Camí Vell de Estellencs, Coll des Grau, Puigpunyent. Circular.
near Puigpunyent, Baleares (España)
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Itinerary description
Ruta con mucho que ver y mucho que descubrir. Para el vehículo están las calles de Puigpunyent bien cerca del inicio de la excurción, que arranca a la salida del mismo pueblo por el barrio de Son Bru. Estellencs dependía administrativamente de Puigpunyent hasta 1836, cuando consiguió la independencia municipal¹ y ésta fue la vía histórica de comunicación entre los dos pueblos. Rápidamente nos encontramos con una puerta de hierro que se puede abrir, trás la que avanzamos por el camino que es asfaltado hasta la posesión.
A nuestra izquierda hay una construcción que se cree que pudiera ser el granero del Delme, un elemento de la sociedad feudal. Hay uno muy parecido a éste antes de llegar a las casas de Galatzó. Allí se guardaba el diezmo o la décima parte del grano de la cosecha que le tocaba al señor de la baronía. A la derecha el puig de na Fátima, lugar de leyendas, y a la izquierda el "sementer" de la Felguera. Una larga hilera de plátanos de sombra (Platanus orientalis) nos acompañan hasta las casas.
El puente a comienzos del siglo XX era de madera y pasa sobre la casi naciente Riera de Palma. Las casas de Son Fortesa, de grandes dimensiones, se hallan en lo alto de los bancales que las rodea, organizada entorno a un patio central y documentadas en el siglo XV.
A partir de aquí ya iremos por camino de carro, en constante subida hasta llegar a una canaleta que tiene una fuerte pendiente. A su izquierda se localiza una gran alberca en malas condiciones, que era donde vertía su agua.
Más adelante y siempre con la canaleta a la izquierda se llega a un pequeño rellano del camino donde antiguamente se encontraba la Creu de l'Ermitá, en recuerdo de la muerte de un ermitaño despeñado en ese lugar en 1740.
Al cruzar la siguiente pared vemos la Teulera, en ruinas, y utilizada actualmente para el cobijo del ganado y que fue cerrada en 1947. Estaba destinada a fabricar tejas y baldosas. El canal del exterior servía para abrevar al ganado y abastecer al tejar. La piedra casi redonda que veremos más adelante es un rutló prácticamente acabado de una almazara.
El pequeño chorrillo de agua que vemos en el camino ya nos advierte de que nos acercamos a la fuente de l'Abelló, oculta entre juncos y con una gran concreción calcárea por la que fluye el agua entre el culantrillo.
Encima tenemos las casas de la Montaña, en ruinas, con un reloj de sol de dos caras, en una de las cuales tiene la fecha de 1872. Estas casas al igual que otras de la zona pertenecen a Son Fortesa, que antaño debido a su gran extensión no podía ser explotada por un solo "amo" o encargado y dividieron el terreno para ser arrendadas a diferentes trabajadores. Cuando salimos de ellas por el ancho camino, a nuestra izquierda se ve lo que parece una marje, pero si lo rodeamos, vemos la entrada con un dintel de madera. Es el edificio de la Carbonera, en el que se almacenaba la parte de carbón que le correspondía al dueño de Son Fortesa según el acuerdo que se tenía con los carboneros y construido a finales del siglo XIX o principios del XX.
Continuamos y pasamos el portillo de separación de los arriendos de Montaña y de la Cova, también de Son Fortesa.
Sin pérdida nos plantamos en otro portillo, el del Bosc, que era el que separaba el olivar del encinar. Una pared por la derecha nos acompañará durante un largo rato, por un camino en el que en ocaciones nos brinda restos de su antiguo empedrado. Por la izquierda existen un buen número de carboneras.
Así llegaremos al cruce importante de Trescollat. Por la izquierda, no señalizado, continúa el camino viejo de Estellencs. A la derecha hay unas rocas que hacen de mirador y se ven hasta las islas Malgrats de Santa Ponsa. Seguimos recto y después de un horno de cal encontramos una roca grande a la derecha.
