Camino del Cid con Autocaravana/Senderismo: 52ª.Etapa Berlanga de Duero-Vildé
near Berlanga de Duero, Castilla y León (España)
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52ª.Etapa entre Berlanga de Duero y Vildé, nada relevante que comentar en el transcurso del camino, bastante calor y los últimos 6 Km. por asfalto… bastante pesado.
Atravesaron Alcoceba, a la derecha dejan Gormaz, por el llamado Vadorrey el río van a cruzar, en el lugar de Berlanga fueron a acampar Versos 2875 y ss. CMC.
Según la Crónica General de 1344, el Cid fue alcalde de Berlanga de Duero. Este señorío le habría sido concedido en 1089 por Alfonso VI como pago a sus servicios.
En el Cantar de mío Cid Berlanga es una villa segura donde las hijas del Cid se alojan en el regreso.
La villa, junto a otras localidades sorianas del Camino del Cid, formaba parte en el siglo XI de la línea defensiva del Duero, y es parada ineludible en la Ruta de El Destierro.
El viajero bien puede iniciar su visita por la Puerta de Aguilera, una de las entradas a la ciudad antiguamente amurallada. Extramuros se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Soledad y la picota: un buen ejemplo de rollo jurisdiccional gótico conservado en buen estado.
Enseguida estamos en la plaza mayor, soportalada, desde donde podemos continuar nuestro paseo por las calles de esta villa monumental declarada conjunto histórico artístico. La tranquilidad de sus porches y casonas señoriales no debe engañarnos: Berlanga es un pueblo dinámico con numerosos servicios, entre los que destaca una interesante oferta gastronómica.
Cualquier camino que tomemos nos conducirá a sus dos edificios más emblemáticos, omnipresentes en todo el recorrido: el castillo de planta renacentista -asentado sobre otro anterior del siglo XII- a cuyos pies fluye el río Escalote, y la ex-colegiata de Nuestra Señora del Mercado.
La colegiata (XVI) sorprende por su volumen, que es el fruto de los sueños de grandeza de los señores de Berlanga, decididos a convertir la localidad en una villa ducal acorde con los vientos de renovación del Renacimiento, y del que el Palacio de los Duques de Frías, bajo el castillo, es otro buen ejemplo.
La ex-colegiata está "custodiada" por un singular "vigilante", un caimán de más de tres metros que trajo de América Fray Tomás de Berlanga, un fraile dominico (1487-1551) que fue obispo de Panamá. En 1535, Tomás se embarcó hacia Lima para terciar en las diputas que enfrentaban a los conquistadores Diego de Almagro y Francisco Pizarro; en su periplo el navío fue desviado por corrientes marinas, descubriendo un archipiélago de islas al que bautizó como las "Islas Galápagos" por el gran número que avistó de esta especie de tortugas.
Aguilera fue, durante los siglos VIII a XI, zona de frontera. Fue Fernando I quien conquistó este emplazamiento junto a muchos territorios circundantes en 1060.
Por lo que a nuestra historia se refiere, según un diploma del Monasterio de Silos, en 19 de mayo de 1097, Alfonso VI (acompañado por la reina Berta y su hija Urraca, varios de sus condes, el mismo Álvar Fáñez, y su ejército) se hallaba acampado en Aguilera, camino de la taifa de Zaragoza probablemente con el fin de ayudar a su rey al-Mustain. Sin embargo, la noticia de la la llegada a la Península, a través del Estrecho, del Emir almorávide Yusuf, que se instaló en Córdoba, le obligó a regresar para reforzar sus defensas del Tajo frente al presumible ataque almorávide sobre Toledo.
Según el Cantar, tras ser escarnecidas en el robledal de Corpes por sus maridos, las hijas del Cid regresaron a Valencia escoltadas por Álvar Fáñez y 200 caballeros. En su camino cruzaron el río Duero por Vadorrey. Vigilando el paso, había una torre de origen islámico, la atalaya o castillejo de Vadorrey, de la que hoy sólo quedan vestigios. Muy cerca se encuentra Vadorrey, un despoblado en el término de Morales.
Históricamente la localidad está relacionada con la heráldica del apellido "Morales", que tuvo su primitiva casa-solar en el lugar de Crudeya (Santander), pasando después a Soria donde se fundó Morales.
Recuerda pertenece a la comarca de El Burgo de Osma situándose al oeste de la provincia de Soria. Perteneció en su día al Común de Villa y Tierra de Gormaz, centrada en torno a la fortaleza del mismo nombre. Según varios estudios, en Nograles (localidad integrada en su municipio) existió una judería que tributaba, junto a la de Caracena, a Recuerda.
