Camino del Asentadero de los curas - Bosque de los Espejos

El Camino Asentadero - Bosque de los Espejos es un sendero circular con obras de arte en la naturaleza. Discurre por el Parque Natural de las Batuecas Sierra de Francia entre los municipios de San Martín del Castañar, Las Casas del Conde y Sequeros, al sur de la provincia de Salamanca.
La ruta del Bosque de los Espejos puede iniciarse en cualquiera de los tres pueblos, si bien existe una variante más corta que permite visitar solamente dos de ellos, volviendo al punto de origen (en el mapa: línea verde discontinua).
Esta propuesta de arte en la naturaleza integra un camino anterior, el Asentadero de los Curas (tramo del GR-184), y la senda circular San Martín del Castañar.
1. Estructura Torre de Intercambio de Jesús Palmero “Una torre de planta cuadrada refleja sutilmente la luz que le llega. Sobre los estantes que sobresalen algunos caminantes han depositado diversos objetos encontrados en el bosque: una piedra con una extraña forma, una raíz muy retorcida, algunas ramas secas, un cuerno de cabra, un nido caído de un árbol o un conjunto de huesos misteriosos. Los objetos son mensajes para otras personas que pasan por aquí. Todos toman y dejan y todos son cómplices en este juego de trueques secretos, bajo la silenciosa mirada del bosque.”
2. La Casa del Árbol de Luque López “Una casa de madera. Un árbol, con sus raíces clavadas en los escombros del antiguo basurero. Un árbol que mira al bosque, elevado desde esta terraza artificial. Una escena que podría ilustrar un cuento. ¿Por qué la casa abraza al árbol? Una casa abierta en diálogo con su entorno.Un lugar para sen-tarse, jugar y olvidarse del espacio que fue. Un lugar público: la casa y el árbol de todos.”
3. A Puntadas de Luque López “La naturaleza muestra su fuerza y también su fragilidad. Respeto y cuidado son fundamentales para un medio cada vez más agredido y dañado. Reparar lo roto. La naturaleza, los bosques son espejos en los que se refleja algo del ser humano: su vulnerabilidad y sus fortalezas desde las limitaciones. ¡Cuidado con el musgo y la hiedra que visten la roca!”
4. Efímeras Magenta de José Antonio Juárez “Elementos de manufactura humana. Fabricados. Seriados. Utilidad genérica. Reinvención de un nuevo contexto. Búsqueda de lo orgánico. Efímera: Insecto. Ephemeróptera. Delicado. Morir el mismo día de nacer. Poca duración. Ephemeris. Efeméredis. Diario. Relato vital. Medio Natural, espacio público. Elemento industrial. Convivencia. Interacción.”
5. Mochuelos de Pablo Amargo “La lechuza, y especialmente el autillo, tienen un papel en el imaginario colectivo como guardianes de la noche, protegiendo al hombre de los demonios o advirtiéndole si lo ponen en peligro. Los “Mochuelos” habitan en el entorno del bosque y el caminante se los encuentra inesperadamente sobre rocas y peñascos, al lado del camino o del arroyo. Avisadores, protectores y guardianes del saber.”
6. Al Otro Lado de Manuel Pérez de Arrilucea “Una puerta abierta en el campo, en el bosque. Una puerta de interior, de una casa, de cualquier casa... Una puerta abierta para ser traspasada, un comienzo y un final, un final y un comienzo. Comunicación entre dos espacios: el mismo y a la vez diferente. Comunicación de exterior a exterior, de interior a interior. Espejo de uno mismo. Puerta de acceso, de cambio, de tránsito a un espacio que siempre ha estado ahí y nunca ha sido observado.”
7. Del Reflejo de las Palabras de Luque López “Árboles que dan letras: letras espejo que reflejan el bosque, al caminante, al otro espejo que es el agua. Palabras incompletas, mensajes que hay que adivinar. Una casa en medio del bosque, rodeada de agua. ¿Quién la habita? Dos piezas que dialogan entre sí, cercanas en el espacio, invitando a la fabulación y al juego.”
Amador Hernández, vecino de Las Casas del Conde, ha convertido su casa en un auténtico museo y no duda en abrir las puertas de su particular morada a todo aquel que quiera admirar su arte, aunque las miles de piezas que acumula no están en venta.
También ha tallado diferentes imágenes sobre el tronco de varios olivos situados en plena ruta.
El Bosque de los espejos es una invitación a mirar de otro modo, leer desde el arte el paisaje, sentirse mirado, atravesar el espejo o adivinar reflejos imposibles.
San Martín - Sequeros
Comenzamos la ruta saliendo de San Martín por la calle de la iglesia. Justo a la salida del pueblo hay un panel de información. Tras bajar unos metros por una pista encontramos el sendero a nuestra izquierda. Los postes y señales en los cruces nos llevan en continuo descenso hasta la primera propuesta artística de la ruta, la “estructura torre de intercambio”. Tras pasar ésta, encontramos un desvío a mano izquierda, por una senda que sube hasta la carretera CV-181. La ruta continúa al otro lado, unos metros a la izquierda. Se trata de una pista con una verja al principio, que discurre entre robles pasando por la ermita de Santa Lucía y el asentadero de los Curas hasta llegar a Sequeros por la ermita del Humilladero, junto a la que hay una fuente. Sequeros también merece una visita, así que empleamos un poco de tiempo en pasear por sus calles y acercarnos a la ermita de la Virgen del Robledal.
Entre la ermita de Santa Lucía y el Asentadero de los Curas pasamos por el cruce de la variante corta de este recorrido. Aquellos que quieran hacer una versión corta, pueden tomar este atajo que no pasa por Casas del Conde.
Sequeros - Casas del Conde
Desde Sequeros, continuamos la ruta por la pista asfaltada de la ermita del Humilladero. Unos metros más adelante está la “casa del árbol”, y junto a ella hay una pista por la que nos desviamos a mano derecha. Unos 300 metros más adelante, dejamos la pista por un desvío a mano izquierda. Bajamos por un agradable sendero en el que está la propuesta artística “a puntadas”, una enorme aguja que cose y perfora un bloque de granito. La senda acaba en Casas del Conde, un pequeño pueblo en el que está otra de las propuestas artísticas, “efímera magenta”.
Casas del Conde - San Martín
Salimos de Casas del Conde por la calle Humilladero, que se acaba convirtiendo en un agradable camino en el que vemos la propuesta artística “al otro lado” y varios “mochuelos” metálicos sobre bloques de granito. Los últimos metros del recorrido son algo más empinados para recuperar el desnivel y llegar a San Martín del Castañar.