CAMINO DE SANTIAGO/CAMINO OLVIDADO ETAPA 2: GÜEÑES-NAVA DE ORDUNTE

CAMINO OLVIDADO
ETAPA 2:
GÜEÑES-NAVA DE ORDUNTE


Hoy otra etapa que casi en su totalidad vuelve a discurrir por asfalto y carreteras con bastante tráfico, lo que hizo que mis cuatro compañeros se plantearan el terminar la etapa antes, tras considerar la situación y que solo faltaban siete kilómetros para finalizar, decidieron continuar hasta el final.

La etapa de hoy la comenzamos en la ciudad de Güeñes, en la provincia de Vizcaya, esta localidad está surcada por las aguas del río Cadagua que es el río que veníamos recorriendo en la etapa anterior. Nuestro comienzo de etapa es desde el Ayuntamiento pero antes de iniciar la marcha subimos a la primera planta para sellar la credencial, junto al ayuntamiento se puede ver el parque ARENATZarte es un museo permanente al aire libre el cual te sorprende por el tipo de esculturas tan modernas, lo observamos desde la lejanía, teníamos que empezar la ruta y lo hicimos por Enkarterri Kalea en dirección a la Iglesia de Santa María, tras pasar el puente sobre el Río Cadagua nos encontramos frente a ella, fue construida en el siglo XVI, sobre el solar de otra anterior, a base de bloques de fina sillería. El espacio interior es un gran rectángulo al que se añade el ábside. Dicho espacio se encuentra formado por tres naves y cuatro tramos, el primero de ellos más corto, tras admirar la fachada principal que se encuentra en un lateral accedí al interior, en la sacristía me sellaron la credencial y tras admirar el templo continué mi ruta.

Tomo la BI-3602 durante 1,5 Kms, giro a la izquierda como si no quisiera separarme del río, paso bajo las vías del ferrocarril y junto al campo de fútbol de Aranguren tomo un paseo muy apacible junto al río que me lleva directamente al pueblo de Zalla, una rotonda con el nombre del pueblo entre césped y flores nos acercará a la BI-3636 la cual seguimos hasta llegar a la ermita de San Pedro de Zarikete.
Si se quiere conocer el espíritu supersticioso vasco, no es posible marcharse de Zalla sin conocer esta ermita. Según cuenta la leyenda, esta ermita tiene el poder de quitar el mal de ojo y ahuyentar a los malos espíritus. Su enigmático enclave hizo que se convirtiera en centro de peregrinación propio para aquellos que considerasen que estaban endemoniados. Se sabe con certeza que fue en el siglo XVI cuando se levantaron sus muros y con ellos los mitos que encierra. Esta preciosa ermita amplia y espaciosa cuenta con tres hermosos retablos. En uno de ellos se puede observar la famosa talla de San Pedro Zarikete, una imagen que ha visto a miles de devotos que pretendían ser exorcizados por el santo. A día de hoy, ya no se conservan tan controvertidas romerías, sin embargo estas leyendas han dejado parte de su estigma en las supersticiones que aún envuelven el aura de esta iglesia. Como aquella que se sigue practicando, y que afirma que hay que llegar por un lado a esta iglesia y salir por el otro, de esta manera se dejan las malas energías atrás. No está claro si esta iglesia cura los males oscuros del alma, pero lo que sí es cierto es que su sola contemplación dejará al visitante sin palabras. Estaba cerrada y no pudimos ver el interior.
En el exterior podemos observar una fuente para peregrinos en un crucero y junto al pórtico crece un roble, creo que seco, que es un retoño del Árbol de Guernica que fue plantado en Zalla el año 1912, es un buen lugar para descansar y refrescarse, llevamos 5,5 Kms.

Seguimos por la carretera pero no por mucho tiempo ya que a doscientos metros giramos a la izquierda, cruzamos las vías y seguimos por un trozo de calzada, antes de pasar bajo un puente me llaman poderosamente la atención unos pimientos rojos colgados secándose en un porche, me detengo para hacerles unas fotos y de paso charlar con un señor que estaba allí, me dice que son pimientos choriceros y me explica las bondades del producto (es un condimento obligatorio en la elaboración de platos y salsas básicas de la gastronomía vasca) unas banastas en el suelo con unos tomates de un color rojo insultante completan la estampa.

