CAMINO DE SAN FRUTOS: Del Puente de Villaseca a la Ermita de San Frutos - Sexta etapa

1.- FICHA TÉCNICA:

Distancia total: 8,78 km
Fecha de realización: 9/Octubre/2022
Fecha de subida: : 9/Octubre/2022
Grado de dificultad: Fácil
Índice IBP: 33 HKG
Tiempo total: 3:04:14 h
Tiempo en movimiento: 2:51:19 h
Tiempo parado: 0:12:55 h
Altitud al inicio/al final: 946 m / 1014 m
Altitud mínima/máxima: 931 m / 1104 m
Señalización: Testimonial.
Posible con BTT: Si

2.- ACCESO AL INICIO DE LA RUTA

Nuestra quinta etapa del Camino de San Frutos acabó en el puente de Villaseca, por lo que, como es lógico, el inicio de nuestra sexta y última etapa, debía de comenzar donde habíamos acabado la anterior.
Para esta sexta etapa, su final está en la Ermita de San Frutos, por lo que sería una etapa lineal, es decir, solo de ida. Como en toda etapa no circular, es obligado el hacer una combinación de coches.
Todos los participantes nos desplazamos hasta el Puente de Villaseca, para a continuación llevar un coche hasta el aparcamiento que hay en las cercanías de la Ermita de San Frutos, tras lo que regresamos al punto de inicio de esta etapa con otro vehículo.
Para llegar al Puente de Villaseca desde Segovia, hay que utilizar la CL 603 hasta llegar a Cantalejo, donde se toma la SG-V-2323 que por Sebulcor en alrededor de 9,5 km nos lleva hasta el aparcamiento que hay en el fondo del valle del río Duratón a pocos metros del Quiosco de Jacinto, desde donde empezaremos a caminar.
Las coordenadas del aparcamiento en el Puente de Villaseca, en sistema sexagesimal o GSM, son 41°17'36.1"N y 3°50'38.0"W. En sistema decimal o GD, son 41.293370 y -3.843891.
Otra alternativa que tenemos para llegar al punto de inicio, es la de utilizar la función “¿Cómo llegar al punto de inicio?” que tiene Wikiloc a nuestra disposición. Al abrir la ruta que queremos hacer, justo a continuación de las características técnicas de la misma (distancia, dificultad, fecha, etc.) aparece dentro de un recuadro la mencionada pregunta. Al picar en dicha opción, desde tu ubicación, estés donde estés, aparecerá en Google Maps, el trayecto que se ha de realizar para acceder al punto de partida de la ruta.

3.- INFORMACION GENERAL SOBRE LA RUTA

3.1.- CARACTERISTICAS GENERALES:

