Calar de la Sima 1: Los Prados, Rincón Cavero, Cueva Palomera, Mentiras, Pradomira, Peña la Cabeza
near Cortijo Prados, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
“Me encanta sentarme en la cima de una montaña y mirar. No pienso en otra cosa que en las personas que me importan y en la vista”. Julian Lennon.
El Calar de la Sima (que junto al Calar del Mundo da nombre al Parque Natural de Los Calares) está situado en el ángulo SW de la provincia, dentro del término municipal de Yeste, del que ocupa su extremo más occidental, llegando una pequeña parte del mismo hasta la provincia de Jaén (en este caso formando parte del Parque Nacional de Cazorla, Segura y Las Villas).
Aunque perfectamente diferenciado en cuanto a estructuras y materiales, lógicamente, las condiciones generales de los calares aparecen en este calar, cuyo propio nombre hace referencia a una forma cárstica concreta (sima) que aparece directamente relacionada con una falla transversal que lo divide y desnivela: el calar más representativo queda constituido por la parte sur del macizo, presentando una disposición de sinclinal colgado a una altitud superior a los 1.700 m, en la que la basculación define el escarpe más potente (hacia el este) conformando la cresta en la que el vértice del Mentiras (1.897 m) y la cota de 1.898 m dan la máxima altitud, mientras que en la mitad norte, hacia el septentrión, las formas pierden rotundidad y la pendiente se suaviza sensiblemente.
Comparte el Calar de la Sima varias características con el del Mundo, una de ellas es el hecho de que cuando el nivel freático asciende lo suficiente, el agua fluye por cavidades que el resto del año actúan como sumideros; en ese caso concreto se dice que la sima “revienta”, pasando a funcionar
como una surgencia hasta que el nivel freático desciende y el exceso de agua, que puede llegar a inundar algunas dolinas, desaparece para ser canalizado por las surgencias regulares durante todo el año. Esta característica, además de su cercanía, hacen pensar en un origen similar para ambos calares, pues aunque ostensiblemente de menor superficie (10 Km2 frente a los 50-55 Km2 de aquel) que implica que el número de formas cársticas sea menor, no así su evolución.
Poco después de pasar el cortijo en ruinas de Los Prados Altos y el Prado de Isidoro, con sus fuentes y terreno de pradera, aparcamos el coche. Poco después llegaremos andando a Los Prados, aldea que nos sorprende por ser un verdadero reelecto de la vida rural. Nada más entrar en la misma nos encontramos con los lavaderos, limpios y cuidados. Poco antes sale una pista que podíamos tomar para seguir la ruta, pero preferimos hacerlo por la calle que sale de los lavaderos hacia la derecha que pronto se convierte en un sendero entre carrascas y que empalma con la pista que ya sin abandonarla y siempre llaneando cómodamente, sobre los 3 km encontramos a nuestra derecha “la casa de los holandeses”, muy cuidada, con buen acopio de leña y siempre habitada por la familia nórdica. Un poco más adelante divisamos los tejados del cortijo del Rincón Cavero, por el que deberíamos haber pasado haciendo las curvas del camino y no intentando atajar como hicimos nosotros. Pasado el cortijo, la pista hace una curva grande a la izquierda para salvar el barranco, a partir de aquí nos introducimos en una zona de umbría donde se nota la humedad. El caminar se hace muy agradable, pasaremos por el Collado de las Vaquillas entre una profusa arboleda, cuando llevamos cerca de 7 km, llegaremos al conocido Collado del Bachiller, uno de los hitos más conocidos de esta ruta. Conforme avanzamos la pista se encrespa ostensiblemente al tiempo que se estropea el firme abundando la piedra suelta, cuesta un poco más subir el repecho, encarado hacia la Peña Palomera que junto con el Cerrico de las Mentiras y el Puntal de las Víboras son testigos de nuestra andadura.. Sobre los 8 km, se acaba el carril, en el paraje de Los Pocicos, a unos 1200 m de altitud. El carril termina y se convierte en sendero de montaña, a medida que va ascendiendo van desapareciendo lo pinos. La subida es durísima al principio, está muy bien señalizadla. A tramos, el sendero está prácticamente escapado en la roca, se hace asfixiante la subida, a la vez que nos va mostrando una belleza esplendorosa.. Después de cruzar un barranco encontraremos un lugar más estrecho y empinado, de mayor dificultad en la que tenemos que ir dando algunos pasos de escalada, traspasado el cual nos encaminamos directamente a la boquera que forman los dos puntales de la Peña Palomera. La Fuente de leña Peña Palomera da lugar al arroyo del mismo nombre que desemboca en el Segura a la altura de la piscifactoría de Ladonar. Desde la Fuente nos acercamos a ver la cueva que hay debajo de la Peña Palomera y de ahí la vamos bordeando hasta coronar su cima (1.764 m.), y bajar y acercarnos a ver dos incipientes simas en la zona de pastizal. De ahí, vamos subiendo la ladera de Torca Honda hacia el Cerrico de las Mentiras (1896 m), acercándonos por la parte de atrás de la Peña del Corral de Piedra, desde aquí vamos siguiendo la cuerda hasta llegar al vértice geodésico, pasando antes por El Pico Banderas o Puntal de Aliaga con sus formaciones rocosas muy curiosas (1897 m), desde donde tenemos unas vistas indescriptibles: La Sagra, toda la Sierra de Guillemona, la Sierra del Cuquillo, El Yelmo, La Sierra de Cazorla, la del Segura y la de Alcaraz.
