Camarillas, Cerro de San Cristóbal por la loma del Castillo

Ruta circular que ofrece espléndidos paisajes del término municipal de Camarillas y que permite descubrir una posición defensiva de la Guerra Civil, un magnífico pliegue serpenteante, el paisaje ganadero del Alto Alfambra, la cultura de la piedra seca, la del chopo cabecero y las ruinas románticas de la ermita de San Cristóbal.
Parte del trinquete de Camarillas hacia el acueducto de los Arcos por donde asciende hasta el torreón del castillo desde donde se ofrece una preciosa panorámica del núcleo urbano de Camarillas. Sigue la cresta en dirección norte dejando a la derecha el barranco de la Canal. No hay senda pero no hay pérdida. Primero queda atrás el pueblo y después la curva del empalme de la carretera de Aliaga. Por nuestra izquierda se abre el barranco de Cañalagosa. Encontraremos una posición defensiva excavada y con parapetos de piedra seca orientada hacia este valle. Siguiendo la cresta, a través de prados con erizo y toyago, se alcanza un conjunto de tres corrales.
Por la derecha viene un camino que hay que ignorar. Un muro de piedra seca casi deshecho desciende hacia el barranco de Cañalagosa. Se toma una pista que desciende hacia la izquierda y que pasa cerca de una fuente con unos jóvenes árboles.
La pista sale a un desvío. Tomar el camino de la derecha y al poco abandonarlo para seguir por otro que lleva a una parcela cultivada. Allí se asciende por una ladera rocosa que forma parte de un pliegue serpenteante. Cuando este traza un ángulo recto se desciende hacia una vaguada donde hay un bancal cultivado y varios chopos cabeceros abandonados. La ermita de San Cristóbal está sobre nosotros. Tan solo hay que ascender la ladera para alcanzarla.
En realidad son unas ruinas de una ermita. Mantienen buena parte de los muros pero no la cubierta resistiendo un arco que le da un carácter propio, como de ruina romántica. La panorámica es muy espectacular. Estratos inclinado, rocas plegadas, laderas aterradas como muros de piedra, pasos ganaderos con paredes de piedra seca ... forman un sugerente conjunto de líneas rocosas que se entrecruzan.
El descenso sigue el curso de un arroyo temporal que está muy bien jalonado por una línea de chopos cabeceros. No sigue senda. Es un herbazal denso en donde se dibuja una zona algo más pisada que se pierde en la parte baja, poco antes de llegar a la carretera.
Se toma esta hacia el pueblo y se abandona para acercarnos al nevero. Por ese alto, a través de un paso ganadero que atraviesa pajares y eras se llega al Granero del Obispo, otro monumento notable, y al núcleo urbano de Camarillas.