Cala Pi a Cabo Blanco.
near Cala Pi, Baleares (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta fácil para acabar el año en donde la subida más importante es la que va desde la playa hasta la parte alta del acantilado. La zona del mirador junto con la torre costera de Cala Pi se encuentra cerrada, con un cartel que prohíbe el paso aunque la barrera la pueden saltar con mucha facilidad. Junto a ella hay una zona de aparcamiento. Construida en 1663 el primer cuerpo del edificio es compacto, macizo, y a su cámara se accedía por el portal con una escalera de cuerda, como elemental sistema de seguridad. Sus muros tienen 1'60 metros de grosor. Era defendida por tres torreros y su primer cañón fue instalado en 1665.El portal es un arco de marés de medio punto poco frecuente en este tipo de construcciones. Hacia el año 1970 la torre fue restaurada por sus propietarios.
La bajada a la playa es bien sencilla por una escalera desde la que se obtienen vistas de los embarcaderos. En la cola de la arena hay una pequeña laguna con juncos. Recuerdo del paso del hombre por estas tierras es la cueva prehistórica de Cala Pi, situada en el lado derecho de la desembocadura del torrente con su fachada de muro talayótico y un grabado rupestre. La salida de la cala se realiza pasado los embarcaderos, por una escalera mezcla entre hormigón y escalones excavados en la roca, protegida con barandilla de hierro.
Bordeamos los acantilados por un sendero desde el que se obtienen vistas de la cala y de la torre y llegamos a Cala Beltrán, entrante que hace una doble ese, por lo que desde el interior no se ve el mar. Estrecha y de roca tiene su encanto.
Salimos por el otro lado y atravesamos el torrente a la altura de una pequeñita cueva para continuar por la senda. Los hitos nos llevan por la orrilla del mar o algo más hacia el interior. En cualquier caso, se unen más adelante. Los hitos los veremos con profusión, haciendo fácil la marcha.
Después disfrutar de las vistas sobre los acantilados y de pasar por una barraca de "roter" o de uso ganadero de planta rectangular en ruinas, a partir de donde desaparecen los hitos y el camino es bastante claro, se llega a una pared con algo parecido a una puerta de mallazo, que se abre, pero que conviene dejar bien cerrada por el ganado.
Llegados a la pared que delimita la zona militar, la podemos sortear al final de esta por la parte que da al mar o saltarla por el hueco que veremos. No hace falta bajar a la caseta derruida que encontramos a nuestra izquierda, lo que se ve desde arriba es lo único que hay.
Más adelante, también a la izquierda, veremos la bajada hacia dos bunkers y un túnel que gracias a tener las paredes pintadas de blanco y que el sol le daba, se puede ver lo profundo que es. Se encuentra cerrado por una gran puerta de barrotes de hierro. Es una zona no apta para personas con vértigo, ya que el sendero es algo estrecho y por el acantilado.
A la torre de Cabo Blanco se puede acceder a su terraza por una escalera de hierro, pero ya en su interior se advierte del grado de deterioro que posee, pués ya comienza a tener pequeños huecos entre sus piedras a traves de los que entra la luz. Construida en 1584 por "picapedres" de Sineu, tiene una altura de 10 metros y 4 metros de diámetro en su terraza. Al igual que otras tantas torres, para dificultar su acceso, al portal se accedía por una cuerda.
El último punto del recorrido es el faro de Cabo Blanco, imponente sobre el acantilado y que marca el extremo oriental de la bahía de Palma. Fue inaugurado en 1863 junto con el faro de Ses Salines. Con un alcance de 25 km, es el único faro de Baleares que aún utiliza una óptica completa del período de Isabel II.
De regreso a la última casa de ruinas que dejamos, a su izquierda hay una gran pista que nos evitará el mal camino de la ida y que lo acorta unos cientos de metros. Hubo un tramo de unos 200 metros que fui campo a través para evitarme llegar a la cola del camino que por nuestra izquierda baja hasta Cala Pi.
Llevar bastante agua, y cuidado si se va a los bunquers con el piso mojado.
La bajada a la playa es bien sencilla por una escalera desde la que se obtienen vistas de los embarcaderos. En la cola de la arena hay una pequeña laguna con juncos. Recuerdo del paso del hombre por estas tierras es la cueva prehistórica de Cala Pi, situada en el lado derecho de la desembocadura del torrente con su fachada de muro talayótico y un grabado rupestre. La salida de la cala se realiza pasado los embarcaderos, por una escalera mezcla entre hormigón y escalones excavados en la roca, protegida con barandilla de hierro.
Bordeamos los acantilados por un sendero desde el que se obtienen vistas de la cala y de la torre y llegamos a Cala Beltrán, entrante que hace una doble ese, por lo que desde el interior no se ve el mar. Estrecha y de roca tiene su encanto.
Salimos por el otro lado y atravesamos el torrente a la altura de una pequeñita cueva para continuar por la senda. Los hitos nos llevan por la orrilla del mar o algo más hacia el interior. En cualquier caso, se unen más adelante. Los hitos los veremos con profusión, haciendo fácil la marcha.
Después disfrutar de las vistas sobre los acantilados y de pasar por una barraca de "roter" o de uso ganadero de planta rectangular en ruinas, a partir de donde desaparecen los hitos y el camino es bastante claro, se llega a una pared con algo parecido a una puerta de mallazo, que se abre, pero que conviene dejar bien cerrada por el ganado.
Llegados a la pared que delimita la zona militar, la podemos sortear al final de esta por la parte que da al mar o saltarla por el hueco que veremos. No hace falta bajar a la caseta derruida que encontramos a nuestra izquierda, lo que se ve desde arriba es lo único que hay.
Más adelante, también a la izquierda, veremos la bajada hacia dos bunkers y un túnel que gracias a tener las paredes pintadas de blanco y que el sol le daba, se puede ver lo profundo que es. Se encuentra cerrado por una gran puerta de barrotes de hierro. Es una zona no apta para personas con vértigo, ya que el sendero es algo estrecho y por el acantilado.
A la torre de Cabo Blanco se puede acceder a su terraza por una escalera de hierro, pero ya en su interior se advierte del grado de deterioro que posee, pués ya comienza a tener pequeños huecos entre sus piedras a traves de los que entra la luz. Construida en 1584 por "picapedres" de Sineu, tiene una altura de 10 metros y 4 metros de diámetro en su terraza. Al igual que otras tantas torres, para dificultar su acceso, al portal se accedía por una cuerda.
El último punto del recorrido es el faro de Cabo Blanco, imponente sobre el acantilado y que marca el extremo oriental de la bahía de Palma. Fue inaugurado en 1863 junto con el faro de Ses Salines. Con un alcance de 25 km, es el único faro de Baleares que aún utiliza una óptica completa del período de Isabel II.
De regreso a la última casa de ruinas que dejamos, a su izquierda hay una gran pista que nos evitará el mal camino de la ida y que lo acorta unos cientos de metros. Hubo un tramo de unos 200 metros que fui campo a través para evitarme llegar a la cola del camino que por nuestra izquierda baja hasta Cala Pi.
Llevar bastante agua, y cuidado si se va a los bunquers con el piso mojado.
Waypoints
Comments (3)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta muy recomendable, impresionantes vistas sobre los acantilados, espectacular!!
Gracias por tu comentario Tem Salva. Es una suerte que en esta isla queden acantilados que resultan tan salvajes y que se puedan disfrutar de ellos. 👌👌
Gracias a ti por compartir estas rutas.