Camino de Poyet, ruinas medievales desde Castillazuelo
near Castillazuelo, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
El Camino de Poyet es un recorrido senderista que discurre por la ribera del río Vero.
Tras cruzar pequeños barrancos y campos de cultivo, el camino lleva a las ruinas de Poyet. Desde allí, se puede disfrutar de magníficas vistas de algunos de los viñedos y bodegas del Somontano y de las cumbres pirenaicas.
A lo largo del trayecto se encuentran viejos almendrales y viñedos hoy abandonados, casetas de piedra, bosquecillos de encinas y quejigos. Pero sin duda, uno de los atractivos de esta ruta es El Chopar, un soto poblado por chopos, sauces, fresnos, pinos, etc. que ha sido recuperado y es un rincón de gran valor desde el punto de vista ecológico.
El Camino de Poyet comienza en el Centro de Interpretación del río Vero donde es posible conocer el valor del agua y el ingenio de quienes habitaron el Somontano a la hora de aprovecharla a lo largo de los siglos.
Desde allí, tomamos dirección este por la calle ro Barrio. Tras dejar el casco urbano y un tramo de carretera -‘del Canal’- asfaltada veremos las primeras balizas de madera que señalizan la ruta.
Pasamos junto a una granja de vacas y llegamos a la cabañera. Tras caminar unos pocos metros por la cabañera, desviamos a la izquierda para tomar otro camino, a partir de aquí iremos vigilando las balizas que existen y que no siempre son fáciles de ver.
Con un suave desnivel el trayecto baja hasta el río para entrar en un soto: el Chopar.
Sin duda, este espacio natural es uno de los mayores atractivos del Camino de Poyet. Se trata de un bosque de ribera donde abundan especies vegetales como los sauces (Salix eleagnos), los fresnos (Fraxinus angustifolia), las galabarderas (Rosa canina), los juncos (Scirpus Calefornicus), las madreselvas (Lonicera implexa), las zarzamoras (Rubus fructicosus)...
Es además un espacio natural con un curioso origen: a mediados del siglo XX, un maestro de la escuela de Castillazuelo descubrió el lugar y cautivado por su belleza trajo a sus alumnos y alumnas, plantaron chopos (Populus nigra) y pinos laricios y carrascos (Pinus nigra y Pinus halepensis) y así nació este rincón singular.
Desde la ribera del río Vero la ruta asciende con suavidad hasta un almendral yermo. Antiguamente existió un camino que desde Castillazuelo llevaba hasta aquí pero desapareció por el desmoronamiento de un talud de tierra. Así, era imposible llegar a estas partidas con tractores u otros medios lo que favoreció su abandono.
El camino de Poyet prosigue por la parte alta del almendral para alcanzar un barranquillo equipado con una pequeña pasarela de madera que facilita en gran medida el paso.
Salvado este barranco, llegamos a un espacio poblado de encinas, enebros y quejigos. Unos escalones de madera salvan el desnivel hasta alcanzar un olivar yermo y una caseta de piedra, subimos entre encinas por una senda que nos dirige a una pista. Una vez allí, giramos a la derecha (señalizado). A los pocos metros dejaremos esta pista para entrar a la izquierda dirección al barranco de Valmayor.
El agua de lluvia ha erosionado la roca arenisca formando un canal por el que bajaremos. En aproximadamente 5 minutos estaremos junto a un campo de cereal llamado también de Valmayor.
Debemos seguir por un cañizar para bordear primero y cruzar después el barranco de Valmayor. Merece la pena detenerse en este lugar que ha convertido en un bosquete de encinas, enebros, quejigos y alguna sabina.
Algunas bifurcaciones más y al fondo ya se ven las ruinas de Poyet sobre un cerro muy erosionado.
El regreso a Castillazuelo se ha de realizar por el mismo camino.
Tras cruzar pequeños barrancos y campos de cultivo, el camino lleva a las ruinas de Poyet. Desde allí, se puede disfrutar de magníficas vistas de algunos de los viñedos y bodegas del Somontano y de las cumbres pirenaicas.
A lo largo del trayecto se encuentran viejos almendrales y viñedos hoy abandonados, casetas de piedra, bosquecillos de encinas y quejigos. Pero sin duda, uno de los atractivos de esta ruta es El Chopar, un soto poblado por chopos, sauces, fresnos, pinos, etc. que ha sido recuperado y es un rincón de gran valor desde el punto de vista ecológico.
El Camino de Poyet comienza en el Centro de Interpretación del río Vero donde es posible conocer el valor del agua y el ingenio de quienes habitaron el Somontano a la hora de aprovecharla a lo largo de los siglos.
Desde allí, tomamos dirección este por la calle ro Barrio. Tras dejar el casco urbano y un tramo de carretera -‘del Canal’- asfaltada veremos las primeras balizas de madera que señalizan la ruta.
Pasamos junto a una granja de vacas y llegamos a la cabañera. Tras caminar unos pocos metros por la cabañera, desviamos a la izquierda para tomar otro camino, a partir de aquí iremos vigilando las balizas que existen y que no siempre son fáciles de ver.
Con un suave desnivel el trayecto baja hasta el río para entrar en un soto: el Chopar.
Sin duda, este espacio natural es uno de los mayores atractivos del Camino de Poyet. Se trata de un bosque de ribera donde abundan especies vegetales como los sauces (Salix eleagnos), los fresnos (Fraxinus angustifolia), las galabarderas (Rosa canina), los juncos (Scirpus Calefornicus), las madreselvas (Lonicera implexa), las zarzamoras (Rubus fructicosus)...
Es además un espacio natural con un curioso origen: a mediados del siglo XX, un maestro de la escuela de Castillazuelo descubrió el lugar y cautivado por su belleza trajo a sus alumnos y alumnas, plantaron chopos (Populus nigra) y pinos laricios y carrascos (Pinus nigra y Pinus halepensis) y así nació este rincón singular.
Desde la ribera del río Vero la ruta asciende con suavidad hasta un almendral yermo. Antiguamente existió un camino que desde Castillazuelo llevaba hasta aquí pero desapareció por el desmoronamiento de un talud de tierra. Así, era imposible llegar a estas partidas con tractores u otros medios lo que favoreció su abandono.
El camino de Poyet prosigue por la parte alta del almendral para alcanzar un barranquillo equipado con una pequeña pasarela de madera que facilita en gran medida el paso.
Salvado este barranco, llegamos a un espacio poblado de encinas, enebros y quejigos. Unos escalones de madera salvan el desnivel hasta alcanzar un olivar yermo y una caseta de piedra, subimos entre encinas por una senda que nos dirige a una pista. Una vez allí, giramos a la derecha (señalizado). A los pocos metros dejaremos esta pista para entrar a la izquierda dirección al barranco de Valmayor.
El agua de lluvia ha erosionado la roca arenisca formando un canal por el que bajaremos. En aproximadamente 5 minutos estaremos junto a un campo de cereal llamado también de Valmayor.
Debemos seguir por un cañizar para bordear primero y cruzar después el barranco de Valmayor. Merece la pena detenerse en este lugar que ha convertido en un bosquete de encinas, enebros, quejigos y alguna sabina.
Algunas bifurcaciones más y al fondo ya se ven las ruinas de Poyet sobre un cerro muy erosionado.
El regreso a Castillazuelo se ha de realizar por el mismo camino.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Preciosa ruta para pajarear.