Cádiz-Costa de Santibáñez-Arrierillo (Marambay), 2020-11-10

Interesante ruta por el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, entre la ciudad y Santibáñez, donde recorremos su desconocida y bonita costa y visitamos el Molino del Arrierillo.

Salimos de Cádiz-Estadio en dirección a la Zona Franca, buscando el Camino de Santibánez o antiguo Cordel de Cádiz Este Camino va paralelo a las vías del tren y la CA-33 y posee bonitas vistas al saco de la Bahía.

Al llegar a la zona de Santibáñez, nos desviamos a la izquierda, atravesamos un prado de plantas halófilas (donde hace algunas décadas hubo navazos o huertas de la Vaquería) y empezamos a bordear la costa caminando entre el mar y un muro de contención muy afectado por la acción de las mareas y el oleaje. Nos llama la atención una barca abandonada de bella estampa.

Llegamos al lugar de la antigua Granja de Santibánez, donde observamos las ruinas de su Vaquería. Según las fuentes históricas, en este lugar estaba ubicado el Molino de Sierra, uno de los tres molinos de mareas del término de Cádiz (junto al de Río Arillo y el del Arrierillo). Sin embargo, ese molino no está localizado arqueológicamente.

Continuamos por el Amarradero y la pequeña Playa de Santibáñez, contemplando el curioso contraste entre las ruinas de las edificaciones y las espléndidas vistas de la Bahía. Estas ruinas indican una mayor ocupación humana de Santibáñez en un pasado no muy lejano. Actividades como la pesca, la industria salinera, la molienda de grano, el tránsito de ganado por el Cordel hacia Cádiz, etc., explicarían esas ruinas.

Luego observamos el Área Recreativa de Santibáñez y el Marambay desde un pequeño montículo. La zona recreativa, poco usada por los gaditanos, tiene 7000 m², posee mesas tipo picnic a la sombra de altos eucaliptos y está algo descuidada.

Continuamos por la zona intermareal hasta la Casa y el Molino del Arrierillo, hoy día negocio de hostelería (el Marambay). Hay noticias de este molino de mareas desde principios del siglo XVII, cuando lo vendió su primer propietario Don Nuño de Villavicencio. Luego fue pasando por distintos propietarios y cambiando de nombre: Molino de la Roqueta, de Santibáñez, del Arrierillo, etc. Sus restos actuales proceden del siglo XVIII, cuando se dotó de estructura en L, con tres piedras de moler, arcos en cubo para ruedas motrices, estanque y muro de contención con sillares de piedra ostionera. Debido a su importancia estratégica y defensiva, en la primera mitad del siglo XIX se construyeron junto al Molino una batería y unos polvorines (estos últimos se pueden contemplar desde el camino del Área Recreativa). Actualmente, el Molino del Arrierillo está pendiente de restauración.