Calar de los Caracoles y arroyo de las Herrerías.

Ruta de dificultad media-alta con algunos tramos difíciles de andar y de seguir .
MUCHA PRECAUCIÓN , CON LLUVIAS O PROBABILIDAD DE TORMENTAS NO HACER EL TRAMO DE LA CERRADA DEL ARROYO DE LAS HERRERÍAS.
Precioso recorrido otoñal por los aledaños del río Madera .
El inicio y final de esta ruta es en el área de acampada controlada de los Negros . Iniciamos la ruta dirigiéndonos al río Madera y avanzamos sin una senda definida por su ribera , primero por la derecha y después por la izquierda hasta encontrar una desvanecida trocha por la que ascendemos. A medida que subimos esta trocha se hace más evidente convirtiéndose en senda , la seguimos hasta desembocar en una amplia pista forestal donde giramos a derecha.
Siguimos esta pista y antes de llegar al cortijo de Horno Peguera giramos a la izquierda por unas desvanecidas trochas con bastante desnivel y tierra suelta , según avanzamos el firme del terreno mejora , este avance nos lleva al punto más alto del Calar de los Caracoles.
Proseguimos cresteando sin dificultad por el calar hasta llegar a la caseta del cerro de las Herrerías .
Continuamos volviendo sobre nuestros pasos hasta encontrar la zona de bajada , en esta zona el sendero está poco definido , encontrando una zona de riesgo marcada en el track .
Esta bajada nos deja en la pista forestal proveniente del Cortijo de Horno Peguera , giramos a la izquierda y avanzamos hasta el km 10'47 del track donde volvemos a girar a la izquierda por un camino que nos deja en la senda de la cerrada del arroyo de las Herrerías.
La senda de la cerrada esta bien definida pero con ciertos puntos de riesgo por lo que deberemos ser precavidos en el avance . Siguiendo el sendero encontraremos un precioso tejo y poco después una bonita cascada , al tener un cauce bajo podemos descender por la cascada , si el cauce fuese mayor este paso sería impracticable .
Pasada la cascada seguimos por lo que parece ser el cauce seco de un brazo del arroyo hasta encontrar el río Madera . En este punto giramos a la izquierda y avanzamos por un camino que va perdiendo definición hasta convertirse en una serie de desvaidas sendas que nos devuelven al punto de inicio.