Camino de Santiago a Finisterre-Muxía: 4ª etapa: Corcubión-Finisterre (w/ English version)
near Corcubión, Galicia (España)
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Camino de Santiago a Finisterre-Muxía: 4ª etapa: Corcubión-Finisterre (w/ English version)
Tras visitar la iglesia de San Marcos, de gran interés, salimos de Corcubión en subida por el bosque hacia el interior. Una vez alcanzado el alto de San Roque, descendemos buscando de nuevo la costa, hasta Estorde. Nos desviamos del Camino para visitar su playa y hacemos otro tanto en Sardiñeiro de Abaixo. Volvemos hacia el interior para tomar una corredoira que nos conduce de nuevo hacia el mar, en las inmediaciones de Finisterre/Fisterra. Desde un cambio de rasante, ya se divisa nuestro destino: el cabo con su faro.
En breve, estamos en la larguísima y mítica praia de Langosteira, que recorremos en parte por la orilla buscando un lugar propicio para dar comienzo a los ritos del peregrino: bañarse en sus aguas cristalinas para purificarse.
Al final de la playa, se halla el cruceiro conocido como “Cruz de Baixar” y, un poco más allá, entramos en el pueblo de Finisterre que nos recibe en plena ebullición. Peregrinos y veraneantes atiborramos las estrechas calles. Nos dirigimos a la oficina de información para que gratuitamente nos expidan la fisterrana, que acredita nuestra peregrinación desde Santiago (horario de 10:00-14:00 y 15:30-18:30, https://maps.app.goo.gl/BetVZLUNbBpUDtMi7?g_st=ic). Acudiremos al cabo por la tarde, para ver la puesta de sol, como mandan los cánones. Así que dedicamos las horas intermedias a degustar unos buenos mariscos en uno de sus restaurantes más reputados (O Centolo) y a visitar el pueblo, que tiene bastante que ver. A destacar, en este sentido, el castillo de San Carlos, del siglo XVIII, reconvertido en pequeño museo dedicado a la pesca y al mar (no te pierdas su interesantísima visita guiada) y la lonja de pescado, donde podrás ver el género y asistir a las subastas desde una plataforma superior, siempre que guardes silencio. Por su parte, la Capela de Nosa Señora do Bo Suceso, del s. XVIII, se encontraba precintada por la reciente caída de una piedra desde una de sus torres que había dañado la techumbre.
A la caída de la tarde, una marcha silenciosa parte de la población en dirección al faro. A su salida, en la iglesia de Santa María das Areas, con origen en el s. XII, pero de estilo predominantemente gótico (Bien de Interés Cultural) el peregrino puede asistir a misa, a las 18:00. A mitad de camino, se encuentra el monumento al Peregrino, estatua en una pose en la que afronta los vientos; un poco más adelante, una fuente.
Llegar al cabo Finisterre genera sentimientos enfrentados. Por una parte, uno siente la emoción de estar en un sitio mágico, el lugar visitado desde tiempos inmemoriales por quienes, siguiendo el rastro de las estrellas y, de la caída del sol, iban en busca del fin del mundo, en la creencia terraplanista de que más allá ya no había nada (hoy día, se sabe que Finisterre no es ni tan siquiera el punto más occidental de la Europea continental pues hay otros lugares más al oeste, por ejemplo, el cabo Touriñán). Contemplar el ocaso desde aquí era un símbolo de resurgimiento, como el ave Fénix. Por eso, no le faltó razón a Cela cuando dijo aquello de que “Finisterre es la última sonrisa del caos del hombre asomándose al infinito”. Por otra parte, uno no puede ocultar tener cierta sensación de perplejidad, por la gran cantidad de coches, de gentes y de mercaderías (una tienda de suvenires, un bar y un hotel-restaurante) que hay en la zona.
En la punta, se erige el faro, de mediados del siglo XIX. Su sirena se conoce coloquialmente como “la vaca de Fisterra”. Justo antes, el punto más fotografiado: el mojón km 0 del Camino de Santiago y, tras el faro, sobre una piedra, la escultura de bronce de una bota (originalmente eran dos, pero alguien arrancó una de ellas). Muy cerca, el restaurante de la guía Michelin O Semáforo, sirve de informal centro de información a través de placas que portan QRs. Si miras hacia el oeste, hacia el sol poniente, observarás una enorme piedra en el mar, a poca distancia de la costa. Es O Centolo, llamado así por su semejanza con este crustáceo, causante de no pocos naufragios.
