Calderas de Guatiza y alrededores - Circular 11072021

Vuelvo a las Calderas de Guatiza después de la última visita del pasado 19 de junio, con la idea de, esta vez sí, patearlas con calma, a mi ritmo, y sin el problema del viento de ese día.
Para idear el recorrido me he leído parte de la Memoria del Mapa Geológico de España, en la parte que se reseña nuestra Isla y mas concretamente esta zona, y me parece interesante transcribir algunos trozos para ubicarnos mejor:
La zona geológica en la que se encuentran estos volcanes se caracteriza por un relieve suave, sin grandes diferencias de cotas que van bajando suavemente hacia el mar al este. Sobre este relieve, que tiene cotas entre 0 y 200 m destacan edificios volcánicos de escasa altitud y amplia base, alcanzando el más alto de ellos, Tinamala, una altitud de 320 m.
Los edificios volcánicos son más numerosos hacia el norte de la zona. Hacia el sur se aprecia una gran llanura que termina en la costa Este, que corresponde al malpaís de Montaña Téjida y Tinaguache (Montaña Corona). También hacia el norte y noreste existen amplias zonas llanas que corresponden al malpaís de Calderetas de Guatiza.
Las coladas alcanzaron la costa, provocando una extensión de la línea costera que aún hoy presenta una morfología avanzada. La erosión marina no ha excavado aún una rasa sobre ellos.
Según he podido leer en esta memoria toda esta formación geológica surge después de que concluyera la “construcción” del edificio de Famara hace unos 3 millones de años, en el Plioceno. Asentado Famara comienza un período erosivo muy intenso, durante el cual se remodela profundamente el relieve en todo el macizo y se define la red hidrográfica que se encaja en las coladas basálticas. En El Pleistoceno medio (Entre 2 millones y 100.000 años) tienen lugar nuevas erupciones volcánicas cuyas emisiones se adaptan a la nueva morfología del edificio anterior. Esta actividad se prolonga en esta zona, aunque con interrupciones, hasta incluso el Holoceno (11.500 años). Las erupciones serán más puntuales, pero estarán controladas por un régimen fisural que determinará la alineación de numerosos centros de emisión.
Alineación Calderetas de Guatiza:
Esta alineación está constituida por cuatro edificios principales y otros de menor entidad, dispuestos según una orientación N30ºE, encontrándose localizados en la mitad norte de la zona. La distancia entre los centros de emisión extremos de la fisura eruptiva es de unos 3 km. La conforman:
· Edificio La Caldera o Montaña Tinamala.
Es el más suroccidental de la alineación y uno de los de mayor envergadura, con 324 m de altura y 1.300 x 1.000 m de dimensiones basales aproximadas. Aunque no es visible su base de apoyo, debió de emplazarse también sobre los niveles miocenos. Presenta un enorme cráter abierto en herradura hacia el NE
· Edificio Las Calderetas.
Este edificio es realmente un edificio compuesto por varias bocas eruptivas, que se van superponiendo unas a otras. En su zona meridional tiene un cráter en herradura abierto hacia el norte y parece apoyarse sobre otro edificio de cráter circular
· Edificio Las Calderas.
Forman un grupo de edificios superpuestos y adosados al edificio anterior. Presentan cráteres abiertos y otros completamente circulares.
· Otros
Próximos a estos edificios existen algunos centros de emisión, a veces desmantelados, que constituyen salideros adventicios de los focos principales.

Del conjunto de edificios se emitió gran cantidad de coladas basálticas que formaron un extenso malpaís de lavas muy escoriáceas, aún hoy relativamente bien conservado.
No se observa la base sobre la que se apoyan, pero a escasa distancia, ya en Mala, se ve cómo cubrieron un campo de dunas del Pleistoceno superior. A lo largo del malpaís, en la zona oriental aparecen los hornitos y coneletes de 8-10 m de altura, formados por fragmentos escoriáceos muy apelmazados, Las Pinedas.

