Calar de la Sima 2: Vado de Tus, Las Mohedas, Peña de la Cabeza, Mentiras, La Sima, Collado Tornero
near Cortijo Prados, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
“Persigo la felicidad. Y la montaña responde a mi búsqueda”. Chantal Maudit
En la ladera noroccidental el Calar de la Sima se delimita por el cañón del río Tus, afluente del Segura, que entra en la provincia por el suroeste, procedente de la de Jaén, formando un espectacular desfiladero fluvial: el Estrecho del Diablo, que abre un agreste y profundísimo tajo con el Calar del Mundo, cruzando el Parque Natural a lo largo de unos 8 Km. Entre ambos calares, de la Sima y del Mundo, abrigan y cierran el conocido Hueco de Tus o Valle del río Tus que, por ello, disfruta de un clima local o microclima al verse rodeado en todo su derredor por las altas paredes que lo abrazan: por el lado el Calar del Mundo, desde un extremo (Puntal de La Escaleruela) al otro (Puntal de La Encomienda y Molejón de Moropeche) pasando por el septentrión (Puntal de Los Engarbos y Poyo Cotillas), y por el lado del Calar de La Sima desde El Cerro Cabú hasta los Poyos Cañizares pasando por el Cerrico de Las Mentiras. Los altos acantilados protegen el Valle defendiéndolo de fríos, vientos y nieves al abrigo de sus altos y rubios escarpes calizos.
En su ladera oriental, el Calar de la Sima se extiende ceremonioso, hegemónico, sobre algunas aldeas y caseríos que, también al abrigo de su solana, soportan el crudo invierno albaceteño. Las mayores aldeas son Arguellite, los Prados Altos, La Alcantarilla (de Arriba y de Abajo), Plañel y Ladonal, núcleos diseminados a su vez que sobresalen sobre una prole innumerable de cortijos que salpican las faldas del Calar aprovechando antiguamente los escasos espacios que permitían el trabajo agrícola. Los cortijos de La Cueva del Agua, La Toja, Las Mozas, Las Parideras, Guerreros, El Saltador o Rincón Cavero (por sólo nombrar los de topónimos más sugestivos) utilizan las aguas de los numerosos arroyos que descienden de las altas cumbres de la Peña Palomera y del Mentiras para regar pequeñas parcelas de agricultura de montaña hoy totalmente en retroceso. Las aguas fluyen transparentes y abundantes durante todo el año (sobre todo si nieva); nacidos de manantiales a casi 2.000 metros de altitud, son puro hielo aun en verano, como nos decía un lugareño: “Si bebes directamente del chorro de agua y no te secas rápido, los labios se amoratan y la dentadura se resiente al punto de poder perder alguna pieza”. En la Peña Palomera nace el de mayor caudal, conocido como Arroyo de la Peña Palomera o de La Alcantarilla (al paso por esa aldea), pero la lista de torrenteras, fuentes y correntales se haría interminable en este bello rincón de la geografía serrana albaceteña, destacando entre ellos el de la Espinea, que se precipita en un barranco encajonado que sirve de límite a las provincias de Albacete y Jaén, junto a la aldea de El Parolis.
LA RUTA
Partimos de la zona del Vado de Tus, al poco de pasar el puente y muy cerca de la Aldea de Collado Tornero. Volvemos sobre nuestros pasos para cruzar el Puente de las Mohedas sobre el Río Tus, río de ajorro o de arrastre de troncos, que los pertigueros guiaban a través de las corrientes del agua a las zonas de embarque; la pista en perpetuo ascenso, nos eleva a La Moheda. En algo menos de medio kilómetro desde Las Mohedas ( después de pasar por un par de casas situadas en un prominente mirador), abandonaremos la pista de tierra que sube al Cerro Cabú por la derecha para ascender por una atractiva y dura senda hacia Los Palancares, (pasando antes por Los Castillicos , esos grandes peñascos verticales, rodeados de pinar), donde llegamos cuando hemos recorrido unos cuatro kilómetros. Llegamos a una pista forestal, estamos frente a la Peña de la Cabeza, curiosa formación rocosa.; según cuenta la leyenda representa una viejecita convertida en piedra al ser rodeada por la manada de lobos que pretendían devorarla, ya que avisaba a los caminantes de su acecho, tal fue su pavor al verse perdida que se transformó en roca. A cinco metros de la Peña de la Cabeza sale una senda que se dirige a Los Prados y la cual tomamos para abandonarla a unos 500 metros y tomar una incipiente senda que se va perdiendo y por lo que hay que ir muy pendiente del Track. Es un monte muy descuidado, en pendiente importante y difícil de transitar. (por este tramo, prácticamente sin senda, califico la ruta de difícil, si no os gusta un poco de aventura, si nos estáis seguros caminando sin senda por el bosque de pinos, os recomiendo que no la hagáis, no es peligrosa, se anda bien por el monte, pero hay que saber orientarse, y como digo, el GPS es imprescindible si es la primera vez que la hacéis, por este motivo la califico de difícil). Vamos ganando altura y no sin esfuerzo llegamos a un mirador natural con preciosas vista al hueco de Tus. Estamos en la cima de la Molata del Imperio. Desde este precioso mirador vamos acercándonos a la umbría, ascendiendo progresivamente y cruzando por un terreno de pinar, carrascos y pequeños robles, siempre ganando altura y contemplando desde los alto la magnitud del Calar de la Sima. Si seguimos el track alcanzaremos el cordal que nos llevará al Cerrico del Mentiras no sin antes haber contemplado la grandiosidad del paisaje que se nos ofrece. Los verticales acantilados hacia el Valle del Segura y las no menos atractivos paisajes del valle de Tus con todas sus sierra, cimas y, por supuesto, el Calar del Mundo en toda su extensión. Por eso al llegar al vértice geodésico sólo nos queda agradecer los que nos ha ofrecido la llegada hasta aquí y prepararnos para la bajada.
