Camino del Cid con Autocaravana/Senderismo: 39ª.Etapa Ariza-Santa María de Huerta
near Ariza, Aragón (España)
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Itinerary description
39ª.Etapa entre Ariza y Santa Maria de Huerta, día lluvioso y ventoso por caminos agrícolas entre campos inmensos de cereales.
Cruzaron los ríos, entraron a Campo Taranz, por esas tierras abajo a toda velocidad, entre Ariza y Cetina mío Cid se fue a albergar; grande es el botín que obtuvo en la zona por la que va. Versos 540 y ss. CMC.
Una parte muy importante del Camino del Cid discurre por los dominios musulmanes del célebre reino taifa de Zaragoza. El camino se adentra en Zaragoza siguiendo el cauce del río Jalón. La primera noche (la décimo quinta del destierro) el Cid acampó entre Ariza y Cetina.
En los tiempos en los que se escribió el Cantar, a principios del siglo XIII, Ariza estaba bajo dominio aragonés. Sin embargo su población era predominantemente musulmana. Aún pueden verse los vestigios de su pasado medieval en sus calles alambicadas bajo el "castillo" o las calles de la morería.
En la Edad Media Ariza contó con un poderoso castillo del que el viajero apenas podrá vislumbrar unos pocos vestigios. El castillo coronaba la población, sobre un cerro de arcillas, y tuvo gran importancia como fortaleza fronteriza. Vale la pena visitar en la población la iglesia tardogótica de Santa María La Real (XVI), y su viejo puente medieval sobre el Jalón.
La ocupación documentada de la zona se remonta a la época de lso celtíberos (VII-II aC). La zona ha sido siempre paso natural hacia la Meseta. Entre los restos celtíberos más significativos está la llamada Piedra del Sacrificio que los celtas utilizaban para sacrificar personas o animales. Con la invasión romana Monreal se convertiría en el punto de encuentro entre la vía que unía Cesaraugusta (Zaragoza) con Complutum (Alcalá de Henares). En este enclave se levantaría, sobre los antiguos poblamientos celtíberos, la villa romana de Arcóbriga, hoy un yacimiento arqueológico de primera importancia.
Durante la época islámica este territorio pertenecía a la amplia marca fronteriza que separaba Al Andalus de los reinos cristianos del norte. En 1104 el rey leonés Alfonso VI conquistó la vecina Medinaceli (hasta entonces un poderoso enclave militar musulmán), y Monreal pasó a depender de la islámica Calatayud, convirtiéndose en primera línea de frontera con el reino de Castilla y de León. Con la conquista de Calatayud por el rey aragonés Alfonso I en 1120, Monreal no perdió su carácter fronterizo: Alfonso I mandó construir el castillo de Mont Real (Monreal) en 1128 que sirviera de acantonamiento frente a la frontera castellana. Las luchas territoriales entre los reinos de Aragón y de Castilla culminarían siglos después con la Guerra de los Dos Pedros (XIV), de la que sería testigo el castillo de Monreal.
Aunque no existe documentación histórica sobre el paso del Cid por Monreal de Ariza, es muy probable que así fuera. Y aunque el Cantar tampoco lo cita, Monreal de Ariza es paso obligado en el trayecto imaginado por el poeta.
Se desconoce el momento de la fundación de Torrehermosa. Parece ser que era un enclave árabe en tiempos del Cid, y que su torreón tiene este origen. El viajero, una vez suba hasta la torre y observe el paisaje, corroborará esta impresión.
Cruzaron los ríos, entraron a Campo Taranz, por esas tierras abajo a toda velocidad, entre Ariza y Cetina mío Cid se fue a albergar; grande es el botín que obtuvo en la zona por la que va. Versos 540 y ss. CMC.
Una parte muy importante del Camino del Cid discurre por los dominios musulmanes del célebre reino taifa de Zaragoza. El camino se adentra en Zaragoza siguiendo el cauce del río Jalón. La primera noche (la décimo quinta del destierro) el Cid acampó entre Ariza y Cetina.
En los tiempos en los que se escribió el Cantar, a principios del siglo XIII, Ariza estaba bajo dominio aragonés. Sin embargo su población era predominantemente musulmana. Aún pueden verse los vestigios de su pasado medieval en sus calles alambicadas bajo el "castillo" o las calles de la morería.
En la Edad Media Ariza contó con un poderoso castillo del que el viajero apenas podrá vislumbrar unos pocos vestigios. El castillo coronaba la población, sobre un cerro de arcillas, y tuvo gran importancia como fortaleza fronteriza. Vale la pena visitar en la población la iglesia tardogótica de Santa María La Real (XVI), y su viejo puente medieval sobre el Jalón.
La ocupación documentada de la zona se remonta a la época de lso celtíberos (VII-II aC). La zona ha sido siempre paso natural hacia la Meseta. Entre los restos celtíberos más significativos está la llamada Piedra del Sacrificio que los celtas utilizaban para sacrificar personas o animales. Con la invasión romana Monreal se convertiría en el punto de encuentro entre la vía que unía Cesaraugusta (Zaragoza) con Complutum (Alcalá de Henares). En este enclave se levantaría, sobre los antiguos poblamientos celtíberos, la villa romana de Arcóbriga, hoy un yacimiento arqueológico de primera importancia.
Durante la época islámica este territorio pertenecía a la amplia marca fronteriza que separaba Al Andalus de los reinos cristianos del norte. En 1104 el rey leonés Alfonso VI conquistó la vecina Medinaceli (hasta entonces un poderoso enclave militar musulmán), y Monreal pasó a depender de la islámica Calatayud, convirtiéndose en primera línea de frontera con el reino de Castilla y de León. Con la conquista de Calatayud por el rey aragonés Alfonso I en 1120, Monreal no perdió su carácter fronterizo: Alfonso I mandó construir el castillo de Mont Real (Monreal) en 1128 que sirviera de acantonamiento frente a la frontera castellana. Las luchas territoriales entre los reinos de Aragón y de Castilla culminarían siglos después con la Guerra de los Dos Pedros (XIV), de la que sería testigo el castillo de Monreal.
Aunque no existe documentación histórica sobre el paso del Cid por Monreal de Ariza, es muy probable que así fuera. Y aunque el Cantar tampoco lo cita, Monreal de Ariza es paso obligado en el trayecto imaginado por el poeta.
Se desconoce el momento de la fundación de Torrehermosa. Parece ser que era un enclave árabe en tiempos del Cid, y que su torreón tiene este origen. El viajero, una vez suba hasta la torre y observe el paisaje, corroborará esta impresión.
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