Sigo y cruzo bajo el puente para tomar otra carretera asfaltada pero sin coches, una enorme casona abandonada me llama poderosamente la atención por un escudo señorial situado sobre la puerta y en perfecto estado de conservación, bien merece alguna foto. Pronto llego al área recreativa de Bolunburu, lugar de esparcimiento y recreo con el Txiringuito de Manu que se encontraba cerrado. A partir de aquí se termina el asfalto y comienza una calzada de piedra habilitada como paseo, a mi izquierda siempre el Río Cadagua lo que hace que la marcha sea tranquila y apacible.
A lo largo de su cuenca se levantaron numerosas ferrerías de las que sólo nos quedan algunos restos, como es el caso de la de Bolunburu. El conjunto está compuesto por la ermita de Santa Ana (1610), las ruinas de la antigua ferrería y el molino y la casa torre de Bolunburu la cual fue construida durante las "luchas de bandos" hacia los siglos XIV y XV. A partir de aquí NO seguir el track y continuar por detrás de la ermita, nos encontraremos a la orilla de un canal, pasamos por debajo de las vías y saldremos a la carretera junto a la abandonada fábrica de plomos, este espacio está restringido a un solo carril y regulado por semáforos por lo que debemos extremar la precaución. Nada más pasado el semáforo tomo una senda que sale a la derecha la cual me sube a la iglesia de Sta. Isabel, encima de la puerta una lápida de piedra nos indica que fue construida en 1822, al lado izquierdo de la carretera podemos observar la Landabaso Eskola Aktiboa, es un lugar donde niñas y niños pueden desarrollar sus capacidades plenamente. Donde el respeto, la confianza y la libertad son la base para que puedan descubrir el conocimiento por sí mismos. Un poco más adelante y sentados delante de un bar "cerrado" me vuelvo a encontrar con mis compañeros. Tras departir con ellos charla y alguna vianda continuamos ruta.

A pocos metros estoy entre el Palacio Urrutia a mi derecha y la la Ermita de Nuestra Señora de la Asunción y San Antonio de Padua a la izquierda. La ermita actuaba como capilla sepulcral de la familia Urrutia, lugar donde está inhumado Antonio de Urrutia Salazar, alcalde de Zalla en el siglo XVII, aquí se encontraba una escultura orante barroca suya de enorme importancia, expuesta hoy en el Museo de las Encartaciones. Es de enorme valor por ser uno de los escasos casos de capillas sepulcrales y escultura barroca en Vizcaya.
El palacio de Urrutia conserva únicamente su fachada barroca, dentro de la severidad del barroco vasco. En este palacio nació José de Urrutia y de las Casas y era el centro fundamental de un espacio arquitectónico mucho mayor.
Entre el Palacio y la Ermita discurre el antiguo Camino Real que desde Bilbao se dirigía a Balmaseda, también corresponde con el trazado de la Calzada Romana que llegaba hasta Castro Urdiales, cien metros adelante un pequeño puente antiguo nos corrobora la existencia de esa calzada.