La bajada la hacemos siguiendo por la cresta, después de pasar la alambrada, al llegar a la zona de pinos nos dejamos caer sin senda hacia el barranco para tomar desde allí la senda que se dirige a la Sima, pero dirección Pradomira. Al llegar al Cuco, donde veremos una construcción, ya un poco derruida, de piedra, y que era utilizada por los pastores para guarecerse de las inclemencias del tiempo, seguiremos por la Cañada del Nero y pasaremos por La Fuente la Pilica y los Palancares bajo el Cerro de la Molata del Imperio, con el Puntal del Avellano (1438 m), también conocido como Puntal de Collado Tornero, a nuestra derecha y abajo la profunda garganta del Río Tus, separadora de los Calares de la Sima y del Mundo. Contemplamos la Peña de la cabeza una característica y prominente roca que recibe ese nombre por las formas geológicas ya que desde algunos puntos (sobre todo desde la parte superior de la pista, pasada la roca) aparenta una testa novecentista que observa el Hueco, el busto de un varón que mira al frente, quizás petrificado (hay algunas historias sobre dicha Peña como cuento en la Ruta 2 del Calar de la Sima), y muy cerca sale una senda a la derecha que nos llevará hasta el coche donde daremos por terminada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
El Calar de la Sima (que junto al Calar del Mundo da nombre al Parque Natural de Los Calares) está situado en el ángulo SW de la provincia, dentro del término municipal de Yeste, del que ocupa su extremo más occidental, llegando una pequeña parte del mismo hasta la provincia de Jaén (en este caso formando parte del Parque Nacional de Cazorla, Segura y Las Villas).
Aunque perfectamente diferenciado en cuanto a estructuras y materiales, lógicamente, las condiciones generales de los calares aparecen en este calar, cuyo propio nombre hace referencia a una forma cárstica concreta (sima) que aparece directamente relacionada con una falla transversal que lo divide y desnivela: el calar más representativo queda constituido por la parte sur del macizo, presentando una disposición de sinclinal colgado a una altitud superior a los 1.700 m, en la que la basculación define el escarpe más potente (hacia el este) conformando la cresta en la que el vértice del Mentiras (1.897 m) y la cota de 1.898 m dan la máxima altitud, mientras que en la mitad norte, hacia el septentrión, las formas pierden rotundidad y la pendiente se suaviza sensiblemente.
Comparte el Calar de la Sima varias características con el del Mundo, una de ellas es el hecho de que cuando el nivel freático asciende lo suficiente, el agua fluye por cavidades que el resto del año actúan como sumideros; en ese caso concreto se dice que la sima “revienta”, pasando a funcionar
como una surgencia hasta que el nivel freático desciende y el exceso de agua, que puede llegar a inundar algunas dolinas, desaparece para ser canalizado por las surgencias regulares durante todo el año. Esta característica, además de su cercanía, hacen pensar en un origen similar para ambos calares, pues aunque ostensiblemente de menor superficie (10 Km2 frente a los 50-55 Km2 de aquel) que implica que el número de formas cársticas sea menor, no así su evolución.
