Camino Catalán. Etapa 2. Igualada - La Panadella
near Igualada, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
Partimos de la plaza del Bruc delante de la Basílica de Santa Maria d’Igualada. Atravesamos el centro histórico por las calles de l’Argent, de Sant Simplici, Sant Agustí y finalmente abandonamos Igualada por la avenida de Angel Guimerá y más adelante, tras la rotonda cercana al puente sobre el río Anoia, continuamos de frente. A unos 250 metros giramos a la derecha por la avenida de Emili Vallés, pasando junto a la guardería El Espígol y varios institutos. La señalización oficial nos indica 37,5 kilómetros hasta Cervera, los mismos que anunciaba a la entrada de Igualada. Incomprensible. Por la calle de Miquel Jordana í Puig y la calle l’Empordá llegamos finalmente hasta la ermita románica de Sant Jaume Sesoliveres, citada por primera vez en el año 1059 y restaurada entre 1993 y 1995.
Reanudamos la marcha por la calle de La Ermita, giramos a la derecha por el Bagés, luego a la izquierda por l’Alt Camp y a la derecha por la avenida de Sant Jaume Ses Oliveres. El laberinto continúa hacia la izquierda por la calle del Penedés, luego a la derecha por Solsones y finalmente a la izquierda por el Camino de Can Blasi. Tras un descampado, habitado por el convento de clausura del Carmen, bajamos junto a la masía Can Blasi, al pie de la carretera. Un trecho sobre asfalto y el posterior tartán colorado nos separan de Sant Genís, localidad que pertenece al municipio de Jorba y que abordamos por la calle Mayor.
Dejando la iglesia a mano izquierda salimos de esta localidad y tomamos el tartán colorado de la carretera de acceso a la N-II. En este tramo, a mano izquierda, se encuentra el desvío hacia la ermita románica de Santa María de la Sala. Después de pasar un campo de fútbol bajamos al pie de la N-II para entrar en Jorba, población de servicios donde es posible tomar un refrigerio. Podemos atravesar la población junto a la carretera, por la avenida Canaletes o, por el contrario y más recomendable, por el núcleo principal, donde se encuentra la iglesia parroquial de Sant Pere, del XVI.
Aquí también emergen las ruinas del castillo, destruido en 1840 durante la Primera Guerra Carlista. Pero el premio no será el Castillo y sí la fabulosa panorámica sobre Jorba y su entorno. Dejamos la localidad por la N-IIa, a escasos metros del albergue y la capilla de Sant Jaume, salvando por encima la autovía y más adelante el cauce de la riera de Clariana, afluente del Anoia. La jornada sigue arrastrando su monotonía y unos seiscientos metros después de la gasolinera y el hostal Snack Jorba pasamos sobre la autovía.
El desnivel comienza a ser patente y enlazamos con el trazado de la N-II, que llegado un punto dejamos por la derecha para continuar por una pista alquitranada, aunque también podemos seguir de frente por el carril de tartán. Pasamos junto a la casa solitaria de Calzados Xirus (aparece en los mapas como El Simó) y tras un breve rodeo llegamos a Santa María del Camí, del municipio de Veciana. Al otro lado de la carretera se encuentra la ermita románica, de una sola nave y provista en el ábside por un ventanuco formado por dovelas radiales. En 1919 se construyó la iglesia de al lado y la románica se cerró al culto (Km 16).
Unas socorridas fotos del ábside, la ventana y el escudo de Santa Cecilia de Montserrat, de la que fue Priorato, posado sobre la portada norte y la etapa insiste en más de lo mismo. Pasamos el p.k 539 y tras un tobogán visitamos Porquerisses: una veintena de casas del municipio de Argençola y la sobria iglesia de Sant Genís (Km 17). A la salida, en lugar de recuperar el machacón asfalto, seguimos por una pista y un camino con algo de maleza a la vera del aquí diminuto río Anoia. La odisea termina rápido y nos devuelve al borde de la carretera (Km 18,6).
