Camino del Agua y paseo por Mogarraz - Mogarraz - Salamanca
near Mogarraz, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
La villa de Mogarraz está declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de conjunto histórico en 1998; de trama arquitectónica típicamente medieval, con influencias del arte árabe y judío (judería conversa al cristianismo en el siglo XV), en los dinteles esculpidos de sus puertas con motivos marianos y dominicos, se habla de su historia en epigramas; fue construida y repoblada en el siglo XI por franceses, gascones y roselloneses, sus fiestas de la Virgen de las Nieves se celebran los días 5 y 6 de agosto, con danzantes en pasacalles a los ritmos del tamboril.
El pintor salmantino natural de Mogarraz Florencio Maíllo, ha plasmado por las calles del pueblo, un instante del otoño de 1967, cuando un fotógrafo de la villa retrató a todos los habitantes, para que tuvieran la foto-carné necesaria para sacarse el DNI; ahora lucen en las fachadas de todas las viviendas, como recuerdos de otros tiempos, pintados en grandes chapas.
01 LA NATURALEZA EN MOGARRAZ
Todos los colores de la naturaleza: amarillos en sus infinitas variedades, dorados, ocres, verdes, cárdenos. Los frutos de la tierra: castañas, uvas, manzanas, moras, madroños, setas. Y el silencio. La umbría. El azul del cielo abriéndose paso entre la maraña de troncos, hojas y ramas. La soledad. O la compañía, si es lo que buscamos.
Y los bancales, los huertos, las viñas, los puentes de piedra, el musgo, el verdín, la yedra. Y el monte, cuando asoma. Y el agua. Por algo se llama Camino del Agua.
Un camino circular que enlaza Mogarraz con Monforte de la Sierra, Monforte de la Sierra con Mogarraz, sin solución de continuidad. En parte, siguiendo viejas rutas de arrieros -oficio muy popular en la comarca- que atraviesan este parque natural de Las Batuecas-Sierra de Francia, en Salamanca; en parte, utilizando el trazado del sendero GR-10, que une Valencia con Lisboa.
El otoño es una de las mejores épocas para recorrerlo. El suelo cuajado de hojas, apenas holladas, de los árboles que jalonan el itinerario: castaños, robles, alisos, nogales, acebos. El aire, limpio como siempre, pero tal vez un poquito más por las lluvias que se derraman cada tanto. La atmósfera, transparente. La temperatura, grata y tan amable que hasta nos permite abrigarnos. Y la luz, ideal para fotografiar o simplemente para mirar.
Por esta vez, la mano del hombre no ha caído como una zarpa, como una garra sobre la naturaleza. Todo lo contrario. La ha ido salpicando de obras de 6 propuestas de arte,
Eso, por lo que se refiere al ámbito de la comprensión racional. El otro, el de las emociones, el de los sentidos, no necesita demasiadas explicaciones. Basta con descubrir (y sorprenderse y dejarse sorprender) al lado de piedras útiles y centenarias, sobre unas peñas, en un quiebro del sendero, de repente o vislumbrado desde lejos, esculturas e intervenciones artísticas que nos hablan de seres mitológicos como Serena, de Virginia Calvo, junto al puente de Monforte y al lado del charco de la Mora, con su leyenda incluida; o de la desaparición (tragadas, tras su abandono, de nuevo por el bosque) de arraigadas formas de cultivo, como esos escalones ganados a la sierra para convertirlos en bancales, que aquí llaman paredones, cuya esforzada creación homenajea Florencio Maíllo con su Cruz de Mingo Molino, situada en el mirador de Mogarraz.
02 EL CAMINO
En cuanto al camino, son unos siete kilómetros de escasa dificultad; un paseo, con calma, de unas dos horas y media, que se puede extender a voluntad hasta el infinito. En el sentido de la marcha o en dirección contraria, familias con niños activos, parejas tranquilas, alguien que ajusta el paso al de su perro, o viceversa; grupos de amigos que van recogiendo castañas, tratando de identificar hongos y setas, juntando hojas (a cuál más bella, ¡y gratis!). La buena señalización y los paneles informativos, mapas y planos de situación facilitan la grata tarea.
Desde Mogarraz, el camino viejo de Monforte, usado secularmente, adentra al senderista en la naturaleza hasta sentirse totalmente envuelto por ella. Bajadas espectaculares, puentes, cascadas, leve crujido de hojas secas, rumor del agua. Hermosos nombres: Pasaeras del Bocino, puente de Las Tizneras, arroyo Milano. En medio del silencio se escucha toda la vida pasada, todas las labores, el tránsito, la mudanza; pero también las enraizadas creencias, los mitos colectivos, muchos de los cuales todavía perviven en esta Sierra de Francia.
