Calomarde a Fuente del Berro: El río Blanco o de la Fuente del Berro. Cascada Batida

Calomarde, una pequeña población de la Sierra de Albarracín con un excelente entorno natural, es el lugar desde donde comenzar la exploración del río Blanco. A buen seguro, el excursionista se sentirá muy satisfecho de la visita al acabarla. Y no es que las condiciones sean óptimas, porque la sequía de este año ha cobrado un fuerte peaje a la zona, pero la otoñada con sus impactante colores mejora todas las impresiones sobre el paisaje.
Aunque muchos senderistas parecen creer, a juzgar por las descripciones que hemos leído de sus tracks, que el barranco de la Hoz es la continuación del Cañón de los Arcos en dirección al Molino de las Pisadas, eso no es cierto de acuerdo con el mapa de la Sierra de Albarración y los datos de la oficina de Turismo de Albarracín; el barranco de la Hoz está situado realmente entre la Fuente del Berro y Frías de Albarracín, y en este recorrido sólo hemos llegado hasta su inicio; muchas descripciones que citan haber pasado por el barranco de la Hoz sólo presentan trazados por el Cañón de los Arcos hasta el Molino de Abajo.
Empieza nuestra ruta en el parking de la Cascada Batida, a unos 2 km de Calomarde por la carretera que viene de Royuela (A-1704, procedente de Albarracín y Torres de Albarracín). El lugar está muy bien acondicionado para la visita y es de gran belleza, pero falta uno de los elementos más importantes: el agua. La sequía de los últimos años y el desvío de agua del río Blanco a una acequia en el cañón de los Arcos, han acabado con uno de los lugares más bonitos de la ruta. Unos trabajadores que estaban haciendo una reparación en la proximidad nos explicaron que cada vez es menos frecuente ver la cascada con agua, pero que la situación es mucho peor con la actual sequía. Uno se puede hacer una idea viendo el entorno, pero da pena compararlo con las fotografías en las que se ve la cascada con un fuerte caudal de agua.
Desde aquí es posible continuar a Calomarde por un sendero (el PR-TE 2) o por la carretera. En el centro del pueblo (edificio del Ayuntamiento) hay una Posada, en la que comimos excelentemente. Muy cerca, la iglesia de Calomarde ofrece algunos restos románicos para el visitante ávido de historia.
Desde aquí se continúa hacia el cañón de los Arcos, bien señalizado y con un escenario rocoso realmente notable. Desde aquí, sin solución de continuidad, se continúa hacia el barranco de la Hoz. En el cañón llaman la atención las numerosas cuevas y algunos arcos, con una roca casi cilíndrica, el Moricacho, situado al borde del sendero. En el barranco el río es el protagonista absoluto junto a los estrechos labrados en la montaña. Tanto el cañón como el barranco están actualmente perfectamente acondicionados para la visita, con escaleras y estructuras metálicas que permiten el paso de modo absolutamente seguro y en general confortable (algunas fijaciones están ya sueltas, por lo que es fácil imaginar que en pocos años esta estructura puede deteriorarse significativamente si no se mantiene bien: esperemos que la entidad responsable de su instalación y magnífico estado actual no olvide corregir los desperfectos que el tiempo y el uso de las instalaciones vaya ocasionando).
Nosotros hicimos la ida por las pasarelas metálicas y tras llegar al molino de Abajo, continuamos hacia el molino de las Pisadas, con sus icnitas y restos de la tejería, y el área recreativa de la Fuente del Berro, desde donde dimos la vuelta para volver a Calomarde por el tramo superior (PR-TE 2), que permite una visión totalmente diferente del cañón, pero no menos bella, y algo más cansada para el senderista.
En conjunto una ruta de enorme belleza, muy recomendable para todos los senderistas, donde tuvimos la fortuna de añadir al buen tiempo los colores de la otoñada. Es difícil imaginar mejores condiciones para efectuar una visita que colocamos entre las mejores experiencias de muchos años de senderismo.