Ibiza. Cala San Vicente. S' Escullet. Es Culleram. Cala San Vicente.

Cala San Vicente (o Sa Cala, como la llaman los ibicencos) es uno de los lugares más bonitos de Ibiza, con una playa que está entre las mejores de la isla y un entorno donde la naturaleza se ha respetado en buena parte. Situada al noreste de la isla, al final de la carretera que recorre su litoral este, permaneció aislada hasta bien entrado el siglo XX, siendo la vía marítima la única posible. Ese aislamiento ha persistido hasta cierto punto y justifica en parte el buen nivel de conservación del entorno; aún ahora la carretera es bastante estrecha y tiene muchas curvas, pero el lugar en su conjunto es bellísimo y merece totalmente una visita.
Para llegar a Cala San Vicente tomamos la carretera desde San Antonio, o Ibiza, a Santa Eularia des Rius, y desde aquí seguimos por San Carles, para finalmente llegar a Cala San Vicente. Desde la playa podemos disfrutar de buenas vistas hacia el islote de Tagomago, aunque son mejores desde el Pou des Lleó y el Cap Roig (una ruta que hemos hecho, pero no he grabado).
Tras aparcar en una de las calles de acceso a la playa de la Cala, actualmente sin problemas por el final de la temporada turística, bajamos a la playa y se recorre el paseo hacia el norte hasta el final. Aquí se gira a la izquierda y se comienza a subir por una calle asfaltada, de la que más adelante sale un sendero a la izquierda; no hay marcas por lo que hay que estar atento al GPS. El sendero se sigue bien aunque es estrecho, en zonas degradado, y con vegetación que ocasionalmente dificulta la marcha e impide ver la costa casi siempre. Hay salidas laterales que permiten acercarse a la costa, con buenas vistas sobre la Cala de Agua Dulce o el Cap Negre. El sendero sale a una plana descubierta a la altura de Ses Formigues (que son los pequeños islotes cercanos al cabo de S'Escullet) y donde se puede ver un amplio trozo de costa, incluyendo en la distancia el Faro Moscarter, próximo a Portinatx. Desde aquí el sendero vuelve a introducirse en el bosque para subir el monte en dirección a la pista no asfaltada, amplia pero transitable solo para vehículos todoterreno, que lleva al Pla de Ses Formigues, y desde aquí al Santuario púnico de la Cova de Es Culleram, dedicado a los dioses Reseph-Melkart y Tanit (o Tinnit-Gad, diosa protectora de Cartago); en algunas fuentes se cita que su construcción, interpretable como una expresión sacralizada de la colonización agraria de la zona por pobladores de origen fenicio o púnico, se inició en el siglo V a.C. (otras lo retrasan hasta el siglo IV a.C, tras el análisis de los materiales hallados en el santuario) y su ocupación más intensa se mantuvo hasta el siglo II a.C. El santuario ocupaba una cueva, en la que se han encontrado restos de sacrificios animales, así como un amplio número de exvotos (particularmente notables las terracotas con representaciones femeninas), y cuyo acceso está limitado mediante rejas; el entorno de la cueva está bien urbanizado a pesar de la irregularidad del suelo.
Desde el Santuario el camino baja hasta el valle, a través de un sendero irregular en el que conviene tener cierto cuidado para evitar resbalar, y tras llegar al llano se atraviesa la carretera entre Cala de San Vicente y Sant Vicent de Sa Cala, para luego seguir por una pista separada de la carretera hasta Cala San Vicente, lugar de inicio del recorrido, y donde termina esta ruta.
En conjunto una ruta muy recomendable, de longitud media y desnivel leve-moderado, con una interesante combinación de naturaleza y cultura y unas vistas impresionantes. Sin puntos de dificultad técnica significativa, aunque se debe tener cierto cuidado al caminar por los acantilados y en la bajada de Es Culleram, es una ruta que puede ser seguida por muchas personas, aunque deben evitarla los niños pequeños y las personas con limitación de movilidad o mal estado físico. Es aconsejable llevar un calzado apropiado (preferiblemente de montaña, aunque no necesariamente botas), agua suficiente, sobre todo en verano, y tal vez algo de comida si se desea aprovechar la costa o explorar en detalle la zona histórica. Es muy aconsejable llevar la ruta grabada en GPS, y controlar que se sigue la ruta correcta para evitar extravíos.