Caminata circular 'Selva secreta y Desfiladero de Ulía'
near Ategorrieta, País Vasco (España)
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Itinerary description
Esta preciosa caminata matutina navideña transcurre parcialmente por algunos de los escenarios de las tres excursiones que recientemente he realizado con el guía JM Alquézar del CVC, por los sectores occidental, central y oriental del privilegiado monte Ulía.
Esta vez acompañado de mi hija Marina, partimos de la Calzada Vieja de Ategorrieta para llegar a la pista asfaltada del antiguo trazado del tranvía eléctrico, desde la que se contempla una increíble panorámica de la ciudad.
Siguiendo el ascenso por senda de tierra, dejamos a la derecha dos charcas artificiales de anfibios que se crearon en vaguadas naturales del monte Ulía, tras la correspondiente adecuación e impermeabilización del terreno; charcas en las que destaca la presencia del tritón palmeado y el sapo partero común.
Ya en la cima, bordeamos las antiguas instalaciones del tiro a plato y dejamos atrás el mirador desde el que se divisa los acantilados del monte Jaizkibel.
Iniciamos el descenso por el marojal de Barrakaldea, conocida como una de las “Selvas Secretas de Ulia” formado por un bosque cerrado de espesa vegetación que finaliza en la pista de cemento que desciende al emisario submarino.
Ascendemos por ella hasta un cruce de caminos, desde el que por un sendero entre vegetación descendemos hasta el aparcamiento de Mendiola.
Para entrar en el desfiladero (cañón) de Ulia, por la senda de la izda hay que atravesar una alambrada, tras la cual te encuentras con una depresión entre paredes de arenisca con cantidad de bellas geoformas parcialmente cubiertas de vegetación y varias cuevas.
Tras varios cientos de metros de recorrido por el interior de la garganta, llegamos a una alambrada que la atravesamos; después de observar las magníficas vistas del entorno, se inicia el descenso por senda hasta el Faro de la Plata.
Desde este punto retornamos a Donosti por la senda tradicional a media ladera.
La siguiente parada es en el mirador desde el que se contempla la punta de Mompás y una de las antiguas canteras de las que se extraía la piedra de arenisca que se utilizó para la construcción de muchas de las casas del barrio de Gros y de la iglesia de San Ignacio.
Ascendemos ahora por la calzada empedrada por la que se transportaba la arenisca procedente de las canteras.
Esta calzada que estaba totalmente cubierta de maleza, la descubrió en su día el popular Josetxo Mayor.
El bueno de Josetxo (hoy con más de 80 años) se dedicó desde 1986 a limpiar y acondicionar los caminos del monte Ulía , al principio los “findes” y ya jubilado, todos los días hasta hace muy poco.
Era admirable verle en pleno esfuerzo generoso a su edad, con sus herramientas manuales: azada, rastrillo, escoba, cincel, martillo...
Desbrozaba, desmontaba piedras, las cortaba, las daba forma, las colocaba de nuevo... y así construyó infinidad de escaleras, por algunas de las cuales hoy hemos caminado.
Por su ingente labor de dedicación al monte, recibió la medalla al mérito ciudadano de la ciudad.
Sobre la base de un pitón de roca erosionada de la calzada alguien colocó una placa: Avenida Josetxo.
La última parada es en la fuente y antiguo lavadero de Kutraia, que ya no lleva agua y a la que antiguamente venían a lavar la ropa muchos donostiarras y hasta en carretas las lavanderas del hotel Londres.
Volvemos al punto de inicio donde acaba esta bonita y variada etapa circular de algo más de 12 km y casi 400 m de ascenso acumulado, por vericuetos poco conocidos, de gran valor geomorfológico y paisajístico, disfrutando desde varias atalayas privilegiadas, del amplío frente costero que abarca desde los acantilados de los montes Jaizkibel y Ulía hasta la costa vizcaína.
Esta vez acompañado de mi hija Marina, partimos de la Calzada Vieja de Ategorrieta para llegar a la pista asfaltada del antiguo trazado del tranvía eléctrico, desde la que se contempla una increíble panorámica de la ciudad.
Siguiendo el ascenso por senda de tierra, dejamos a la derecha dos charcas artificiales de anfibios que se crearon en vaguadas naturales del monte Ulía, tras la correspondiente adecuación e impermeabilización del terreno; charcas en las que destaca la presencia del tritón palmeado y el sapo partero común.
Ya en la cima, bordeamos las antiguas instalaciones del tiro a plato y dejamos atrás el mirador desde el que se divisa los acantilados del monte Jaizkibel.
Iniciamos el descenso por el marojal de Barrakaldea, conocida como una de las “Selvas Secretas de Ulia” formado por un bosque cerrado de espesa vegetación que finaliza en la pista de cemento que desciende al emisario submarino.
Ascendemos por ella hasta un cruce de caminos, desde el que por un sendero entre vegetación descendemos hasta el aparcamiento de Mendiola.
Para entrar en el desfiladero (cañón) de Ulia, por la senda de la izda hay que atravesar una alambrada, tras la cual te encuentras con una depresión entre paredes de arenisca con cantidad de bellas geoformas parcialmente cubiertas de vegetación y varias cuevas.
Tras varios cientos de metros de recorrido por el interior de la garganta, llegamos a una alambrada que la atravesamos; después de observar las magníficas vistas del entorno, se inicia el descenso por senda hasta el Faro de la Plata.
Desde este punto retornamos a Donosti por la senda tradicional a media ladera.
La siguiente parada es en el mirador desde el que se contempla la punta de Mompás y una de las antiguas canteras de las que se extraía la piedra de arenisca que se utilizó para la construcción de muchas de las casas del barrio de Gros y de la iglesia de San Ignacio.
Ascendemos ahora por la calzada empedrada por la que se transportaba la arenisca procedente de las canteras.
Esta calzada que estaba totalmente cubierta de maleza, la descubrió en su día el popular Josetxo Mayor.
El bueno de Josetxo (hoy con más de 80 años) se dedicó desde 1986 a limpiar y acondicionar los caminos del monte Ulía , al principio los “findes” y ya jubilado, todos los días hasta hace muy poco.
Era admirable verle en pleno esfuerzo generoso a su edad, con sus herramientas manuales: azada, rastrillo, escoba, cincel, martillo...
Desbrozaba, desmontaba piedras, las cortaba, las daba forma, las colocaba de nuevo... y así construyó infinidad de escaleras, por algunas de las cuales hoy hemos caminado.
Por su ingente labor de dedicación al monte, recibió la medalla al mérito ciudadano de la ciudad.
Sobre la base de un pitón de roca erosionada de la calzada alguien colocó una placa: Avenida Josetxo.
La última parada es en la fuente y antiguo lavadero de Kutraia, que ya no lleva agua y a la que antiguamente venían a lavar la ropa muchos donostiarras y hasta en carretas las lavanderas del hotel Londres.
Volvemos al punto de inicio donde acaba esta bonita y variada etapa circular de algo más de 12 km y casi 400 m de ascenso acumulado, por vericuetos poco conocidos, de gran valor geomorfológico y paisajístico, disfrutando desde varias atalayas privilegiadas, del amplío frente costero que abarca desde los acantilados de los montes Jaizkibel y Ulía hasta la costa vizcaína.
Waypoints
Comments (2)
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Easy to follow
Scenery
Easy
Curiosa y novedosa la selva secreta y el desfiladero.
Gracias por la ruta.
Saludos.
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Easy
Un descubrimiento el desfiladero. Ulia siempre tiene tesoros que descubrir. Muchas gracias por conpartir