CAMINHO DA GEIRA E DOS ARRIEIROS ETAPA 8 BEARIZ-CODESEDA

Inolvidable etapa la de hoy donde realizaremos la última gran subida del Caminho da Geira e dos Arrieiros, pasaremos por icónicos lugares y nos llevaremos una inesperada sorpresa al final de la misma.
Dejamos Beariz saliendo por su calle principal y en el cruce junto al bar Beariz, tomamos la bifurcación a la derecha, en realidad la carretera OU-212, pasando delante de la farmacia. Apenas 500 metros y deberemos girar a la izquierda a la altura de un flamante plafón informativo del camino donde se nos plantean dos posibilidades para continuar, o bien por Barcia, o bien por Albite, tomando en nuestro caso la primera de las opciones. Comenzamos por asfalto para después tomar una pista de tierra que nos lleva al Área Recreativa de Barcia, a la que podemos bajar. Poco después, llegamos a un río entre robles tomando la bifurcación a la derecha e iniciando un tramo por cómodo camino de tierra en los que subiremos de los 610 a los 800 m. El punto más alto de este tramo lo alcanzamos algo antes de llegar a una antena en la zona conocida como O Rebordiño, teniendo bonitas vistas de los valles vecinos. Como curiosidad, comentar que unos 200 metros antes de esa antena y en el punto que en el track señalamos como giro a la derecha, dejamos atrás la provincia de Ourense para entrar a la de Pontevedra. La bajada, se alargará durante unos 3 km, cuando llegamos a Pardesoa, población que cruzamos. Siguiendo por asfalto durante unos 700 m pasaremos por un cruceiro y en frente, la singular Igrexa de Santiago de Pardesoa, uno de los lugares imprescindibles de la etapa. En nuestro caso, aunque fugazmente, pudimos asomarnos al interior de la iglesia, normalmente cerrada, ya que a nuestro paso, las campanas tocaban a muerte y eso nos atrajo a acercarnos y a departir un rato con el señor encargado de tañir las misma. Ávido de conversación y alentado por nuestras preguntas, nos explicó los secretos de un menester que llevaba haciendo años, detalles del lenguaje de las campanas, además de explicarnos buena parte de su vida, como emigrante en México, algo muy habitual en esta zona, donde muchos de sus habitantes se vieron obligados a buscar mejor fortuna en el país azteca, de su matrimonio por poderes con una prima hermana, así como de la buena fortuna de su hija, establecida con su familia en México y que estaba de vacaciones en el lugar al momento de nuestro paso. En cuanto a la iglesia, lo más interesante no se encuentra en su interior, sino en sus alrededores, empezando por el citado cruceiro, situado en una plataforma de tres niveles y donde en la base lateral que mira a Compostela, podemos ver un peregrino con su bordón. Justo al lado de la iglesia, nos sorprende más si cabe, su fuente románica donde podemos ver un gran escudo donde destaca una cruz de Malta. En las ruinas de la casa rectoral contigua, destaca su puerta de entrada donde aparecen la imagen del apóstol, bastones, la Cruz de Santiago, conchas de vieira y diversas calabazas talladas en la madera. En fin, todo un compendio jacobeo el que pudimos disfrutar en este pequeño pero sorprendente rincón del Camiño da Geira. Dos kilómetros por asfalto nos separan de la población de Soutelo dos Montes, con todos los servicios, pasando antes por la pequeña aldea de O Sisto. Soutelo es una localidad localizada en un cruce de caminos relevante a lo largo de los siglos, ya que allí pasa el camino que lleva a Ourense y también a las zonas marítimas de Pontevedra y Cambados, además del trazado que lleva a Santiago por el camino de los arrieiros del Ribeiro, que estamos recorriendo. Como curiosidad, destacar que paramos a compartir unos bocadillos en uno de los bares de la localidad, comentando los miembros del grupo la calidad de los mismos y la bondad de su pan. Más adelante, nos enteraríamos que precisamente, Soutelo dos Montes es famoso por sus bocadillos, cuyo éxito radica en el pan que se utiliza para prepararlos. Un agradable añadido gastronómico para la magnífica etapa de hoy. Abandonamos Soutelo por la acera y luego por el arcén de su carretera principal, que dejaremos para tomar otra carretera a la derecha que rodea una especie de polígono y que nos deja luego a tocar de Ventoxo, pasando ante la larga fila de cipreses de su cementerio. Desde ese cruce del cementerio, nos esperan unos 4 km de cómodo asfalto a la sombra pasando por las poblaciones de Fontela primero y de Acivedo después, antes de llegar a A Freixeira, donde aprovechamos para hacer un receso en el bonito parque habilitado con mesas y bancos, al lado del río Cavelo. Continuamos subiendo unos 400 metros hasta llegar a O Cachafeiro, población que cruzaremos dejando su polígono a la izquierda y siempre por asfalto y tras cruzar la carretera PO-2205, irnos a la izquierda para, primero por asfalto y después por terra, descender al precioso puente de Gomail sobre el río Lérez. Haciendo un pequeño ida y vuelta a la derecha una vez cruzado el puente, nos podemos acercar a ver las bonitas cascadas que hace el río en ese punto. Desde el puente, comenzamos la que se puede considerar última