CALDERA BLANCA Y CALDERETA. TIMANFAYA. Lanzarote

Espectacular ruta por Caldera Blanca y su hermana menor la Montańa de Caldereta, dentro del Parque Nacional de Timanfaya.
Las dos montańas atesoran impresionantes conos volcánicos en su interior , son dos islotes de tonos blancos y ocres en medio de un extenso mar de lava oscura.
El sendero comienza cerca del pueblo de Mancha Blanca, en unos aparcamientos seńalizados , al que se acceden por una pista de tierra . ( si pulsas “cómo acceder al inicio de la ruta en wikiloc “ con google llegas perfecto). Siendo uno de los pocos senderos que se adentra en el Parque Nacional de Timanfaya que se pueden hacer por libre, sin guía del parque.

De inicio la vereda se abre paso a través de la extensa lava que brotó del Timanfaya durante 6 ańos (1730 a 1736), hasta llegar a las faldas de Montańa Caldereta.
Una vez allí, en subida el camino te lleva al interior del cráter ( su diámetro mide 300 metros ). , nada más asomarte te impacta la perfección de su perímetro, así como la enorme pendiente y morfología de sus paredes, un obra maestra de la naturaleza.
Para “respirar” un poco más la montańa, recorremos la vereda circular existente dentro de su cono.

Después de un breve descanso ponemos rumbo a Caldera Blanca que está al ladito. En medio de las dos, el río de lava se atascó y formó una especie de presa lavica de una altura considerable.
Al empezar a subir la Gran Caldera Blanca, nos encontramos con varios corrales hechos en piedra, seńal de actividad ganadera en el pasado dentro de la Caldera.
La emoción por ver el gran cráter , nos hizo subir rápido el último repecho importante del camino.
Al asomarte por primera ves al borde, te paras …………. respiras fuerte …..y te sale un ………….uuuuuaaaahhhuuuuuuuuu., sin quererlo se te dibuja una gran sonrisa.
Es monumental : 1,2 kilómetros de diámetro. y 458 metros de altura. Ves a la gente minúscula caminando en el vértice contrario.
Estos descubrimientos sensacionales son los que me empujan a seguir haciendo senderismo por nuestra tierra.
Después de la emoción inicial , recorrimos por completo todo su perímetro , maravillados por las vistas que nos regala esta montańa. Mirando al interior del cono volcánico, disfrutamos de las diferentes caras de las paredes del cráter, y si miras al horizonte puede verse una hermosa panorámica de los volcanes de Timanfaya y mirando al Norte incluso podíamos divisar La Graciosa. Todo un regalo visual que intentamos congelar en nuestra cámara de fotos.
Para sentir más de cerca “La Gran Caldera Blanca”, por el lado Norte siguiendo una estrecha vereda, bajamos al fondo de la misma , justo a la parte más honda, donde se concentra el agua de lluvia. Allí abajo , te sientes pequeńito al mirar arriba v verte rodeado , en completo silencio de las grandes paredes verticales que la rodean.

Para regresar volvimos sobre nuestros pasos, congratulados por haber descubierto este tesoro natural lanzaroteńo.