Activity

Calcenada de verano 2012 - 104 km

Download

Trail photos

Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km

Author

Trail stats

Distance
62.93 mi
Elevation gain
8,123 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
8,123 ft
Max elevation
4,846 ft
TrailRank 
36
Min elevation
2,090 ft
Trail type
Loop
Time
19 hours 16 minutes
Coordinates
5797
Uploaded
August 14, 2012
Recorded
August 2012
Be the first to clap
Share

near Calcena, Aragón (España)

Viewed 1912 times, downloaded 68 times

Trail photos

Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km Photo ofCalcenada de verano 2012 - 104 km

Itinerary description

CALCENADA DE VERANO: 3 de agosto de 2012. La salida de Calcena a las 18:00, para los andarines y los caballistas, que los corredores salen a las 21:00 y los ciclistas de montaña a las 08:00 del sábado 4. Los de a peón éramos algo más de 200. Nosotros seis de Soria, como algunos otros, además de catalanes, navarros, riojanos o vascos, pero el grueso siempre de Zaragoza. Por mi parte era la tercera vez que probaba a hacer los 104 km, porque las otras dos me había quedado varado en Litago, a unos 40 de la meta de Calcena.
La tarde seca y calurosa, por lo que la carretera hasta Purujosa se hizo dura, de puro bochorno. La cuesta de El Tablado cayó al mismo tiempo que el sol, con lo que la bajada a Borobia fue suave y veloz. Tras tomar un bocado en el pueblo continuamos hacia la raya de Beratón; en el camino tuvimos que prender los focos porque anochecía. La llegada al punto de avituallamiento de La Cueva de Ágreda fue a medianoche, y unos minutos después emprendíamos la subida al puerto del Canto Hincado, el punto más alto del trayecto con casi 1.500 m de elevación sobre el nivel del mar: luz de luna y cuesta mortal (esta vez).
El refugio de La Aldehuela de Ágreda marca los 40 km y pasa la una de la mañana. Todavía no hacía frío, aunque todos sacamos de las mochilas la ropa de abrigo tras tomar caldo o café. Después, el parque natural del Moncayo, donde la luna llena nos dejó adivinar el hayedo. Tras salir a la carretera, un buen trecho por el asfalto hasta San Martín del Moncayo, que señala la mitad del recorrido.
El camino a Lituénigo tranquilo, y el de allí a Litago tan duro como siempre, por una montaña rusa de cuestas y bajadas para llegar. En otras ocasiones me había quedado allí, pero esta vez mis compañeros no me dejaron hacerlo, de lo que me alegro. No obstante, salude a la fisioterapeuta de la organización, que otros años me había aliviado las contracturas de los gemelos y los cuádriceps.
De Litago hasa Añon se nos hizo de día, y lo celebramos con el agua fresca de la cueva que estaba al lado del avituallamiento. También nos curamos las ampollas florecidas por el esfuerzo nocturno. Tocamos levemente Alcalá de Moncayo y nos dirigimos hacia Talamantes, donde llegaríamos sobre las 9 de la mañana.
Desde Talamantes comenzamos a sentir el peso del sol de plomo, en especial subiendo La Tonda, que es la cuesta temible del recorrido, suavizada por un puesto de avituallamiento, con agua fresquita y fruta, en su misma mitad. Subida La Tonda se inician casi siete kilómetros de bajada cómoda, tanto más si el viento rola al oeste y te da en la cara. Al final, en el barranco de la Plata, el avituallamiento más deseado porque dan cerveza, con la excusa de que faltan solo cinco km para la meta. Al llegar ya nos pasaron los primeros ciclistas, que con cuatro horas hacen lo que a nosotros nos cuesta cinco veces más tiempo.
Esos cinco últimos km son lo peores, porque están en cuesta, porque se va por el asfalto y porque cae un sol de justicia sobre las cabezas hirvientes y los pies magullados. La fuentecilla que sale del paredón a un km del pueblo se había agostado y no pudimos refrescarnos.
En fin, a eso de las 13:07 terminamos los 104 km, que en el track son algo menos, y nos fuimos a recoger el diploma, a darnos un chapuzón en la piscina y a devorar la paella de siempre.
Poco más de 19 horas para tanto kilómetro. Casi no me lo creo. Dos de los del grupo soriano se nos adelantaron más de una hora. No se cómo pudieron superar tanto cansancio.
Es menester, por merecido, agradecer lo bien organizada que está la marcha, lo puntual y abundante del avituallamiento y las atenciones de los que atienden, en cada pueblo, los puestos con agua, bebidas isotónicas, fruta y comida.
¿Habrá fuerzas para repetir el año que viene?

Comments

    You can or this trail