En un momento, el camino emerge de la umbría, de lo profundo, se encarama levemente hacia el asfalto en un pequeño tramo de la carretera y sale al encuentro de un mirador desde el que se disfruta una magnífica vista del armónico y monumental caserío de Mogarraz. La afilada escultura en bronce de Alfredo Sánchez S/T se clava en el mirador como una flecha de paz.
03 MONFORTE
La ortodoxia del recorrido puede, y debe, romperse en un pequeño desvío hasta Monforte, que se deja caer suavemente por una ladera, mientras la poderosa torre de la iglesia de San Miguel emerge sobre el conjunto, bien conservado.
De nuevo en esta senda de vida y agua, viñas, puentes, valle, descanso junto al arroyo (los tres que surcan la ruta confluyen bajo la piedra del Pontón) y el círculo perfecto que se cierra sobre sí mismo para volver a asomarse a Mogarraz.
"Esto es el paraíso", dicen, al pasar, unos caminantes.
Si no lo es, merecería serlo.
Waypoints
Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves
Levantada en sillería de granito, con dos cuerpos lisos sin decoración y un tercer cuerpo con doble ventanal en cada lado que alberga las campanas. Está rematada con bolas herrerianas.
K'oa de MIguel Poza y entorno
Admirar el sol. Detenerse a escuchar el valle. Intuir el camino. Proteger y vigilar la naturaleza. Guardar la creación. Ofrecer a los dioses. Retener el agua en el altar, pero el agua crea sus propios caminos y se escurre para volver a la tierra. Esa sensación de sentirme protegido, escuchado, vigilado, guardado. Esa necesidad de volverme a los dioses… Contemplar la luna. Situación: tras las Pasaeras del Bocino
VIRGINIA CALVO. Serena
Deidad menor, ninfa, hada marina o asociada al agua. Tiene la mitad de su cuerpo en forma de cola de pez y la otra mitad de mujer. Causa la perdición de los hombres con sus cantos y encantos femeninos de seducción. Emerge de la roca, como si su otra mitad estuviera oculta, en un afán por sumergirse en el agua y no dejarse ver o desaparecer. En este lugar lo que te embelesa no es su canto, sino el rumor del agua, que podría incluso proceder de ella misma. El color blanco acentúa este aspecto mágico e irreal que envuelve a la mitología. Situación: en el Puente de Monforte
Humilladero y ALFREDO SÁNCHEZ Título: S/T
Esta obra traduce el murmullo del agua, la brisa a la orilla de los arroyos, la llovizna, el sentir del aire fresco en nuestra cara, las cosas sencillas de la naturaleza... El bronce que entronca con lo clásico de la cultura y pone el acento en el sentido de intervención humana —a través del arte—. La integración de la obra con la naturaleza, ayudada por el tiempo en el juego de cambio de tonalidades. Situación: en el Mirador de Monforte
Puente y Siete sillas para escuchar
Siete sillas que son mujeres, hombres, niños, jóvenes, adultos, ancianos... Siete sillas para escuchar. Siete sillas cerca del río, del puente, del agua, en la Sierra... Siete sillas para escuchar. Siete sillas donde parar, sentarse, contemplar y no pensar en nada Siete sillas para escuchar. Situación: en el Puente de los Molinos y en el Puente del Pontón
Cruz de Mingo Molino y mirador
El granito en estado natural, aludiendo al origen del paisaje. Las piedras de granito, fragmentadas, se presentan ordenadas en mampuestos y construyen un contenedor para la tierra y el AGUA de la lluvia. El hierro en la transición entre las rocas naturales y las fragmentadas configura una forma racional: el prisma recipiente, como alegoría del acto racional de la construcción. La torre simboliza las construcciones de los paredones que se despliegan a lo largo de las laderas de la Sierra, evitando la erosión del suelo al controlar los fluidos de las violentas precipitaciones de las estaciones lluviosas. Su altura es una alegoría a la imaginación y dedicación del serrano a su entorno natural, la pared como represa y control de la fluidez del AGUA. El ciprés como árbol de la memoria. Situación: en el Mirador de Mogarraz.
Ermita y Fuente del Humilladero con la Cruz de los Judíos.
Al entrar al interior del pueblo lo primero que nos encontramos es la Ermita del Humilladero, construcción sencilla del siglo XIII. Delante de la ermita veréis la Cruz de los Judíos del siglo XVII cuyo capitel está decorado con calaveras. Por detrás de la ermita, vais a ver la Fuente del Humilladero, cuya curiosidad radica en que su agua es recogida en una pila bautismal.
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Easy to follow
Scenery
Easy
Es fácil, pero recuerdo una cuesta que si las piedras están mojadas te puedes pegar un buen golpe.
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Scenery
Moderate
Un paisaje increíble y sobre todo entre la niebla del principio.