Es la bajada a la ermita de Sant Onofre, por una senda muy cómoda, que trás cruzar una pared se nos presenta con una alberca honda y la fuente de la Ermita en una esquina con su pared derrumbada. La ermita es irrecuperable. Fue fundada en 1660 y posteriormente con el abandono de los ermitaños se transformó en casas de labranza, hasta su abandono definitivo en la década de 1930-1940. Quise atajar en la subida pero no merece la pena, es mejor regresar por la senda y enganchar de nuevo el camino.
Sin pérdida cambiamos de vertiente y más adelante en bajada nos salimos del camino unos quince metros para obtener buenas vistas de la posesión de Sa Campaneta, con la Mola de Son Pacs detrás y el Teix y el Teixot encima, Alfabia, Penyal de Honor y la Fita del Ram. Más abajo por la izquierda sobre unos bancales y un gran aljub se divisa la bóveda de la fuente de So na Jaume, en terrenos de labor privados.
Llegados al pista de tierra cogemos a la derecha y todo será bajada, obteniendo buenas panorámicas del valle de Puigpunyent, casas de Son Fortesa y el Galatzó, y por la izquierda el valle de Superna. La última puerta de hierro cuesta abrirla, pero se abre y no tiene candado.
Al tomar contacto con la carretera la cogemos a la derecha y en breve se llega al coll de es Grau. A partir de aquí nos fijamos con los hitos de madera que nos indican los atajos para tocar lo menos posible el asfalto. Creo que no pisamos más allá de un kilómetro o kilómetro y medio sobre la carretera.
Casi al final del recorrido, frente a la primera casa del pueblo, se encuentra el Garrové de ses Sabates con una placa descriptiva de su historia.
Camino fácil de seguir por su buena señalización, en donde lo difícil es perderse.
Páginas consultadas y para saber más:
1.-https://amp-elmundo-es.cdn.ampproject.org/v/s/amp.elmundo.es/baleares/2017/09/18/59bf768846163f34658b4649.html?amp_gsa=1&_js_v=a9&usqp=mq331AQKKAFQArABIIACAw%3D%3D#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=16775066938617&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&share=https%3A%2F%2Fwww.elmundo.es%2Fbaleares%2F2017%2F09%2F18%2F59bf768846163f34658b4649.html
A nuestra izquierda hay una construcción que se cree que pudiera ser el granero del Delme, un elemento de la sociedad feudal. Hay uno muy parecido a éste antes de llegar a las casas de Galatzó. Allí se guardaba el diezmo o la décima parte del grano de la cosecha que le tocaba al señor de la baronía. A la derecha el puig de na Fátima, lugar de leyendas, y a la izquierda el "sementer" de la Felguera. Una larga hilera de plátanos de sombra (Platanus orientalis) nos acompañan hasta las casas.
El puente a comienzos del siglo XX era de madera y pasa sobre la casi naciente Riera de Palma. Las casas de Son Fortesa, de grandes dimensiones, se hallan en lo alto de los bancales que las rodea, organizada entorno a un patio central y documentadas en el siglo XV.
A partir de aquí ya iremos por camino de carro, en constante subida hasta llegar a una canaleta que tiene una fuerte pendiente. A su izquierda se localiza una gran alberca en malas condiciones, que era donde vertía su agua.
Más adelante y siempre con la canaleta a la izquierda se llega a un pequeño rellano del camino donde antiguamente se encontraba la Creu de l'Ermitá, en recuerdo de la muerte de un ermitaño despeñado en ese lugar en 1740.
Al cruzar la siguiente pared vemos la Teulera, en ruinas, y utilizada actualmente para el cobijo del ganado y que fue cerrada en 1947. Estaba destinada a fabricar tejas y baldosas. El canal del exterior servía para abrevar al ganado y abastecer al tejar. La piedra casi redonda que veremos más adelante es un rutló prácticamente acabado de una almazara.