La bajada desde el Mentirases directa, en perpendicular desde el vértice Geodésico, en doscientos cincuenta metros desde la morra, llegamos a un vallado junto a un árbol. Saltamos la valla y seguimos hacia bajo siguiendo unos mojones que ya no nos van a abandonar hasta la Sima. Se baja ahora más bruscamente, en dirección a un montón de piedras y un hito de madera del sendero, en dirección noroeste. Tras unos mil seiscientos metros de continuo descenso, en una explanada, llegamos a las trazas de dos ruedas que cruzamos. En poco más de cien metros, llegamos a la Sima. La sima es una garganta, una cavidad profunda, de paredes verticales, una brecha de 10 m de profundidad, con endemismos locales. Forma un hundimiento generoso y un gran sumidero que da lugar a distintas fuentes y manantiales, una brecha caótica de varios metros de profundidad, alargada, que alberga, no solo en el fondo sino también en las grietas de las paredes, una auténtica riqueza botánica difícil de encontrar en otros lugares. Si bajáramos, en esta ocasión no lo vamos a hacer, veríamos dos hermosos tejos; nos conformamos con verla desde arriba, es atractiva.
Desde la sima se sigue una senda. En poco más de doscientos metros se llega a un camino ancho, que seguiremos hacia la izquierda. Más adelante, encontramos una verja con la puerta abierta. En poco menos de un kilómetro, un camino se une al nuestro por la izquierda. A los 1750 m. de la sima, llegamos a un prado muy bonito, con una construcción de piedra – El Cuco-. Llegamos a un carril que seguimos hacia la izquierda y que nos lleva al Cortijo de Pradomira. Sorprende la cantidad de helechos. En unos trescientos metros, arriba a la derecha, en las rocas, un aprisco. El camino, en una curva a la izquierda, desciende y nos metemos en una zona de pinos. En el camino las pruebas de ganado lanar y equino. En otros trescientos metros, llegamos a una bifurcación: a la izquierda se sigue al cortijo de Pradomira. A la derecha, bajando, llegaremos a Collado Tornero en unos tres kilómetros. En doscientos metros, llegamos a otra bifurcación: a la izquierda nos llevaría a la senda de los Voladores, nosotros seguimos hacia la derecha. En ciento cincuenta metros, llegamos al manantial y Fuente de Pradomira. Seguimos descendiendo.
Transitamos plácidamente durante un kilómetro, hasta que, en un momento dado, el carril, al llegar a un barranco, en una zona de helechos y juncos, se convierte en senda, pues el carril se inunda y se encharca fácilmente. Llegamos a una especie de collado muy agradable, si queremos ver el Estrecho del Diablo del río Tus, tenemos a la izquierda de donde nos encontramos una gran oportunidad, nos acercamos a un pequeño montículo y lo cruzamos para situarnos encima de los cortados del cañón del río Tus. De vuelta a la senda, esta zigzaguea, en continuo descenso, es muy atractiva. Nos deleitan las vistas del valle del río Tus. Al fondo en lo alto, el calar del río Mundo. Cruzamos un vallado, cuya puerta está abierta, al lado de un barranco. El camino tiene muchos cortes por el agua, hay que intentar seguir la bajada más cómoda, evitando los atajos. En unos mil doscientos metros, desde el inicio de la senda, pasamos junto a los restos de la Tinada de Eulogio, a la derecha. Seguimos por la senda medio kilómetro más, para llegar a Collado Tornero. Es un atractivo pueblo. Al final del mismo hay una zona de aparcamiento para dos coches y enfrente un mirador para contemplar la belleza del entorno y las cascadas del Arroyo de los Marines antes de unirse al Tus. Bajamos una corta pero pronunciada pendiente para tomar la carretera donde a pocos metros, antes del puente, aparcamos el coche dando por terminada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información de la parte inicial de la descripción ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
En la ladera noroccidental el Calar de la Sima se delimita por el cañón del río Tus, afluente del Segura, que entra en la provincia por el suroeste, procedente de la de Jaén, formando un espectacular desfiladero fluvial: el Estrecho del Diablo, que abre un agreste y profundísimo tajo con el Calar del Mundo, cruzando el Parque Natural a lo largo de unos 8 Km. Entre ambos calares, de la Sima y del Mundo, abrigan y cierran el conocido Hueco de Tus o Valle del río Tus que, por ello, disfruta de un clima local o microclima al verse rodeado en todo su derredor por las altas paredes que lo abrazan: por el lado el Calar del Mundo, desde un extremo (Puntal de La Escaleruela) al otro (Puntal de La Encomienda y Molejón de Moropeche) pasando por el septentrión (Puntal de Los Engarbos y Poyo Cotillas), y por el lado del Calar de La Sima desde El Cerro Cabú hasta los Poyos Cañizares pasando por el Cerrico de Las Mentiras. Los altos acantilados protegen el Valle defendiéndolo de fríos, vientos y nieves al abrigo de sus altos y rubios escarpes calizos.