Sigo por una pista de piedra junto al río que me lleva directamente a Balmaseda, entro por el Paseo La Magdalena que me lleva directamente frente a un lateral de la Iglesia de San Severiano. Data del siglo XV (iglesia gótica) aunque se pueden encontrar algunos añadidos barrocos, como son los pináculos y los arcángeles.
La portada principal (junto al Ayuntamiento) es muy simple; solamente presenta cinco arquivoltas apuntadas que no presentan decoración y rosetón en la parte alta.
La portada lateral presenta un arco de entrada apuntado entre 2 contrafuertes con cinco arquivoltas de las que solamente dos están decoradas. Bajo éstas se encuentra un gran tímpano y parteluz con la imagen del Salvador (San Severino: Vocación Jacobea).
La torre y el campanario mucho más decorado y ornamentado, son de estilo barroco aunque construido sobre un basamento gótico anterior. Constituye la parte más nueva de la iglesia (S.XVIII - 1726).
Estamos en la Plaza de San Severiano donde también se encuentra el Ayuntamiento edificio de origen barroco, pero dentro de un estilo claramente clasicista, responde al modelo de palacio castellano - montañés, fue construido hacia 1743. Desde la plaza San Severino, tras una escalinata de seis peldaños, se accede a una planta porticada con cinco naves diáfanas las dos primeras quedan abiertas a la plaza, se le conoce como la "Mezquita Vasca" dos figuras de romanos de hierro en la entrada parecen hacer guardia y sirven para hacerse alguna curiosa fotografía. En la misma plaza junto al Ayuntamiento y frente a la Iglesia el bar Sauto Berria con unos pinchos de tortilla y unas cervezas nos repone del esfuerzo de la ruta.

Pero tenemos que continuar y lo hacemos por Martin Mendia Kalea, una pequeña placeta me llama la atención y en ella examino lo que podría ser un reloj solar que no logro interpretar, me marcho con la duda e inmediatamente me encuentro en la puerta de la iglesia dedicada a San Juan Bautista construida en el siglo XV en estilo gótico-renacentista, en la actualidad se encuentra desacralizada y alberga el Museo de Historia Villa de Balmaseda, una pareja de peregrinos, hombre y mujer, que en vez de piedra se quedaron de hierro nos recuerda que por la localidad pasa un ramal del Camino de Santiago, los dejamos a la puerta antes de
llegar al Puente Viejo, es sin duda el lugar más emblemático de Balmaseda y se ha convertido en el símbolo por antonomasia de la Villa.
Es un puente medieval del siglo XV que está construido sobre las cepas de uno anterior del siglo XII que era de madera (por eso es conocido como Romano).
El puente consta de tres arcos desiguales, siendo mucho más ancho y esbelto el central. Sobre un lado del puente se alza un torreón en cuyo interior hay una pequeña sala desde donde se defendía a la Villa, a la que se accede a través de unas escaleras de caracol
Lo cruzamos, y por la puerta de San Lorenzo accedemos a la calle del Cristo, continuando por la Calzada que después de cruzar otro puente nos llevará hasta la carretera general, una señal vertical nos indica la dirección a seguir por la acera, este tramo es muy peligroso y debemos extremar las precauciones.
A 1 km encontramos el museo de la Encartada, esto fue una fábrica de boinas, dejándolo a la izquierda, y más adelante un polígono industrial al que debemos acceder cruzando el puente y girando a la derecha. En este punto tenemos un bar restaurante. Seguimos por la orilla del río, siendo estos parajes los mejores de toda la etapa.
Por este sendero, antigua calzada, se llega al puente de las Oleas, mitad Vizcaya mitad Burgos, el cual tiene unos grabados del S.XVI y XVII en la parte de arriba y otros raros en uno de los laterales, los cuales no han sido descifrados, parece que este puente pudiera ser romano, así como otro que veremos más adelante en el Berron.

Continuamos la marcha, pasando por debajo de las vías y por delante de la ermita de Ntra. Sra. de Montserrat. En el cruce seguiremos por la izquierda, para llegar al núcleo del pueblo y su iglesia de Sta. Cecilia que dejaremos a la derecha, nos dirigimos al polígono industrial, atravesándolo y también la carretera general, para seguir en dirección a Gijano, seguimos en suave bajada y por aquí tenemos que estar muy atentos y en la primera curva a la izquierda nos encontramos con un canal, en esta ocasión sin agua ya que estaban limpiando el fondo, siguiendo este canal llegamos a Nava de Ordunte después de 23,97 Kms y un tiempo total de 7 horas 25 minutos y aunque llegamos un poco tarde, sobre las 15:15 horas pudimos encontrar un restaurante donde calmar el hambre y la sed.

Esta segunda etapa al igual que la primera, gran parte ha discurrido por asfalto, ha sido fácil de seguir y con un inapreciable desnivel acumulado positivo de 214 metros.