Es una tranquila ruta lineal la que vamos a seguir para llegar hasta la Ermita de San Frutos. Su principal inconveniente es que se tiene que caminar por carretera asfaltada en su primera mitad y por una pista por la que el tráfico rodado, te deja un recuerdo de polvo cada vez que pasa a tu lado, en su segunda parte.
Se puede hacer cómodamente en una mañana o en una tarde, pero para disfrutar de la ruta, mi consejo es que nos olvidamos del reloj y nos lo tomamos con calma.
Su recorrido tiene dos partes claramente diferenciadas. Una primera parte entre el puente de Villaseca y el pueblo de Villaseca, en la que caminamos por la carretera SG-V-2418. Y una segunda parte en la que vamos a caminar desde Villaseca por una pista hasta que llegamos a la Ermita de San Frutos.
La primera parte, un terreno abierto y despejado, mayoritariamente ocupado por una zona de enebros y sabinas salpicada con alguna parcela dedicada al cultivo de cereal. A medida que nos vamos acercando al pueblo de Villaseca, van aumentando las parcelas cerealistas y disminuyendo la cubierta de enebros y sabinas. Esta es la parte más “dura”, sobre todo sus primeros 2 km, con una pendiente de alrededor del 7,2 %. Nos servirá para entrar en calor. Además, se le añade el que vamos a caminar por el asfalto hasta que lleguemos a Villaseca.
La segunda parte, podemos decir que es prácticamente plana, pues discurre atravesando la paramera, por encima de los 1000 m de altitud. Caminaremos por una pista de tierra blanquecina alrededor de 1 km para llegar al vallejo del Barranco de los Pozarrones, la única alteración de la prácticamente plana paramera por la que caminaremos unos 4 km más hasta llegar al aparcamiento de vehículos, desde donde ya se ve el final de la etapa, la ermita de San Frutos. Esta pista es de fácil caminar, aunque tiene el inconveniente de que es polvorienta y los vehículos que circulan por ella, nos “gratificarán” con una nube de polvo en función de la dirección del viento.
Aviso: A ser posible, evitar los fines de semana, pues el tráfico de vehículos tiene una mayor intensidad, al ser un lugar que recibe numerosas visitas. En los periodos vacacionales clásicos (sobre todo semana santa y verano), es bastante molesto para el caminante el flujo de vehículos a motor.
Se puede realizar en cualquier época del año. Pero teniendo presente por donde vamos a caminar, la altitud y el clima de la provincia de Segovia, a mi juicio, el momento idóneo para hacerla son los meses de “buen tiempo”, especialmente mayo y junio, cuando la floración está en su todo su apogeo y la paramera luce espectacular. El otoño, cuando las hojas de las altas y frondosas choperas que llenan el cañón del río Duratón estén amarillas, el paisaje del cañón tendrá un colorido que bien merece también una visita, aunque el amarillo seco de la paramera y parcelas cerealistas, sea el color más abundante en la zona.
En nuestro caso, hicimos este recorrido el 9/Octubre/2022, en una espléndida y calurosa mañana otoñal, en la que la vegetación en el fondo del cañón aún no mostraba el más mínimo aspecto otoñal, y en toda la zona de la paramera, el único color verde existente era en de las copas de enebros y sabinas.
Se puede decir que no hay sombra en todo el recorrido. Ni que decir tiene que es prácticamente “obligatorio” el llevar protección solar, lápiz labial y un sombrero o gorra (aunque esto es aplicable no solo en la época veraniega).
No hay fuente de agua tratada en todo el recorrido, por lo que es necesaria el llevarla en cantidad suficiente. Al cruzar el pueblo de Villaseca se puede conseguir agua potable.
El recorrido se puede decir que no está señalizado. Que yo recuerde, solo vi un mojón oficial del Camino de San Frutos, a la vera de la iglesia de Santo Tomás Apóstol de Villaseca, a la entrada de la pista de tierra. No tiene ninguna dificultad la etapa que ocasione el que nos podamos extraviar.
Físicamente no es exigente. Una vez superados los 2 primeros kilómetros, la parte más “dura”, el resto de la etapa es de fácil caminar. Teniendo en cuenta todo esto, se puede catalogar a esta etapa como fácil (el índice IBP es de 33 HKG).

3.3.- GEOLOGÍA DE LA ZONA:

El terreno por el que vamos a caminar, está dentro del piedemonte calcáreo de la cercana Sierra de Guadarrama,
Hace unos 85 millones de años, toda la provincia de Segovia estaba cubierta por un mar de aguas templadas y poco profundas. En este mar, la vida marina, tanto de animales invertebrados como de vertebrados, alcanzó un gran desarrollo. Durante varios millones de años, los restos de dichos animales, fueron depositándose en el fondo del mar. Cuando estos sedimentos se fueron compactando y transformando en rocas, dieron lugar a las abundantes calizas, dolomías y margas que hoy en día encontramos en el piedemonte carbonático de la Sierra del Guadarrama.
Hace unos 65 millones de años el mar se retiró definitivamente y la provincia de Segovia quedó emergida, Todos los sedimentos carbonatados, transformados ya en rocas, estaban depositados en estratos o capas más o menos horizontales.
En esta zona, el río Duratón ha excavado el espectacular cañón fluvial y sus hoces que veremos y en una de ellas está ubicada la ermita de San Frutos, el punto final de esta etapa.

3.4.- CUBIERTA VEGETAL DE LA ZONA:

A lo largo de los casi 9 km de la etapa, vamos a ver dos tipos de zonas si tenemos en cuenta la vegetación que las cubre.
La primera es la que vamos a encontrar en las paredes de los cortados (vegetación rupícola) y en el fondo del cañón, el bosque de ribera o bosque de galería (vegetación ripícola).
En las paredes carbonatadas y rocas de esta zona, nos vamos a encontrar a los zapatitos de la virgen, te de roca, sedo, hiedra, pumilo y espuelillas, como especies más conocidas. Como arbustos, vamos a poder ver guillomos, espino negro, cornicabras y mostajos.
En el fondo del cañón, donde la humedad edáfica es alta, hay un frondoso bosque de ribera, así como un cerrado sotobosque en algunas zonas. Como árboles más conocidos están alisos, sauces, álamos, olmos y fresnos. Hay que añadir las numerosas choperas de repoblación, con ejemplares de buen porte.
El sotobosque que acompaña a este tipo de bosque, está compuesto por especies como el cornejo, saúco, zarzamora, rosal silvestre, bonetero, endrino y majuelo.
La paramera, que empezaremos a ver claramente desde el mirador que hay a poco menos de 1 km de comenzar a caminar, es una zona de suelos secos y oligotrofos. En esta zona, más o menos plana, veremos sabinas albares, enebro común y enebros de la miera, así como un abundante matorral xerofítico formado por tomillos, salvia y espliego como especies más conocidas.