El pequeño chorrillo de agua que vemos en el camino ya nos advierte de que nos acercamos a la fuente de l'Abelló, oculta entre juncos y con una gran concreción calcárea por la que fluye el agua entre el culantrillo.
Encima tenemos las casas de la Montaña, en ruinas, con un reloj de sol de dos caras, en una de las cuales tiene la fecha de 1872. Estas casas al igual que otras de la zona pertenecen a Son Fortesa, que antaño debido a su gran extensión no podía ser explotada por un solo "amo" o encargado y dividieron el terreno para ser arrendadas a diferentes trabajadores. Cuando salimos de ellas por el ancho camino, a nuestra izquierda se ve lo que parece una marje, pero si lo rodeamos, vemos la entrada con un dintel de madera. Es el edificio de la Carbonera, en el que se almacenaba la parte de carbón que le correspondía al dueño de Son Fortesa según el acuerdo que se tenía con los carboneros y construido a finales del siglo XIX o principios del XX.
Continuamos y pasamos el portillo de separación de los arriendos de Montaña y de la Cova, también de Son Fortesa.
Sin pérdida nos plantamos en otro portillo, el del Bosc, que era el que separaba el olivar del encinar. Una pared por la derecha nos acompañará durante un largo rato, por un camino en el que en ocaciones nos brinda restos de su antiguo empedrado. Por la izquierda existen un buen número de carboneras.
Así llegaremos al cruce importante de Trescollat. Por la izquierda, no señalizado, continúa el camino viejo de Estellencs. A la derecha hay unas rocas que hacen de mirador y se ven hasta las islas Malgrats de Santa Ponsa. Seguimos recto y después de un horno de cal encontramos una roca grande a la derecha.
Es la bajada a la ermita de Sant Onofre, por una senda muy cómoda, que trás cruzar una pared se nos presenta con una alberca honda y la fuente de la Ermita en una esquina con su pared derrumbada. La ermita es irrecuperable. Fue fundada en 1660 y posteriormente con el abandono de los ermitaños se transformó en casas de labranza, hasta su abandono definitivo en la década de 1930-1940. Quise atajar en la subida pero no merece la pena, es mejor regresar por la senda y enganchar de nuevo el camino.
Sin pérdida cambiamos de vertiente y más adelante en bajada nos salimos del camino unos quince metros para obtener buenas vistas de la posesión de Sa Campaneta, con la Mola de Son Pacs detrás y el Teix y el Teixot encima, Alfabia, Penyal de Honor y la Fita del Ram. Más abajo por la izquierda sobre unos bancales y un gran aljub se divisa la bóveda de la fuente de So na Jaume, en terrenos de labor privados.
Llegados al pista de tierra cogemos a la derecha y todo será bajada, obteniendo buenas panorámicas del valle de Puigpunyent, casas de Son Fortesa y el Galatzó, y por la izquierda el valle de Superna. La última puerta de hierro cuesta abrirla, pero se abre y no tiene candado.
Al tomar contacto con la carretera la cogemos a la derecha y en breve se llega al coll de es Grau. A partir de aquí nos fijamos con los hitos de madera que nos indican los atajos para tocar lo menos posible el asfalto. Creo que no pisamos más allá de un kilómetro o kilómetro y medio sobre la carretera.
Casi al final del recorrido, frente a la primera casa del pueblo, se encuentra el Garrové de ses Sabates con una placa descriptiva de su historia.
Camino fácil de seguir por su buena señalización, en donde lo difícil es perderse.
Páginas consultadas y para saber más:
1.-https://amp-elmundo-es.cdn.ampproject.org/v/s/amp.elmundo.es/baleares/2017/09/18/59bf768846163f34658b4649.html?amp_gsa=1&_js_v=a9&usqp=mq331AQKKAFQArABIIACAw%3D%3D#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=16775066938617&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&share=https%3A%2F%2Fwww.elmundo.es%2Fbaleares%2F2017%2F09%2F18%2F59bf768846163f34658b4649.html
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