En su ladera oriental, el Calar de la Sima se extiende ceremonioso, hegemónico, sobre algunas aldeas y caseríos que, también al abrigo de su solana, soportan el crudo invierno albaceteño. Las mayores aldeas son Arguellite, los Prados Altos, La Alcantarilla (de Arriba y de Abajo), Plañel y Ladonal, núcleos diseminados a su vez que sobresalen sobre una prole innumerable de cortijos que salpican las faldas del Calar aprovechando antiguamente los escasos espacios que permitían el trabajo agrícola. Los cortijos de La Cueva del Agua, La Toja, Las Mozas, Las Parideras, Guerreros, El Saltador o Rincón Cavero (por sólo nombrar los de topónimos más sugestivos) utilizan las aguas de los numerosos arroyos que descienden de las altas cumbres de la Peña Palomera y del Mentiras para regar pequeñas parcelas de agricultura de montaña hoy totalmente en retroceso. Las aguas fluyen transparentes y abundantes durante todo el año (sobre todo si nieva); nacidos de manantiales a casi 2.000 metros de altitud, son puro hielo aun en verano, como nos decía un lugareño: “Si bebes directamente del chorro de agua y no te secas rápido, los labios se amoratan y la dentadura se resiente al punto de poder perder alguna pieza”. En la Peña Palomera nace el de mayor caudal, conocido como Arroyo de la Peña Palomera o de La Alcantarilla (al paso por esa aldea), pero la lista de torrenteras, fuentes y correntales se haría interminable en este bello rincón de la geografía serrana albaceteña, destacando entre ellos el de la Espinea, que se precipita en un barranco encajonado que sirve de límite a las provincias de Albacete y Jaén, junto a la aldea de El Parolis.
LA RUTA
Partimos de la zona del Vado de Tus, al poco de pasar el puente y muy cerca de la Aldea de Collado Tornero. Volvemos sobre nuestros pasos para cruzar el Puente de las Mohedas sobre el Río Tus, río de ajorro o de arrastre de troncos, que los pertigueros guiaban a través de las corrientes del agua a las zonas de embarque; la pista en perpetuo ascenso, nos eleva a La Moheda. En algo menos de medio kilómetro desde Las Mohedas ( después de pasar por un par de casas situadas en un prominente mirador), abandonaremos la pista de tierra que sube al Cerro Cabú por la derecha para ascender por una atractiva y dura senda hacia Los Palancares, (pasando antes por Los Castillicos , esos grandes peñascos verticales, rodeados de pinar), donde llegamos cuando hemos recorrido unos cuatro kilómetros. Llegamos a una pista forestal, estamos frente a la Peña de la Cabeza, curiosa formación rocosa.; según cuenta la leyenda representa una viejecita convertida en piedra al ser rodeada por la manada de lobos que pretendían devorarla, ya que avisaba a los caminantes de su acecho, tal fue su pavor al verse perdida que se transformó en roca. A cinco metros de la Peña de la Cabeza sale una senda que se dirige a Los Prados y la cual tomamos para abandonarla a unos 500 metros y tomar una incipiente senda que se va perdiendo y por lo que hay que ir muy pendiente del Track. Es un monte muy descuidado, en pendiente importante y difícil de transitar. (por este tramo, prácticamente sin senda, califico la ruta de difícil, si no os gusta un poco de aventura, si nos estáis seguros caminando sin senda por el bosque de pinos, os recomiendo que no la hagáis, no es peligrosa, se anda bien por el monte, pero hay que saber orientarse, y como digo, el GPS es imprescindible si es la primera vez que la hacéis, por este motivo la califico de difícil). Vamos ganando altura y no sin esfuerzo llegamos a un mirador natural con preciosas vista al hueco de Tus. Estamos en la cima de la Molata del Imperio. Desde este precioso mirador vamos acercándonos a la umbría, ascendiendo progresivamente y cruzando por un terreno de pinar, carrascos y pequeños robles, siempre ganando altura y contemplando desde los alto la magnitud del Calar de la Sima. Si seguimos el track alcanzaremos el cordal que nos llevará al Cerrico del Mentiras no sin antes haber contemplado la grandiosidad del paisaje que se nos ofrece. Los verticales acantilados hacia el Valle del Segura y las no menos atractivos paisajes del valle de Tus con todas sus sierra, cimas y, por supuesto, el Calar del Mundo en toda su extensión. Por eso al llegar al vértice geodésico sólo nos queda agradecer los que nos ha ofrecido la llegada hasta aquí y prepararnos para la bajada.
