CAMINO DE SANTIAGO/CAMINO OLVIDADO ETAPA 3: NAVA DE ORDUNTE-ESPINOSA DE LOS MONTEROS

CAMINO OLVIDADO
ETAPA 3:
NAVA DE ORDUNTE-ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Hoy la etapa ha sido sin dura la más dura de todas, por distancia 36,88 Kms, por desnivel acumulado positivo 851 metros y por tiempo 11 horas 5 minutos, una auténtica etapa de montaña, con bonicos paisajes, bosques y vistas espectaculares. A los doce Kms de ruta encontramos una hermosa pradera donde se escribió un hermoso pasaje de la historia de Castilla, lo relataré en su momento.
En la planificación de la ruta del día anterior mis compañeros de Camino decidieron acortarla y hacer los diecinueve primeros kilómetros hasta Irús, creo que fue una decisión acertada porque fue un auténtico palizón el que me pegué y todavía quedaban siete días.

Comenzamos la ruta en el mismo lugar donde la dejamos el día anterior es decir sobre el puente del Río Cadagua en Nava de Ordunte, nos pusimos en marcha a las 08:30 para mí bastante tarde para lo que tenía que recorrer y lo hacemos en dirección a Partearroyo y aquí ya me separo de mis compañeros, tenia que aligerar y bastante la marcha.
Paso por Ayega y tomo la BU-V-5545 hasta que encuentro la ermita de San Bartolomé de los Montes, fue reconstruida en este lugar a expensas del Ayuntamiento de Bilbao ya que la antigua quedó sepultada por el embalse de Ordunte, a la ermita no se puede acceder ya que está en un recinto cercado.
Inmediatamente abandono la carretera y tomo un camino a la derecha que me lleva directamente al borde del Embalse de Ordunte, sigo paralelo a él gozando de las vistas hasta llegar a un cruce perpendicular a mi dirección, hacia la izquierda el pueblo de Ribota y yo tomo el de la derecha, cruzo por un puente el Río Ordunte, sigo hasta una intersección que tomo a la izquierda, caso de seguir de frente llegaría a Burceña, pueblo antiguo que ya existía en época de los romanos, y por aquí debemos tener especial atención para encontrar la senda buena, una vez en ella me dispongo a afrontar la primera subida que hago entre abundante vegetación hasta llegar al pequeño pueblo burgalés de Hornes de apenas 35 habitantes, sigo las indicaciones hasta llegar a la carretera BU-V-5545, continúo la subida y donde el cementerio, existe un cruce y tomo dirección Villasana aún me faltan unos quinientos metros para llegar al alto del Carel, tiene una pendiente media de un 3% ya en bajada y frente a una granja tomo un camino a la derecha, es este un camino muy bonico entre frondosos árboles donde me encontré varios cierres para el ganado (portillos) tendremos que tomar la precaución de cerrarlos a nuestro paso, este tramo de unos dos kilómetros me lleva a Ordejón, por aquí la vieja calzada romana la convirtieron en carretera, la sigo en descenso hasta llegar al llano, aquí las indicaciones nos llevan hacia el lugar donde el Abad Vítulo y su hermano Ervigio construyeron el Monasterio de San Medel, la casa monasterial que alojó a los primeros peregrinos que se dirigían a Compostela. Actualmente existe una ermita, un crucero y un monolito con una inscripción para recordar que en este lugar se escribió por primera vez el nombre de Castilla aunque hay escritos que ponen en duda tal afirmación. El lugar me gustó y me entretuve bastante, escribí en un libro a la puerta de la ermita, fotografié detenidamente el monolito, comí, me hidraté, conseguí voltear la campana de la ermita como se hacía algunas décadas atrás, en resumen, disfruté del lugar ya que se prestaba a ello, hasta aquí sólo 12 Kms y me quedaban veintitantos y la parte más dura así que nuevamente la mochila y a seguir.

Reanudo la marcha por detrás de la ermita por una senda en ligera subida, cruzo la carretera que conduce a Taranco, paso el pueblo de Hoz y continuo hasta Concejero, tras pasar por delante de una antigua fuente empieza la subida de la jornada que me pondrá a prueba durante bastantes kilómetros.
Continúo por la carretera hasta el cruce de Arceo, giro a la izquierda y enfilo la subida hasta llegar a Arceo, tomo un camino en bajada hasta llegar a las proximidades del río Hijuela que lo llevo a mi izquierda, ando por el Camino Real de las Enderrozas, lo continúo bajo unas exuberantes copas de árboles, me recrean un auténtico cuento de hadas y más aún cuando al mirar hacia el suelo descubro como mis pies andan sobre los grandes tramos de una calzada romana muy bien conservada. El camino se va empinando hasta llegar a la Iglesia de San Millán, la bordeo y en la puerta hago una parada para recuperarme un poco, estoy en Irús, lo cruzo para salir a la antigua carretera, la sigo hacia la derecha y comienzo la subida al puerto del Cabrío.