Ya sin sobresaltos vamos limando uno a uno los kilómetros, largos y pesados por cierto, que restan hasta coronar el puerto de la Panadella. Este raval del núcleo de Montmaneu es una parada obligada al borde del desaparecido Camino Real. A pesar de la autovía sobrevive muy dignamente, ya que el hostal, los restaurantes y las dos gasolineras continúan con su frenética actividad (Km 23,7).
Reanudamos la marcha por la calle de La Ermita, giramos a la derecha por el Bagés, luego a la izquierda por l’Alt Camp y a la derecha por la avenida de Sant Jaume Ses Oliveres. El laberinto continúa hacia la izquierda por la calle del Penedés, luego a la derecha por Solsones y finalmente a la izquierda por el Camino de Can Blasi. Tras un descampado, habitado por el convento de clausura del Carmen, bajamos junto a la masía Can Blasi, al pie de la carretera. Un trecho sobre asfalto y el posterior tartán colorado nos separan de Sant Genís, localidad que pertenece al municipio de Jorba y que abordamos por la calle Mayor.
Dejando la iglesia a mano izquierda salimos de esta localidad y tomamos el tartán colorado de la carretera de acceso a la N-II. En este tramo, a mano izquierda, se encuentra el desvío hacia la ermita románica de Santa María de la Sala. Después de pasar un campo de fútbol bajamos al pie de la N-II para entrar en Jorba, población de servicios donde es posible tomar un refrigerio. Podemos atravesar la población junto a la carretera, por la avenida Canaletes o, por el contrario y más recomendable, por el núcleo principal, donde se encuentra la iglesia parroquial de Sant Pere, del XVI.
Aquí también emergen las ruinas del castillo, destruido en 1840 durante la Primera Guerra Carlista. Pero el premio no será el Castillo y sí la fabulosa panorámica sobre Jorba y su entorno. Dejamos la localidad por la N-IIa, a escasos metros del albergue y la capilla de Sant Jaume, salvando por encima la autovía y más adelante el cauce de la riera de Clariana, afluente del Anoia. La jornada sigue arrastrando su monotonía y unos seiscientos metros después de la gasolinera y el hostal Snack Jorba pasamos sobre la autovía.
El desnivel comienza a ser patente y enlazamos con el trazado de la N-II, que llegado un punto dejamos por la derecha para continuar por una pista alquitranada, aunque también podemos seguir de frente por el carril de tartán. Pasamos junto a la casa solitaria de Calzados Xirus (aparece en los mapas como El Simó) y tras un breve rodeo llegamos a Santa María del Camí, del municipio de Veciana. Al otro lado de la carretera se encuentra la ermita románica, de una sola nave y provista en el ábside por un ventanuco formado por dovelas radiales. En 1919 se construyó la iglesia de al lado y la románica se cerró al culto (Km 16).
Unas socorridas fotos del ábside, la ventana y el escudo de Santa Cecilia de Montserrat, de la que fue Priorato, posado sobre la portada norte y la etapa insiste en más de lo mismo. Pasamos el p.k 539 y tras un tobogán visitamos Porquerisses: una veintena de casas del municipio de Argençola y la sobria iglesia de Sant Genís (Km 17). A la salida, en lugar de recuperar el machacón asfalto, seguimos por una pista y un camino con algo de maleza a la vera del aquí diminuto río Anoia. La odisea termina rápido y nos devuelve al borde de la carretera (Km 18,6).
Ya sin sobresaltos vamos limando uno a uno los kilómetros, largos y pesados por cierto, que restan hasta coronar el puerto de la Panadella. Este raval del núcleo de Montmaneu es una parada obligada al borde del desaparecido Camino Real. A pesar de la autovía sobrevive muy dignamente, ya que el hostal, los restaurantes y las dos gasolineras continúan con su frenética actividad (Km 23,7).
Waypoints
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Medio-baja…no tuve ni un problema en seguir el Camino.
Gracias por valorar! Buen camino!