Para reforzar la idea de renacer, era costumbre que el peregrino levantara a los pies de la cruz que se halla junto q la tienda de regalos, una pira en la que se desprendía de sus pertenencias, quemándolas. Hoy es algo que está terminante prohibido, pero hay quien sigue haciéndolo a hurtadillas en los alrededores.
Sorprende encontrar aquí una estatua del general San Martín, el que fuera libertador de Argentina, Chile y Perú. Fue colocada aquí en 1980 para rendirle homenaje.
En el promontorio cercano, conocido como Monte Facho, se dice que los celtas erigieron un altar, el “Ara Solís” dedicado al sol. Hay quien sube hasta el mismo para contemplar la puesta de sol desde allí. Un poco más al norte, se ubican las “Pedras Santas”, dos grandes moles graníticas que se mueven si uno se sitúa sobre ellas, de ahí que ancestralmente se le atribuyeran propiedades mágicas relacionadas con la fertilidad. El monte Pindo, al otro lado de la ría, era considerado por los celtas como su olimpo.
Lugar de alojamiento: Albergue-Pensión O Encontro. Habitación con baño. Tel.: 634454936 https://goo.gl/maps/fEZm2vvCBy8ZBwYc7 Rúa Fonte Vella, 20, 15155 Fisterra, A Coruña.
Track de la 3ª etapa del Camino a Finisterre-Muxia “Olveiroa-Corcubión”: https://www.wikiloc.com/hiking-trails/camino-de-santiago-a-finisterre-muxia-3a-etapa-olveiroa-corcubion-w-english-version-144633526
Track de la 5ª etapa del Camino a Finisterre-Muxia “Finisterre-Muxía(por el Camiño dos faros)”: https://www.wikiloc.com/hiking-trails/camino-de-santiago-a-finisterre-muxia-5a-etapa-finisterre-muxia-por-el-camino-dos-faros-144910733
Tras visitar la iglesia de San Marcos, de gran interés, salimos de Corcubión en subida por el bosque hacia el interior. Una vez alcanzado el alto de San Roque, descendemos buscando de nuevo la costa, hasta Estorde. Nos desviamos del Camino para visitar su playa y hacemos otro tanto en Sardiñeiro de Abaixo. Volvemos hacia el interior para tomar una corredoira que nos conduce de nuevo hacia el mar, en las inmediaciones de Finisterre/Fisterra. Desde un cambio de rasante, ya se divisa nuestro destino: el cabo con su faro.
En breve, estamos en la larguísima y mítica praia de Langosteira, que recorremos en parte por la orilla buscando un lugar propicio para dar comienzo a los ritos del peregrino: bañarse en sus aguas cristalinas para purificarse.
Al final de la playa, se halla el cruceiro conocido como “Cruz de Baixar” y, un poco más allá, entramos en el pueblo de Finisterre que nos recibe en plena ebullición. Peregrinos y veraneantes atiborramos las estrechas calles. Nos dirigimos a la oficina de información para que gratuitamente nos expidan la fisterrana, que acredita nuestra peregrinación desde Santiago (horario de 10:00-14:00 y 15:30-18:30, https://maps.app.goo.gl/BetVZLUNbBpUDtMi7?g_st=ic). Acudiremos al cabo por la tarde, para ver la puesta de sol, como mandan los cánones. Así que dedicamos las horas intermedias a degustar unos buenos mariscos en uno de sus restaurantes más reputados (O Centolo) y a visitar el pueblo, que tiene bastante que ver. A destacar, en este sentido, el castillo de San Carlos, del siglo XVIII, reconvertido en pequeño museo dedicado a la pesca y al mar (no te pierdas su interesantísima visita guiada) y la lonja de pescado, donde podrás ver el género y asistir a las subastas desde una plataforma superior, siempre que guardes silencio. Por su parte, la Capela de Nosa Señora do Bo Suceso, del s. XVIII, se encontraba precintada por la reciente caída de una piedra desde una de sus torres que había dañado la techumbre.
