Calatañazor. Río Milanos. Castro Castejones.
near Calatañazor, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta ruta parte de la localidad medieval de Calatañazor, y haciendo un recorrido circular vuelve a través de las hoces del río Milanos.
No tiene dificultad ya que aunque no es una ruta señalizada, en su primera parte transcurre por pistas forestales y en la segunda mitad ya en el río, seguimos su mismo cauce.
Simplemente advertir que nosotros realizamos la ruta en Septiembre cuando el cauce del río estaba seco. Es necesario tener precaución en otras épocas del año en las que discurre agua, lo cual hará impracticable la ruta.
Comenzamos la ruta en la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Desde allí nos dirigimos hacia el río Milanos, y bordeamos el pueblo por un sendero dejando el río siempre a nuestra izquierda. Este camino permite una panorámica de las murallas del pueblo y su cimentación sobre la roca.
Al llegar a la zona de las tumbas rupestres medievales tomamos un sendero descedente hacia nuestra izquierda, que entre lindes de cultivos nos llevó a una pista que atravesaba un bosque de encinas, robles quejigos y algunas sabinas.
Este trayecto de bosque nos permite disfrutar del monte mediterraneo durante unos 4 kilómetros.
Cuando divisamos la localidad de Blacos, tomamos una pista a nuestra izquierda que se dirige a través de unos linderos de cultivo, hasta el río Milanos.
La gran sorpresa fue encontrarnos el cauce del río seco en prácticamente su totalidad. Desde allí, comenzamos el regreso a Calatañazor siguiendo en su mayor parte el cauce del río ya que la senda aparecía y desaparecía por el follaje o bien la estrechez entre las rocas calizas.
Este trayecto es espectacular porque transcurre en una barranca estrecha donde se alternan el monte de quercus y sabinas con las rocas calizas que hacen de pared al cauce del río.
A lo largo del recorrido pudimos disfrutar de la presencia de un fugaz corzo y en el cielo azul y plácido de aves rapaces, en su mayoría, buitres leonados.
Para finalizar el trayecto, ascendimos al Castro de Castejones, a través de un cortado en las rocas. No es difícil el ascenso y se pasa entre cuevas y nidos de buitres. También se aprecian restos arqueológicos de una antigua muralla doble del castro celtibérico que se sitúo en la cima entre los siglos III y I antes de Cristo.
Para nuestra sorpresa al llegar a la cima nos esperaba un buitre centinela guardando el territorio en su atalaya. Nos permitió acercarnos y fotografiarla a menos de 20 metros. Éste fue el gran regalo que la Naturaleza nos ofreción al final de una interesante ruta por los alrededores de Calatañazor.
Esta ruta la calificamos como fácil por tanto por el corto recorrido como el bajo desnivel acumulado. Ya según hemos señalado anteriormente, es necesario tener en cuenta, la época del año para preveer cuál será el caudal del río.
No tiene dificultad ya que aunque no es una ruta señalizada, en su primera parte transcurre por pistas forestales y en la segunda mitad ya en el río, seguimos su mismo cauce.
Simplemente advertir que nosotros realizamos la ruta en Septiembre cuando el cauce del río estaba seco. Es necesario tener precaución en otras épocas del año en las que discurre agua, lo cual hará impracticable la ruta.
Comenzamos la ruta en la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Desde allí nos dirigimos hacia el río Milanos, y bordeamos el pueblo por un sendero dejando el río siempre a nuestra izquierda. Este camino permite una panorámica de las murallas del pueblo y su cimentación sobre la roca.
Al llegar a la zona de las tumbas rupestres medievales tomamos un sendero descedente hacia nuestra izquierda, que entre lindes de cultivos nos llevó a una pista que atravesaba un bosque de encinas, robles quejigos y algunas sabinas.
Este trayecto de bosque nos permite disfrutar del monte mediterraneo durante unos 4 kilómetros.
Cuando divisamos la localidad de Blacos, tomamos una pista a nuestra izquierda que se dirige a través de unos linderos de cultivo, hasta el río Milanos.
La gran sorpresa fue encontrarnos el cauce del río seco en prácticamente su totalidad. Desde allí, comenzamos el regreso a Calatañazor siguiendo en su mayor parte el cauce del río ya que la senda aparecía y desaparecía por el follaje o bien la estrechez entre las rocas calizas.
Este trayecto es espectacular porque transcurre en una barranca estrecha donde se alternan el monte de quercus y sabinas con las rocas calizas que hacen de pared al cauce del río.
A lo largo del recorrido pudimos disfrutar de la presencia de un fugaz corzo y en el cielo azul y plácido de aves rapaces, en su mayoría, buitres leonados.
Para finalizar el trayecto, ascendimos al Castro de Castejones, a través de un cortado en las rocas. No es difícil el ascenso y se pasa entre cuevas y nidos de buitres. También se aprecian restos arqueológicos de una antigua muralla doble del castro celtibérico que se sitúo en la cima entre los siglos III y I antes de Cristo.
Para nuestra sorpresa al llegar a la cima nos esperaba un buitre centinela guardando el territorio en su atalaya. Nos permitió acercarnos y fotografiarla a menos de 20 metros. Éste fue el gran regalo que la Naturaleza nos ofreción al final de una interesante ruta por los alrededores de Calatañazor.
Esta ruta la calificamos como fácil por tanto por el corto recorrido como el bajo desnivel acumulado. Ya según hemos señalado anteriormente, es necesario tener en cuenta, la época del año para preveer cuál será el caudal del río.
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