La bajada desde el Mentirases directa, en perpendicular desde el vértice Geodésico, en doscientos cincuenta metros desde la morra, llegamos a un vallado junto a un árbol. Saltamos la valla y seguimos hacia bajo siguiendo unos mojones que ya no nos van a abandonar hasta la Sima. Se baja ahora más bruscamente, en dirección a un montón de piedras y un hito de madera del sendero, en dirección noroeste. Tras unos mil seiscientos metros de continuo descenso, en una explanada, llegamos a las trazas de dos ruedas que cruzamos. En poco más de cien metros, llegamos a la Sima. La sima es una garganta, una cavidad profunda, de paredes verticales, una brecha de 10 m de profundidad, con endemismos locales. Forma un hundimiento generoso y un gran sumidero que da lugar a distintas fuentes y manantiales, una brecha caótica de varios metros de profundidad, alargada, que alberga, no solo en el fondo sino también en las grietas de las paredes, una auténtica riqueza botánica difícil de encontrar en otros lugares. Si bajáramos, en esta ocasión no lo vamos a hacer, veríamos dos hermosos tejos; nos conformamos con verla desde arriba, es atractiva.
Desde la sima se sigue una senda. En poco más de doscientos metros se llega a un camino ancho, que seguiremos hacia la izquierda. Más adelante, encontramos una verja con la puerta abierta. En poco menos de un kilómetro, un camino se une al nuestro por la izquierda. A los 1750 m. de la sima, llegamos a un prado muy bonito, con una construcción de piedra – El Cuco-. Llegamos a un carril que seguimos hacia la izquierda y que nos lleva al Cortijo de Pradomira. Sorprende la cantidad de helechos. En unos trescientos metros, arriba a la derecha, en las rocas, un aprisco. El camino, en una curva a la izquierda, desciende y nos metemos en una zona de pinos. En el camino las pruebas de ganado lanar y equino. En otros trescientos metros, llegamos a una bifurcación: a la izquierda se sigue al cortijo de Pradomira. A la derecha, bajando, llegaremos a Collado Tornero en unos tres kilómetros. En doscientos metros, llegamos a otra bifurcación: a la izquierda nos llevaría a la senda de los Voladores, nosotros seguimos hacia la derecha. En ciento cincuenta metros, llegamos al manantial y Fuente de Pradomira. Seguimos descendiendo.
Transitamos plácidamente durante un kilómetro, hasta que, en un momento dado, el carril, al llegar a un barranco, en una zona de helechos y juncos, se convierte en senda, pues el carril se inunda y se encharca fácilmente. Llegamos a una especie de collado muy agradable, si queremos ver el Estrecho del Diablo del río Tus, tenemos a la izquierda de donde nos encontramos una gran oportunidad, nos acercamos a un pequeño montículo y lo cruzamos para situarnos encima de los cortados del cañón del río Tus. De vuelta a la senda, esta zigzaguea, en continuo descenso, es muy atractiva. Nos deleitan las vistas del valle del río Tus. Al fondo en lo alto, el calar del río Mundo. Cruzamos un vallado, cuya puerta está abierta, al lado de un barranco. El camino tiene muchos cortes por el agua, hay que intentar seguir la bajada más cómoda, evitando los atajos. En unos mil doscientos metros, desde el inicio de la senda, pasamos junto a los restos de la Tinada de Eulogio, a la derecha. Seguimos por la senda medio kilómetro más, para llegar a Collado Tornero. Es un atractivo pueblo. Al final del mismo hay una zona de aparcamiento para dos coches y enfrente un mirador para contemplar la belleza del entorno y las cascadas del Arroyo de los Marines antes de unirse al Tus. Bajamos una corta pero pronunciada pendiente para tomar la carretera donde a pocos metros, antes del puente, aparcamos el coche dando por terminada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información de la parte inicial de la descripción ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
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