A la caída de la tarde, una marcha silenciosa parte de la población en dirección al faro. A su salida, en la iglesia de Santa María das Areas, con origen en el s. XII, pero de estilo predominantemente gótico (Bien de Interés Cultural) el peregrino puede asistir a misa, a las 18:00. A mitad de camino, se encuentra el monumento al Peregrino, estatua en una pose en la que afronta los vientos; un poco más adelante, una fuente.
Llegar al cabo Finisterre genera sentimientos enfrentados. Por una parte, uno siente la emoción de estar en un sitio mágico, el lugar visitado desde tiempos inmemoriales por quienes, siguiendo el rastro de las estrellas y, de la caída del sol, iban en busca del fin del mundo, en la creencia terraplanista de que más allá ya no había nada (hoy día, se sabe que Finisterre no es ni tan siquiera el punto más occidental de la Europea continental pues hay otros lugares más al oeste, por ejemplo, el cabo Touriñán). Contemplar el ocaso desde aquí era un símbolo de resurgimiento, como el ave Fénix. Por eso, no le faltó razón a Cela cuando dijo aquello de que “Finisterre es la última sonrisa del caos del hombre asomándose al infinito”. Por otra parte, uno no puede ocultar tener cierta sensación de perplejidad, por la gran cantidad de coches, de gentes y de mercaderías (una tienda de suvenires, un bar y un hotel-restaurante) que hay en la zona.
En la punta, se erige el faro, de mediados del siglo XIX. Su sirena se conoce coloquialmente como “la vaca de Fisterra”. Justo antes, el punto más fotografiado: el mojón km 0 del Camino de Santiago y, tras el faro, sobre una piedra, la escultura de bronce de una bota (originalmente eran dos, pero alguien arrancó una de ellas). Muy cerca, el restaurante de la guía Michelin O Semáforo, sirve de informal centro de información a través de placas que portan QRs. Si miras hacia el oeste, hacia el sol poniente, observarás una enorme piedra en el mar, a poca distancia de la costa. Es O Centolo, llamado así por su semejanza con este crustáceo, causante de no pocos naufragios.
Para reforzar la idea de renacer, era costumbre que el peregrino levantara a los pies de la cruz que se halla junto q la tienda de regalos, una pira en la que se desprendía de sus pertenencias, quemándolas. Hoy es algo que está terminante prohibido, pero hay quien sigue haciéndolo a hurtadillas en los alrededores.
Sorprende encontrar aquí una estatua del general San Martín, el que fuera libertador de Argentina, Chile y Perú. Fue colocada aquí en 1980 para rendirle homenaje.
En el promontorio cercano, conocido como Monte Facho, se dice que los celtas erigieron un altar, el “Ara Solís” dedicado al sol. Hay quien sube hasta el mismo para contemplar la puesta de sol desde allí. Un poco más al norte, se ubican las “Pedras Santas”, dos grandes moles graníticas que se mueven si uno se sitúa sobre ellas, de ahí que ancestralmente se le atribuyeran propiedades mágicas relacionadas con la fertilidad. El monte Pindo, al otro lado de la ría, era considerado por los celtas como su olimpo.
Lugar de alojamiento: Albergue-Pensión O Encontro. Habitación con baño. Tel.: 634454936 https://goo.gl/maps/fEZm2vvCBy8ZBwYc7 Rúa Fonte Vella, 20, 15155 Fisterra, A Coruña.
Track de la 3ª etapa del Camino a Finisterre-Muxia “Olveiroa-Corcubión”: https://www.wikiloc.com/hiking-trails/camino-de-santiago-a-finisterre-muxia-3a-etapa-olveiroa-corcubion-w-english-version-144633526
Track de la 5ª etapa del Camino a Finisterre-Muxia “Finisterre-Muxía(por el Camiño dos faros)”: https://www.wikiloc.com/hiking-trails/camino-de-santiago-a-finisterre-muxia-5a-etapa-finisterre-muxia-por-el-camino-dos-faros-144910733
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