gran subida del Camiño da Geira, ya que durante unos 4 km subiremos hasta los 700 m de altitud en un agradable paseo en el que cruzaremos la carretera PO-2204 para acabar subiendo a las casas de la aldea de A Mámoa, en el concello de Forcarei, donde finaliza la subida. Se observará, que en el track, nos salimos durante unos metros del camino para realizar un pequeño rodeo, para subir a un altozano rocoso que nos llamó la atención, el Outeiro da Cruz. Advertir que la bajada es campo a través entre helechos para alcanzar otra vez el camino, así que, si nos queremos evitar un desnivel suplementario y un poco más de aventura, mejor continuar el camino que sigue la cómoda pista de tierra. En A mámoa, donde nos recibe un animoso perrito ladrador y un bonito cruceiro donde aprovechamos para hacer otra pausa, destaca lo cuidado de sus casas de piedra. Como nos comentó una de las pocas vecinas de la población, en la casa que hay delante del cruceiro hay un proyecto de futuro por lo que parece, de construir un albergue para los peregrinos que pasan haciendo el Camiño da Geira e dos Arrieiros, pero también el controvertido Camiño Miñoto Ribeiro, del que ya hemos hablado en la reseña de alguna etapa anterior. Dejamos a Mámoa por el asfalto, abandonándolo algo después a la izquierda por un camino de tierra en el que a la derecha, vemos una cruz que llama nuestra atención y a la que faltaría más, nos acercamos. Dicha cruz, llamada Cruz do Arrieiro, se colocó en memoria de un joven aprendiz de arrieiro que murió justo en este lugar víctima de la coz de un caballo. No en vano, estamos en una zona donde, si tenemos suerte nos podemos encontrar con los cavallos salvajes de una de las famosas rapas gallegas, la Rapa de Sabucedo. Alcanzamos una carretra principal que tomamos a la izquierda y por la que caminamos con cuidado por el arcén durante unos metros hasta que tras el guardarrail, y siguiendo las señales que encontramos, sale un camino que es fácil pasarse y que sube entre la vegetación a la izquierda. Tomamos dicho camino para caminar por una antigua carretera que nos deja en un hito monumento que marca el límite entre los municipios de Cercedo y A Estrada. Volvemos a salir a la carretera y en apenas 500 m la volvemos a dejar para tomar el antiguo camino real que baja y que nos llevará a la población de Vilaboa, a la que prácticamente no entramos, tomando un estrecho camino en el prado y entre márgenes, que nos llevará a pasar por un túnel para poder superar la carretera y así llegar al centro de A Portela. Por asfalto, y en 1,5 km vamos a llegar a la Capela da Virxe de Guadalupe de A Grela, curiosa iglesia que hasta 1960 acogió las rogativas de los marineros de la Ría de Arousa, que está situada en un lugar de gran desnivel, lo que obligó a construir una imponente muralla de contención y que además, en un hecho nada común en las iglesias gallegas, su orientación es justo la contraria de lo habitual. Dejando atrás este singular templo, nos espera una pequeña subida donde a unos 500 metros encontraremos a la izquierda la Cruz da Grela, lugar icónico del Camiño da Geira donde no podíamos pasar sin dejar testimonio gráfico. Desde esta cruz, es posible ver tanto Compostela como el mar de Arousa, y en sus alrededores están catalogadas diferentes mámoas o elementos pétreos funerarios. Desde este punto, nos esperan escasos 2 km para llegar a Codeseda, final de esta magnífica etapa, en un apacible descenso, primero por pista, y luego por asfalto. Al llegar al barrio de Os Currelos, tendremos una espectacular panorámica de la bonita población de Codeseda y en valle donde se situa. Cruzado el puente sobre la EP-7001 y habremos llegado a la población de Codeseda, población altamente implicada en la promoción del Camiño da Geira e dos Arrieiros y en cuyo café pub, llamado precisamente Caminho da Geira, nos esperaba una gran sorpresa, como colofón a ésta ya, inolvidable etapa. Y es que, de manera totalmente inesperada, uno de los componentes del grupo, tuvo en suerte el hecho de convertirse en el peregrino número 600 que transitaba por este precioso camino durante este año 2021. Fotos para recordar este afortunado para nosotros evento y magníficos detalles los que tuvieron con nosotros Pepe y Mari Carmen, del Café Pub Caminho da Geira, así como de Fran, el anfitrión de A Casa do Avó, donde nos alojamos. Nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos por todas las atenciones que nos prestaron. Ya entrada la tarde, tiempo para atender a la prensa, La voz de Galicia y el Faro de Vigo, donde aparecimos al día siguiente, y algo de hueco para visitar la población. En Codeseda, además de un monumental cruceiro justo delante del Café Pub Camiño da Geira, destaca su iglesia, la Igrexa de San Xurxo de Codeseda, donde existió un antiguo monasterio en tiempos de Sisnando, obispo de Iria y de cuya época se conserva en el muro interior de la finca anexa, un dintel donde si nos fijamos, podremos encontrar grabados una cruz inserida en un círculo y flanqueada por dos conchas de vieira, sin duda, en la que fue entrada o salida de los peregrinos que iban a Compostela.