Hechos los análisis pertinentes planifique la visita con esos datos e intentando abarcar la mayor parte de la zona Calderas/Calderetas. Tinamala quedo a un lado y amplié hasta las montañas de Los Linderos y El Mojón de las que no he encontrado ninguna referencia pero que parecen mas un amontonamiento de cenizas provenientes de estas calderas como Las Pinedas.
Partí desde el Bulín, donde me dejó la guagua, en dirección a la calle José Ramirez Cerdá (la Iglesia de Guatiza), me adentre por la calle Jesús María Betancort Elvira a la izquierda hasta alcanzar el sendero que conduce a Las Calderetas.
Ya en el sendero sólo queda seguirlo hasta alcanzar el borde del cráter de Las Calderetas. Allí intente ver la posibilidad de circundarlo pero me pudo la precaución y lo deje en una breve vueltita por un lado y por otro.
Estuve curioseando a ver si era capaz de observar las diferentes versiones de Las Calderetas y sobre todo esa parte donde dice que “tiene un cráter en herradura abierto hacia el norte y parece apoyarse sobre otro edificio de cráter circular”; me falta capacidad para poder discernir sobre esos datos y trasladarlo al lugar donde me encontraba. Así que resignado me fui para Las Calderas.
Sendero en pendiente y de transito tranquilo que te lleva a la zona del Gurugú, así denominado haciendo referencia al Monte del mismo nombre situado en Marruecos y próximo a la ciudad de Melilla; este era el lugar por donde entraban los piratas beréberes que asolaban esta localidad en el siglo XVI y que fondeaban por la zona de Puerto Moro en la costa próxima al Charco del Palo. Es la zona fronteriza entre las dos Calderas, (la vaca y el camello, según algunos lugareños) y desde donde se puede observar todo el paisaje que rodea a las mismas. Impresiona la división de las fincas en la zona entre El Charco del Palo y Los Cocoteros, esas alineaciones de piedras en forma de muros para separar las propiedades de unos y de otros, e igualmente se puede ver los coneletes formados por fragmentos escoriáceos (picón) muy apelmazados, unas vistas sorprendentes.
Visto lo visto me dirigí hacia la caldera que tenia a la derecha, la más alta de las dos (¿el camello?), y por el sendero al uso empece el itinerario de descenso por el lomo más exterior de la misma. El descenso presenta la dificultad de la pendiente y de las piedrecitas sueltas que pudieran dar un susto, pero sin prisas y con cuidado alcanzamos el cráter, también abierto al NE.
Al alcanzar terreno ya en horizontal se observa el cráter y también una especie de barranco que desciende desde él hasta la zona de Las Pinedas, lo que me hace pensar que estamos sobre una plataforma elevada reafirmando lo que aparecía en la memoria sobre las varias bocas eruptivas que se acumulaban en este edificio volcánico.
De esta caldera paso a la segunda, la más pequeña y más al norte. En principio llama la atención el hecho de que tiene dos cráteres redondos, a diferente alturas, e igualmente abiertos al NE. En este primer paso por la zona sólo puedo observar uno de ellos pero el plan es volver para observar el otro.
Este cráter, como el de la Caldereta, tiene huellas de haber sido aprovechado para el cultivo en el pasado así como sus alrededores. Desde él se observa algunos de los Coneletes que se elevan a corta altura en los alrededores.
De nuevo en camino por el sendero que me va a llevar hacia La Cerca y que en este cazo no presenta ninguna dificultad. Siempre en descenso, (seguimos en altura) hasta alcanzar la vivienda de Don Fernando, una vivienda en ruinas que permite una visión panorámica de la zona de La Cerca y de nuevo percibir el esfuerzo y el buen gusto de nuestros ancestros para sacar frutos de su trabajo sin perder la compostura.
De la vivienda continuo a la izquierda y paso por la zona de Los Rostros, zona con diferentes elevaciones pero de corto tamaño, y me dirijo hacia la Montaña de Los Linderos (o montaña Colorada) y a la Montaña del Mojón. Reciben esos nombres porque marcaban los limites municipales entre Haria y Teguise. Estas montañas son de corta altura, no presenta cráteres por lo que deduzco que encajan en la definición que hace la memoria geológica de Coneletes. Lo refrenda el hecho de que presentan multitud de excavaciones para extraer rofe que se observa en las dos.
De la Montaña del Mojón desciendo hasta un pequeño valle lleno de piteras e Higueras (y que en días húmedos se muestra muy hermoso), y por él que me cruzo con varios conejos a los que le deseo larga vida.
Salgo de este pequeño valle y de nuevo a Los Rostros para continuar hasta Las Calderas. Por estas pequeñas montañas/roferas discurre un camino que nos deja en la calle Adonis, que comunica Guatiza con el Charco del Palo, y que me sirve para de nuevo enfilar el camino hacia Las Calderas. En esta ocasión me dirijo hacia la caldera mas pequeña con el objetivo de ver el cráter que me faltaba.
Paso por el pequeño cráter, que ya había visto antes desde el otro lado, y busco el sendero que asciende hasta el cráter mayor y que está algo escondido. Aquí no se observan huellas de su uso agrícola, tiene un acceso más difícil y poco más que comentar.
El regreso lo hago por el mismo sendero de acceso hasta que puedo continuar por uno que me va a permitir acceder al punto de inicio de la subida a las Calderetas bordeando esta última Caldera.
El sendero de finalización de la jornada transcurre a un tercio de altura (mas ó menos) de esta Caldera, desciende ya en las inmediaciones de la trasera del Jardín de Cactus y vuelve a subir para acercarme al sendero de Las Calderetas.