Camino del Cid con Autocaravana/Senderismo: 44ª.Etapa Anguita-Estriégana
near Anguita, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
44ª.Etapa entre Anguita y Estriégena, día lluvioso pero agradable para caminar por caminos agrícolas y monte bajo de encinas. Hoy más entretenido al pasar por tres pueblos que se agradecen al leer sus historias en los paneles informativos.
Se van Henares arriba a toda velocidad, cruzan por la Alcarria y siguen adelante, por las cuevas de Anguita ellos pasando van. Versos 542 y ss. CMC.
El pasado musulmán de Anguita se materializa en la atalaya que se alza sobre la ladera, bajo la cual discurre por una pequeña y bonita hoz el río Tajuña. La Anguita musulmana corrió la misma suerte que buena parte de los pueblos actuales de la provincia de Guadalajara, pasando de modo temporal a formar parte del reino de Alfonso VI, en el siglo XI, hasta su incorporación definitiva al reino castellano, en el siglo XII.
La atalaya o torre de vigilancia musulmana formaría parte de una red de vigilancia de la zona (Torremocha, Luzón, Riba de Saelices, etc.), paso estratégico entre Molina de Aragón y Medinaceli. Precisamente Anguita estuvo, durante buena parte de su historia medieval, y hasta el siglo XIX, bajo la influencia del ducado de esta localidad soriana. Primero dentro del Común de la Villa y Tierra de Medinaceli, por cuyos fueros se rige, y después formando parte, ya en el siglo XIV, del Condado, y posteriormente Ducado, de Medinaceli.
En la literatura, Anguita ha quedado inmortalizada gracias al Cantar de mio Cid. Tras tomar el Cid la localidad de Castejón de Henares (Guadalajara), y una vez Alvar Fáñez regresa de su algarada por el valle del Henares con víveres y riquezas, el Cid decide encaminarse a las tierras de la taifa de Zaragoza, temeroso de que las tropas de Alfonso VI acudan en en defensa de estos territorios, pertenecientes a la taifa de Toledo pero sometidos de facto al rey castellano. Sin duda, el poeta del Cantar conocía esta localidad o había oído hablar de ella, pues cita las cuevas de Anguita, situadas en las paredes de la hoz.
Existen pocos datos singulares sobre Aguilar de Anguita durante la Edad Media. Como buena parte del territorio, la población estuvo sujeta a los vaivenes político-militares de la época. Perteneciente a la taifa de Toledo, en el año 1085 pasó a manos del rey Alfonso VI y posteriormente a los almorávides. Tras la definitiva ocupación por los castellnos del territorio, quedó sujeta al Alfoz de Medinaceli, y a partir del siglo XIV, a su Condado.
Localidad de la provincia de Guadalajara dependiente del Ayuntamiento de Alcolea del Pinar que se ubica junto el límite provincial con Soria, en la divisoria de las cuencas de los río Jalón y Tajuña. El paisaje que rodea a la población está condicionado por la elevada altitud a la que se encuentra (1.170 m), que unido a una climatología extrema y la dureza del sustrato calizo de las parameras, limitan la actividad agrícola al cultivo del cereal de secano en los fondos de valle, y pequeñas extensiones allanadas “robadas” al monte.
Durante la antigüedad Garbajosa fue ocupado por pueblos íberos y celtíberos como delatan los dólmenes y restos localizados en el entorno. En las proximidades debió de existir un poblado conocido como Garbajosilla del que hoy no se conservan restos y que fue excavado a principios del siglo XX por el Marqués de Cerralbo. Con la llegada del siglo XVI y la modernización de las comunicaciones en la península, se abandona el antiguo itinerario romano de Sigüenza a Medinaceli y comienza a perfilarse el nuevo Camino Real, semilla de la futura carretera y autovía. Ya en 1845 Madoz nombra la existencia en Garbajosa de la Venta del Gorro ligada a la carretera a Madrid. En su caserío, el color rojizo de la piedra de sus edificios nos remite a la arquitectura tradicional molinesa que se impone al encalado de las construcciones más modernas. Sorprende la verticalidad desafiante del frontón castellano, de una sola pared levantado en mampostería con sillar en los extremos que podría confundirse con cualquier construcción tradicional del entorno. En un extremo de la población se encuentra su iglesia parroquial, levantada en el siglo XVI de estilo plateresco, es una recia construcción en mampostería reforzada con unos grandes contrafuertes en sillar y una bonita espadaña.
El nombre de Alcolea, de origen árabe, hace referencia a un castillejo o fortificación, por lo que es presumible que en su entorno existiera algún elemento defensivo hoy desaparecido. Hoy es una población ligada a la autovía; punto de pausa, descanso y repostaje para miles de viajeros que atraviesan el nordeste peninsular.
