos recorriendo: playa Tulla, Playa Mourisca, en esta playa existe un edificio en el que antaño hacían salazón del pescado, hoy en día convertido en museo, pero estaba cerrado, continuamos con arboleda recorriendo todo el litoral, nos acercamos a la Punta Cagadoiro, al lado de la misma hay una pequeña cala llamada playa del Pedrón, retrocedemos unos metros y nos dirigimos a Cabo Udra, que junto con la punta Couso marcan el límite y comienzo de la Ria de Aldán. Vistas impresionantes de la Ria de Pontevedra, incluidas las Islas de Ons y Onza, y también de las Islas Cies.

Pasado el Cabo de Udra se divisa la preciosa Ria de Aldán, la otra orilla que está enfrente nuestra desde Punta Couso hasta Hio, con numerosas playas, y en la orilla que vamos nos encontramos don la playa de Encoradouro, después un precioso sendero que discurre a la vera del mar con múltiples formaciones rocosas, playa de Lagos, playa de Aréa de Bon, aquí Javi se dió un baño ya que hacía un día espectacular.

En esta playa ya abandonamos la cercanía al agua y nos adentramos en el interior para regresar al punto de inicio, pasando por Bon de Abaixo, Bon de Arriba, lugar donde hay una pequeña capilla: Capela de San Amedio, con vistas a nuestras espaldas a la Ria de Aldán, continuamos y bordeamos una finca, en la que se encuentra el Pazo de Santa Cruz, para obtener ya visión de Bueu y la ria de Pontevedra.

Como ya era el último día de nuestra estancia en Pontevedra, y día de regreso a nuestra Salamanca, decidimos coger el coche e ir avanzando hacia casa, y fuimos a comer a Pontearéas en un sitio precioso: la “Finca do Parrulo”