Poco después de pasar el cortijo en ruinas de Los Prados Altos y el Prado de Isidoro, con sus fuentes y terreno de pradera, aparcamos el coche. Poco después llegaremos andando a Los Prados, aldea que nos sorprende por ser un verdadero reelecto de la vida rural. Nada más entrar en la misma nos encontramos con los lavaderos, limpios y cuidados. Poco antes sale una pista que podíamos tomar para seguir la ruta, pero preferimos hacerlo por la calle que sale de los lavaderos hacia la derecha que pronto se convierte en un sendero entre carrascas y que empalma con la pista que ya sin abandonarla y siempre llaneando cómodamente, sobre los 3 km encontramos a nuestra derecha “la casa de los holandeses”, muy cuidada, con buen acopio de leña y siempre habitada por la familia nórdica. Un poco más adelante divisamos los tejados del cortijo del Rincón Cavero, por el que deberíamos haber pasado haciendo las curvas del camino y no intentando atajar como hicimos nosotros. Pasado el cortijo, la pista hace una curva grande a la izquierda para salvar el barranco, a partir de aquí nos introducimos en una zona de umbría donde se nota la humedad. El caminar se hace muy agradable, pasaremos por el Collado de las Vaquillas entre una profusa arboleda, cuando llevamos cerca de 7 km, llegaremos al conocido Collado del Bachiller, uno de los hitos más conocidos de esta ruta. Conforme avanzamos la pista se encrespa ostensiblemente al tiempo que se estropea el firme abundando la piedra suelta, cuesta un poco más subir el repecho, encarado hacia la Peña Palomera que junto con el Cerrico de las Mentiras y el Puntal de las Víboras son testigos de nuestra andadura.. Sobre los 8 km, se acaba el carril, en el paraje de Los Pocicos, a unos 1200 m de altitud. El carril termina y se convierte en sendero de montaña, a medida que va ascendiendo van desapareciendo lo pinos. La subida es durísima al principio, está muy bien señalizadla. A tramos, el sendero está prácticamente escapado en la roca, se hace asfixiante la subida, a la vez que nos va mostrando una belleza esplendorosa.. Después de cruzar un barranco encontraremos un lugar más estrecho y empinado, de mayor dificultad en la que tenemos que ir dando algunos pasos de escalada, traspasado el cual nos encaminamos directamente a la boquera que forman los dos puntales de la Peña Palomera. La Fuente de leña Peña Palomera da lugar al arroyo del mismo nombre que desemboca en el Segura a la altura de la piscifactoría de Ladonar. Desde la Fuente nos acercamos a ver la cueva que hay debajo de la Peña Palomera y de ahí la vamos bordeando hasta coronar su cima (1.764 m.), y bajar y acercarnos a ver dos incipientes simas en la zona de pastizal. De ahí, vamos subiendo la ladera de Torca Honda hacia el Cerrico de las Mentiras (1896 m), acercándonos por la parte de atrás de la Peña del Corral de Piedra, desde aquí vamos siguiendo la cuerda hasta llegar al vértice geodésico, pasando antes por El Pico Banderas o Puntal de Aliaga con sus formaciones rocosas muy curiosas (1897 m), desde donde tenemos unas vistas indescriptibles: La Sagra, toda la Sierra de Guillemona, la Sierra del Cuquillo, El Yelmo, La Sierra de Cazorla, la del Segura y la de Alcaraz.
La bajada la hacemos siguiendo por la cresta, después de pasar la alambrada, al llegar a la zona de pinos nos dejamos caer sin senda hacia el barranco para tomar desde allí la senda que se dirige a la Sima, pero dirección Pradomira. Al llegar al Cuco, donde veremos una construcción, ya un poco derruida, de piedra, y que era utilizada por los pastores para guarecerse de las inclemencias del tiempo, seguiremos por la Cañada del Nero y pasaremos por La Fuente la Pilica y los Palancares bajo el Cerro de la Molata del Imperio, con el Puntal del Avellano (1438 m), también conocido como Puntal de Collado Tornero, a nuestra derecha y abajo la profunda garganta del Río Tus, separadora de los Calares de la Sima y del Mundo. Contemplamos la Peña de la cabeza una característica y prominente roca que recibe ese nombre por las formas geológicas ya que desde algunos puntos (sobre todo desde la parte superior de la pista, pasada la roca) aparenta una testa novecentista que observa el Hueco, el busto de un varón que mira al frente, quizás petrificado (hay algunas historias sobre dicha Peña como cuento en la Ruta 2 del Calar de la Sima), y muy cerca sale una senda a la derecha que nos llevará hasta el coche donde daremos por terminada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
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