Este carácter de lugar de paso ha contribuido no solo a definir el urbanismo de la población (alargado en torno a la antigua carretera) sino la economía y el temperamento abierto de sus gentes.
Se van Henares arriba a toda velocidad, cruzan por la Alcarria y siguen adelante, por las cuevas de Anguita ellos pasando van. Versos 542 y ss. CMC.
El pasado musulmán de Anguita se materializa en la atalaya que se alza sobre la ladera, bajo la cual discurre por una pequeña y bonita hoz el río Tajuña. La Anguita musulmana corrió la misma suerte que buena parte de los pueblos actuales de la provincia de Guadalajara, pasando de modo temporal a formar parte del reino de Alfonso VI, en el siglo XI, hasta su incorporación definitiva al reino castellano, en el siglo XII.
La atalaya o torre de vigilancia musulmana formaría parte de una red de vigilancia de la zona (Torremocha, Luzón, Riba de Saelices, etc.), paso estratégico entre Molina de Aragón y Medinaceli. Precisamente Anguita estuvo, durante buena parte de su historia medieval, y hasta el siglo XIX, bajo la influencia del ducado de esta localidad soriana. Primero dentro del Común de la Villa y Tierra de Medinaceli, por cuyos fueros se rige, y después formando parte, ya en el siglo XIV, del Condado, y posteriormente Ducado, de Medinaceli.
En la literatura, Anguita ha quedado inmortalizada gracias al Cantar de mio Cid. Tras tomar el Cid la localidad de Castejón de Henares (Guadalajara), y una vez Alvar Fáñez regresa de su algarada por el valle del Henares con víveres y riquezas, el Cid decide encaminarse a las tierras de la taifa de Zaragoza, temeroso de que las tropas de Alfonso VI acudan en en defensa de estos territorios, pertenecientes a la taifa de Toledo pero sometidos de facto al rey castellano. Sin duda, el poeta del Cantar conocía esta localidad o había oído hablar de ella, pues cita las cuevas de Anguita, situadas en las paredes de la hoz.
Existen pocos datos singulares sobre Aguilar de Anguita durante la Edad Media. Como buena parte del territorio, la población estuvo sujeta a los vaivenes político-militares de la época. Perteneciente a la taifa de Toledo, en el año 1085 pasó a manos del rey Alfonso VI y posteriormente a los almorávides. Tras la definitiva ocupación por los castellnos del territorio, quedó sujeta al Alfoz de Medinaceli, y a partir del siglo XIV, a su Condado.
Localidad de la provincia de Guadalajara dependiente del Ayuntamiento de Alcolea del Pinar que se ubica junto el límite provincial con Soria, en la divisoria de las cuencas de los río Jalón y Tajuña. El paisaje que rodea a la población está condicionado por la elevada altitud a la que se encuentra (1.170 m), que unido a una climatología extrema y la dureza del sustrato calizo de las parameras, limitan la actividad agrícola al cultivo del cereal de secano en los fondos de valle, y pequeñas extensiones allanadas “robadas” al monte.
Durante la antigüedad Garbajosa fue ocupado por pueblos íberos y celtíberos como delatan los dólmenes y restos localizados en el entorno. En las proximidades debió de existir un poblado conocido como Garbajosilla del que hoy no se conservan restos y que fue excavado a principios del siglo XX por el Marqués de Cerralbo. Con la llegada del siglo XVI y la modernización de las comunicaciones en la península, se abandona el antiguo itinerario romano de Sigüenza a Medinaceli y comienza a perfilarse el nuevo Camino Real, semilla de la futura carretera y autovía. Ya en 1845 Madoz nombra la existencia en Garbajosa de la Venta del Gorro ligada a la carretera a Madrid. En su caserío, el color rojizo de la piedra de sus edificios nos remite a la arquitectura tradicional molinesa que se impone al encalado de las construcciones más modernas. Sorprende la verticalidad desafiante del frontón castellano, de una sola pared levantado en mampostería con sillar en los extremos que podría confundirse con cualquier construcción tradicional del entorno. En un extremo de la población se encuentra su iglesia parroquial, levantada en el siglo XVI de estilo plateresco, es una recia construcción en mampostería reforzada con unos grandes contrafuertes en sillar y una bonita espadaña.
El nombre de Alcolea, de origen árabe, hace referencia a un castillejo o fortificación, por lo que es presumible que en su entorno existiera algún elemento defensivo hoy desaparecido. Hoy es una población ligada a la autovía; punto de pausa, descanso y repostaje para miles de viajeros que atraviesan el nordeste peninsular.
Este carácter de lugar de paso ha contribuido no solo a definir el urbanismo de la población (alargado en torno a la antigua carretera) sino la economía y el temperamento abierto de sus gentes.
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