Camino de Santiago VILLAFRANCA MONTES DE OCA A CARDEÑUELA RIO PICO 20-AGO-14

Comenzamos esta jornada del camino desde el albergue municipal de Villafranca Montes de Oca.
Nada más salir del albergue cruzamos la carretera N-120 para enlazar con el camino que continúa de frente. Dejamos a la izquierda la iglesia de Santiago Apóstol (que data de finales del siglo XVIII) y ascendemos junto a lo que fue el hospital de la Reina o de San Antonio Abad (hoy reconvertido en un bonito Hotel y en su parte trasera se ha habilitado un Albergue para peregrinos)
Desde aquí hasta San Juan de Ortega tenemos 12 km, es decir unas 3 horas de camino, por lo que es conveniente salir desayunado y llevar los necesarios tente en pié para atravesar los Montes de Oca. Antiguamente eran un lugar arriesgado, donde los peligros aguardaban tras cada matorral, los bandidos y las alimañas que campaban por sus oscuros bosques convertían la peregrinación en una peligrosa aventura. Algunos autores afirman que el juego iniciático de la Oca lo crearon los templarios en el siglo XII inspirándose en esta parte del Camino de Santiago. En cambio, hoy, precisamente por tratarse de un tramo muy solitario, ofrece naturaleza y mucha paz.
El primer km es empinado así que hay que tomárselo con tranquilidad. En poco más de 1 km llegamos a un mirador sobre las sierras de la Demanda y San Millán y a la fuente de Mojapán, donde la subida comienza a suavizarse
Rodeada de robles, enebros y brezos, la pista continúa su ascenso, primero hasta un repetidor y después hacia el Monte de La Pedraja.
En este Monte de La Pedraja, en pleno Camino de Santiago, nos encontramos un monolito sobre una de las fosas comunes más grandes de fusilados durante la vergonzosa guerra civil española. ¡Que nos sirva de ejemplo para que no nos volvamos a matar los unos a los otros ni por nuestras ideas políticas, ni por ninguna otra causa…!
Acto seguido la pista desciende hasta el cauce del río Cerratón o de la Pedraja y luego asciende como si se tratara de una montaña rusa.
La pista de gravilla suelta se convierte a partir de ahora en una amplia pista forestal cercada de pinares repoblados por la que continuamos a lo largo de 7,5 kms hasta llegar al monasterio de San Juan de Ortega.
El Camino de Santiago hace de este pequeño pueblo un punto de encuentro, está en un entorno tranquilo y rico en patrimonio cultural y medioambiental. En los meses de primavera y verano los turistas y peregrinos que llegan al pueblo superan las 100 personas diarias. Todo el conjunto está declarado Bien de Interés Cultural desde 1931.
Juan de Velázquez, religioso que pasó a la historia como San Juan de Ortega, nació en Quintanaortuño en el año 1080. Junto a Santo Domingo de la Calzada, se entregó plenamente durante su vida a la tarea de ayudar a los peregrinos con la construcción de calzadas y puentes, pero su gran obra la fijó en los Montes de Oca con la construcción de una Iglesia dedicada a San Nicolás de Bari y un pequeño Monasterio. El Santo falleció el 2 de junio año 1163 y su obra no terminó con su muerte, sino que continuó durante años para poder consolidar el complejo monacal con el que hoy nos encontramos.
El Monasterio de San Juan de Ortega se configura con la Iglesia Monacal, Capilla de San Nicolás de Bari o Capilla del Santo, Claustro de los Jerónimos y Refugio de Peregrinos en el cual encontramos un pequeño claustrillo de piedra rojiza.
En el interior de la iglesia hay un capitel románico “el de la Anunciación” que recibe la luz que se cuela por una ventana ojival únicamente los días de equinoccio: el 20 de marzo y el 22 de septiembre.
Dejamos el conjunto monástico y seguimos por la carretera hasta un cruce donde se alza una cruz de madera.
Aquí se puede seguir la carretera de la derecha hacia Santovenia de Oca, Zalduendo e Ibeas de Juarros, pero éste tiene el inconveniente de que se llega a la N-I para después continuar por su arcén junto al peligro y el ruido de los muchos camiones que la transitan.
Nosotros seguimos el camino más transitado por los peregrinos que continúa de frente por una pista de tierra que se interna por el pinar junto a la cruz de madera, ya sin pérdida alguna, en dirección a Agés.
Agés es un bonito pueblo, muy bien cuidado y con una bonita arquitectura tradicional, donde encontramos todo tipo de servicios: Albergues, Tienda, Bar…
Desde Agés hay que continuar por el arcén de la carretera que en 2,5 kms nos lleva hasta Atapuerca, una isla en el océano del tiempo, como la definen los investigadores que trabajan en los cercanos yacimientos arqueológicos.
La carretera divide la población en dos y actúa como calle principal. Antes de abandonar el pueblo dejamos el asfalto y nos desviamos a la izquierda por una pista pedregosa. Ésta avanza entre monte bajo y tras dejar atrás una explotación agrícola comenzamos a subir por un pedregal bastante dificultoso, sobre todo para los ciclistas, hasta que alcanzamos la cima.
Nos encontramos en el Alto de Matagrande donde encontramos una gran cruz de madera. Un poco más adelante llegamos a un vértice geodésico donde comienza el descenso hacia el valle del río Pico. Un cartel nos indica que estamos ante las vistas más hermosas del camino. Si bien al fondo se ve la ciudad de Burgos, a nuestra derecha tenemos una cantera y de frente unas encinas...
Comenzamos el descenso y en unos 900 mts llegamos a una bifurcación. Podemos tomar el camino de la izquierda que nos lleva hasta Villalval pequeña localidad que cuenta con una iglesia derrumbada.
Nosotros seguimos de frente 1 km más y tomamos aquí la bifurcación de la izquierda que nos lleva directamente al final del pueblo de Villalval donde tomamos la carretera comarcal que 1,5 kms de asfalto nos lleva a la localidad de Cardeñuela Riopico, que ahora ya cuenta con varios albergues de peregrinos.