Calella R1-Turó de la Punta del Garbí

Dos semanas atrás una batida cinegética, para mantener bajo control la población de jabalís, frustró nuestros planes para aprovechar la bonanza y visitar esta zona, por la que tiempo atrás anduvimos para conquistar el 100 cims de Montpalau. Hoy el objetivo es el Turó de la Punta del Garbí, que aunque no está incluido en la lista, lo merecería por su altura y las excelentes vistas que tenemos en el recorrido. El consabido trayecto en tren, esta vez sin retrasos, nos deja en tiempo y hora en el punto de partida. La primera parte, por el casco urbano y junto a la riera, ya la realizamos hace dos semanas, evitando algún que otro pequeño despiste, por ya sabido. La incertidumbre nos maniene en vilo hasta tomar el desvío hacia les Planes del Lari, donde en aquel momento encontramos los carteles de advertencia colocados por los cazadores, aliviados ahora por su ausencia. A partir de este punto, el empinado y resbaladizo, a veces, camino, se eleva sin pausa, obligando a callar unos segundos, para recuperar el resuello. Aprovechamos para dirigir la mirada hacia el litoral, disfrutando del juego de luces entre agua y sol, en todo su esplendor. Coronado por un radar de apoyo a la aviación, que nos hace recordar las bromas respecto a que parece un ovni posado en la cima, que apenas deja espacio libre para el tránsito de personas, lnos obliga a apoyarnos en su valla, mientras recuperamos fuerzas. Curioseando entre los árboles, buscando huecos por donde disfrutar de las panorámicas, extremamos las precauciones en el sendero de bajada algo resbaladizo, como no. La pedregosa, a ratos pista, nos lleva por la Ruta del Turons y ya cerca del de Golinons, nos da un vuelco el corazón. Profusos carteles de advertencia, informan de que la batida ahora discurre por el lado occidental de la Serralada de Calella, aunque un amable controlador, nos tranquiliza diciendo que por la pista no hay peligro. Seguimos adelante muy ufanos por nuestra suerte, hasta aproximarnos al litoral, donde les Torretes y el Faro de Calella, posan en soberbia armonía, para amenizar el último tramo. Ya en la Platja del Garbí, nos sorprende el numeroso grupo de bañistas, que aprovechan el caluroso día, para tostarse y juguetear por la arena, por la orilla, y los mas decididos, por el agua. Cogiendo mesa al vuelo en un Kebab, nos hidratamos y nos nutrimos. Pagando hoy el tributo debido en forma pecuniaria, pues aunque el manjar tiene un coste adecuado, la preciado líquido dorado, tiene precios de turistas. Acurrucados en el abarrotado tren, sesteamos por momentos, mientras soñamos con gestas mas acordes a nuestro empeño.