4.- ITINERARIO:

Salimos desde el puente de Villaseca por la carretera SG-V-2418 con dirección a Villaseca, el único núcleo urbano que vamos a encontrar en esta etapa. No queda otra que caminar por el asfalto, así es que atención al tráfico rodado. La carretera, en cuesta arriba, tiene una pendiente media de alrededor del 7% en sus dos primeros kilómetros. En su primer kilómetro discurre más o menos paralela al cañón del río Duratón, lo que nos va a permitir disfrutar de un espléndido paisaje a nuestra izquierda. A unos 800 m aproximadamente, llegaremos a un mirador desde el que podremos ver una buena panorámica del cañón fluvial y del pinar de la orilla izquierda del mismo.
Seguimos subiendo por una zona con sabinas y enebros a ambos lados de la carretera y de vez en cuando alguna parcela de secano. A medida que nos vamos acercando al pueblo de Villaseca, el número de fincas cultivadas o abandonadas irá aumentando, a la par que disminuye la cobertera de enebros y sabinas.
Llegados a Villaseca, giramos a la izquierda abandonando el asfalto y entrando en una pista polvorienta por la que tendremos que caminar los últimos 5 km de la etapa.
Justo en el punto del giro, está la iglesia de Santo Tomás Apóstol, la iglesia parroquial de Villaseca. Es de origen románico y su cabecera es rectangular, en la que se verán unos canecillos lisos, así como numerosas marcas de cantería. Se cree que fue construida por la misma cuadrilla que construyó la iglesia de San Frutos. Esta iglesia parroquial de Villaseca, con un pequeño jardín delante de ella, tiene el único mojón del Camino de San Frutos que vimos en toda la etapa, justo delante de una yuca. Tiene espadaña.
Una vez en la pista, de fácil caminar, vamos a desplazarnos por la paramera en la que su altitud, alrededor de los 1.080 m nos va a permitir disfrutar de una espectacular panorámica de esta zona de la provincia de Segovia. En la primavera, cuando toda su cubierta vegetal está florecida, bien merece la pena de visitar.
Llegaremos al barranco del Arroyo de los Pozarrones, el único accidente geográfico que tendremos que salvar. Es un barranco seco, como todos los que veremos por la paramera y cuyo fondo, en algunas partes del mismo, se dedica al cultivo cerealista.
Superado este vallejo, el resto del recorrido se puede decir que es prácticamente horizontal, hasta la llegada al aparcamiento, donde habíamos dejado uno de nuestros vehículos aparcados.
A partir de este punto, desde donde ya se ve la Ermita de San Frutos, comienza la bajada hasta la misma. Es de alrededor de 1 km y tiene una pendiente de alrededor del 5,5 %. Es la parte más espectacular de la etapa, pues veremos varios de los meandros encajados u hoces del río Duratón, además de una espectacular panorámica.
La ermita se construyó en el siglo XII, en la zona en que San Frutos y sus hermanos Santa Engracia y San Valentín se dedicaron a la vida eremítica. Fue consagrada por el arzobispo de Toledo en el año 1100.
Para llegar a la ermita, hay que cruzar un pequeño puente de piedra que salva una grieta a la que denominan la “cuchillada”, pues de acuerdo con la leyenda, San Frutos la hizo con su bastón para salvar a unos cristianos que estaban siendo perseguidos por los moros.
La iglesia tiene una sola nave con bóveda de cañón. Su puerta principal tiene 3 arquivoltas. En el exterior y cercanas a su ábside hay varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca caliza y que datan de la alta edad media.
En el siglo XII, el rey Alfonso VII de León, le concedió fueros y la anexión al monasterio de Santo Domingo de Silos. Los monjes benedictinos ocuparon este priorato hasta la desamortización de Mendizabal en el siglo XIX.
Todo aquel que utilice total o parcialmente la ruta aquí descrita, así como su correspondiente track para GPS y la información complementaria que lo acompaña, lo hace bajo su responsabilidad. Por los riesgos que toda actividad en la naturaleza conlleva, queda igualmente bajo la responsabilidad de quien lo utilice, el tomar las medidas de seguridad adecuadas para realizar el itinerario descrito, que va a depender de las condiciones meteorológicas, del estado y preparación física de quien lo vaya a realizar y del grado de conocimientos técnicos del que use dicho track. La información que has leído, es de carácter informativo y orientativo