Camino de Santiago: Astorga - Foncebadón (real 26,4 km., desniveles de +600m. y -70m.).

Pasé otra noche bastante mala, despertándome cada vez que tenía que cambiar de posición; sin embargo por la mañana notaba menos dolor que el día anterior. La jornada empezó bastante bien, pues simplemente llevaba una pequeña mochililla con un chubasquero, una sudadera y un litro de agua y empecé una lenta caminata para calentar bien las piernas. Poco después de la capilla del Ecce Homo me desvié del Camino para buscar la antigua ubicación de Murias de Rechivaldo, que se encontraba en la misma orilla del río Jerga y en 1846 sufrió una gran crecida, llevándose por delante numerosos animales y unas cuantas personas, tras lo que decidieron trasladar el pueblo colina arriba; queda allí ahora un bonito enclave con un par de puentes y unos monumentos recordatorios de la tragedia. Poco después me incorporo al Camino cruzando un par de prados y tras una corta caminata llego a Santa Catalina de Somoza, donde paro a tomar un café.

En todo momento mantenemos a nuestra izquierda la sierra del Teleno con nieve en sus cumbres, a lo lejos en nuestra derecha la carretera nacional en dirección al puerto del Manzanal y frente a nosotros los montes de León, a los que subiremos al final de la jornada, acabando de cruzarlos en la etapa de mañana. Mientras tanto sigo en continuo ascenso por las tierras de la Maragatería en dirección a El Ganso, donde también hago una parada para tomar un par de 1906, calculando el tiempo necesario para llegar a almorzar sobre las 14:30 en Rabanal del Camino (por cierto, allí se produce en el track un "ruido" de 1 km. de longitud y 400 metros de desnivel). Tras la comida sigue la lenta caminata por una senda cada vez más empinada buscando Foncebadón, a donde llego bastante cansado. Paro en el albergue del Druida (15 eur.) pero les pregunto si tienen habitación individual y me quedo con la que tenían libre (42 eur.).

Es ahora tiempo de planificar: tenía claro que no podía hacer la etapa siguiente, pues la bajada a Molinaseca, pese a ser tendida, tiene un desnivel negativo de 1.100 metros por un sendero con algunos tramos de pizarra bastante peligrosos, así que decidí que al día siguiente me levantaría y visitaría la Cruz de Ferro (a 2 km.) y después tomaría un taxi hasta Ponferrada, donde también cambié la litera del albergue por una habitación de hotel que me permitiera descansar todo el día, para al menos intentar el sábado y el domingo hacer un par de etapas del Camino de Invierno. La realidad fue que mientras esperaba a entrar en la habitación del hotel me fui a visitar el Castillo de los Templarios, pero fue una visita bastante corta, de tanto subir y bajar escaleras acabé literalmente arrastrando una pierna. En consecuencia, lo que hice fue buscar combinación para viajar de vuelta a Málaga el sábado y anular las reservas que tenia para las etapas del fin de semana. Fin de mi salida primaveral al Camino de Santiago, el Camino de Invierno deberá esperar a otra ocasión.