Camino de Santiago del Norte - Etapa 22: Ponte de Arante-Mondoñedo

Camino de Santiago del Norte - Etapa 22: Ponte de Arante - Mondoñedo.

Iniciamos la etapa muy temprano con la niebla a ras de suelo, en fuerte ascenso durante mas de cinco kilómetros. Íbamos muy despacio por la lesión en los pies de uno de los peregrinos.

Caminamos por una senda entre bosques de eucaliptos. Cuando alcanzamos el alto, la vista no puede ser mejor. Los montes emergen sobre un mar de nubes en todas direcciones y en medio del silencio. ¡Espectacular¡.

El descenso nos lleva a Villamartín Pequeño, cruzamos un arroyo y de nuevo subiendo para llegar a Villamartín Grande. Pasamos ante la Capela do Carmen. Son aldeas muy pequeñas y muy diseminadas.

El paisaje corresponde a la Galicia más rural, prados, vacas y grandes plantaciones de eucaliptos para la industria de la celulosa. Relajante para la vista y reconfortante para el espíritu. La mañana es espléndida.

Vamos descendiendo por pistas asfaltadas hasta el de Gondán, la antigua escuela hoy convertida en albergue, a estas horas está cerrado. Seguimos hasta la aldea de San Xusto, allí en el bar la Curva, hacemos un alto para desayunar, nos dicen que tienen servicio con el albergue.

Continuamos por el monte en fuerte ascenso para atravesar un collado y en la bajada llegar a Lourenzá, la mayor localidad de esta etapa. Entramos por un bonito puente medieval y llegamos a la plaza del Monasterio de San Salvador. Su fachada nos hace pensar en la fachada del Obradoiro. Más tarde conocemos que fue el mismo arquitecto Fernando Novoa quien ejecutó las dos fachadas.

A la salida de Lourenzá, 2 kilómetros más en fuerte subida, pasamos en el alto por la aldea de Arroxo y posteriormente Grove, aquí hay un curioso paso bajo un hórreo a modo de arco, ¡qué bonita arquitectura rural!.

Más subida hasta el barrio de San Pedro para entrar en Mondoñedo desde el alto del cementerio.

Llegamos a final de la etapa con la satisfacción del deber cumplido, después de un largo camino con mucho esfuerzo y, por qué no decirlo, bastante sufrimiento, pues los pies, bastante castigados siendo ya el último día previsto a pesar del previo entrenamiento, eran un dolor permanente debido a las heridas. No obstante y a pesar de todo, ha sido una jornada muy gratificante.

Mondoñedo es un lugar muy especial, lleno de encanto. Fue capital del reino de Galicia y tiene un gran patrimonio histórico-artístico. Está organizado en varios barrios con ambientes diferenciados, dispone de albergue de peregrinos y tiene importantes museos. Y qué decir de su gastronomía… Por todo ello bien merece una parada un poco más larga.

Este año nosotros finalizamos aquí, pues nuestro tiempo disponible se terminó y otras obligaciones nos impiden seguir disfrutando de estos maravillosos lugares. El próximo año retomaremos nuestro Camino en esta bonita villa. Hasta entonces ...

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¡¡ Buen Camino !!

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