Pasado Laya me desvío hacia la derecha, subiendo un camino por monte y a los trescientos metros aproximadamente, encuentro unas viejas paredes y la forma del terreno, que me indica la dirección de la calzada casi coincidente con una línea de alta tensión. Las flechas amarillas se nota que las han pintado recientemente aún así puede ser que las perdamos debido a la abundante vegetación, si eso ocurre seguimos como referencia la línea de alta tensión. Tras pasar por varios portillos, que cierro a mi paso y con mucho calor, me encuentro en el alto del Cabrío que desde Irús todo ha sido subida la cual me ha puesto a prueba y casi ha acabado con mis reservas de agua que previamente me había rellenado un buen samaritano en su casa. Aquí tomo un camino de grijo (conjunto de piedras redondeadas de pequeño tamaño que se emplean para consolidar y rellenar los caminos) el cual tras pasar la vía del ferrocarril me acerca a la carretera vieja BU-526 frente al cementerio de Bercedo. Sigo hacia esa localidad y tras pasar por delante de la iglesia de San Miguel Arcángel, construcción de finales del siglo XII, me detengo momentáneamente y observo su muro meridional donde se encuentra la portada más interesante caracterizada por su gran afán decorativo que hacen de esta iglesia uno de los edificios románicos más ornamentales del norte de Burgos. Inmediatamente giro a la derecha y una fuente de agua fresca hace mi delicia, me refresco, calmo mi sed, relleno mis botellas de agua y sin perder mucho tiempo reanudo mi marcha, llevo 25 Kms y ocho horas de camino ininterrumpido y aún me quedaban 12 Kms.

A la salida del pueblo cruzo el puente sobre el río Cerneja, giro a la derecha e inmediatamente tomo por un camino a la izquierda hasta salir a la carretera N-629 Logroño/Laredo que la cruzo, un poco a la izquierda se encuentra la estación de servicio de San Miguel por si se necesita avituallamiento, ahora tomo una pista de monte en ligera subida y después de llanear unos cientos de metros voy descendiendo otra vez girando ligeramente a la izquierda, las flechas amarillas por aquí, aunque existen las han complementado con señales de hierro viejo que marcan perfectamente el camino. Enseguida llego a una zona espectacular donde grandes robles centenarios, proporcionan un remanso de frescura y paz en verano ideal para tomar alguna cosa si la llevamos encima. Estamos próximos a Villasante, el nombre de Villasante viene del latín "Villa Sanctti" que significa villa o granja de Sancho y su antigüedad data, cuanto menos, de finales del siglo X.
Siguiendo el camino por sendero de piedra llego al arroyo de San Vicente, el cual después de suministrar agua a diferentes pueblos de Montija se oculta en la tierra.
Cruzo la carretera BU-542 y llego a las primeras casas de Loma de Montija, cruzo la carretera y después el puente sobre el Río Trueba. Aquí existieron tres monasterios, en el de San Gines, con la colaboración de los vecinos, era costumbre dar a los peregrinos un guiso de verduras con pan y carne de oveja, le decían caldereta, lo que derivó a que Loma se conociera como el pueblo del caldero, quedándose los lugareños con el apodo de los calderones llegando este calificativo hasta nuestros días transmitido de boca en boca. Subiendo una pequeña cuesta, dejamos a la derecha la iglesia de Santa María, y sigo el camino de la derecha para salir del pueblo con el linde del páramo a la izquierda, teniendo el río Trueba a mi derecha abajo en la hondonada, este camino lo sigo durante tres kilómetros y en este recorrido me alimento de la comida de los antiguos peregrinos, unas "moras" rojas y negras que me recuerdan que hoy no he comido y así hasta encontrar la carretera local BU-V-5422, la sigo a la derecha y otra vez cruzo el río Trueba, en apenas un kilómetro estoy delante de las piscinas municipales a mi izquierda, el albergue y una bonita área recreativa a la derecha y en menos de un kilómetro me encuentro por fin ante el cartel de carretera que me indica que estoy entrando en Espinosa de los Monteros, tras un pequeño recorrido por este monumental pueblo, el cual merece la pena visitar ya que cuenta con varias casonas blasonadas, además de castillos, torres e iglesias, doy por terminada mi etapa de hoy junto a la Iglesia de Santa Cecilia después de recorrer 36,88 Kms en 11 horas 15 minutos y haber superado un dap 851 metros.