Por la localidad discurre el río Duero, el Arenaza y el arroyo de la Perera. La iglesia está dedicada a su patrón, San Bernabé. De orígenes góticos, aunque muy modificada, de época medieval sólo conserva la cabecera semicircular, totalmente cegada de vanos o ventanas. En su interior destaca un gran retablo renacentista, obra de Gabriel de Pinedo. En la carretera que va hacia Nograles se encuentra la ermita vieja de Recuerda, románica del siglo X, actualmente en estado de ruina.
A las afueras del pueblo, a poco más de medio kilometro y en dirección a Morales, se encuentra "La Ciudad de la Alegría", un interesante poblado que cuenta con unas 200 bodegas que, junto con las de Atauta son únicas en cuanto a construcción.
No demoran el mandato de su señor, deprisa cabalgan, andan de día y de noche, llegaron a Gormaz, un castillo muy fuerte, allí se albergaron en verdad una noche. Versos 2841 y ss. CMC.
La fortaleza califal de Gormaz es uno de los hitos fundamentales de este viaje. El Cid fue alcaide de esta plaza como posiblemente lo fue también de Langa y Berlanga.
Gormaz juega un papel esencial en nuestra historia: en el año 1081 la población que vivía a las faldas del castillo fue atacada por un contingente musulmán, lo que provocó una dura represalia del Cid en forma de algara por los territorios musulmanes próximos pertenecientes a la taifa de Toledo, por entonces aliada estratégica del rey Alfonso VI.
El Cid actuó por cuenta propia sin solicitar permiso a su rey, Alfonso. Este hecho y la dureza del ataque contribuyó a desencadenar el primer destierro del Cid, que tuvo lugar ese mismo año.
Pero la historia de la fortaleza comienza mucho antes. Se halla ubicada en un cerro habitado desde la Edad del Bronce, hace 4.000 años; de hecho se cree que el topónimo Gormaz es de origen prerromano. Tras la invasión árabe, las tierras de la extremadura castellana, incluida la línea del Duero, quedaron despobladas y convertidas en lugar baldío. A mediados del siglo X el empuje de los reinos cristianos del norte les lleva a establecer diversas "cabezas de puente" en Osma, San Esteban, y también en Gormaz, que pasó de manos leonesas a manos cordobesas en varias ocasiones.
Con el objetivo de reforzar sus posiciones en la zona, bajo gobierno de Abderramán III se refuerzan los bastiones de Madinat Salim (Medinaceli) y Gormaz, cuya fortaleza es reconstruida por el general Ghalib en 965. En 975 la fortaleza sufrió un duro asedio por una alianza de reinos cristianos, desbaratada por el general Ghalib tras una cruenta batalla campal. Sólo en 1059 Gormaz pasaría a manos del rey leonés Fernando I, padre de Alfonso VI, junto con Vadorrey y Berlanga. Posteriormente, este último delegaría en el Cid la custodia de la fortaleza.
Atravesaron Alcoceba, a la derecha dejan Gormaz, por el llamado Vadorrey el río van a cruzar, en el lugar de Berlanga fueron a acampar Versos 2875 y ss. CMC.
Según la Crónica General de 1344, el Cid fue alcalde de Berlanga de Duero. Este señorío le habría sido concedido en 1089 por Alfonso VI como pago a sus servicios.
En el Cantar de mío Cid Berlanga es una villa segura donde las hijas del Cid se alojan en el regreso.
La villa, junto a otras localidades sorianas del Camino del Cid, formaba parte en el siglo XI de la línea defensiva del Duero, y es parada ineludible en la Ruta de El Destierro.
El viajero bien puede iniciar su visita por la Puerta de Aguilera, una de las entradas a la ciudad antiguamente amurallada. Extramuros se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Soledad y la picota: un buen ejemplo de rollo jurisdiccional gótico conservado en buen estado.
Enseguida estamos en la plaza mayor, soportalada, desde donde podemos continuar nuestro paseo por las calles de esta villa monumental declarada conjunto histórico artístico. La tranquilidad de sus porches y casonas señoriales no debe engañarnos: Berlanga es un pueblo dinámico con numerosos servicios, entre los que destaca una interesante oferta gastronómica.
Cualquier camino que tomemos nos conducirá a sus dos edificios más emblemáticos, omnipresentes en todo el recorrido: el castillo de planta renacentista -asentado sobre otro anterior del siglo XII- a cuyos pies fluye el río Escalote, y la ex-colegiata de Nuestra Señora del Mercado.
La colegiata (XVI) sorprende por su volumen, que es el fruto de los sueños de grandeza de los señores de Berlanga, decididos a convertir la localidad en una villa ducal acorde con los vientos de renovación del Renacimiento, y del que el Palacio de los Duques de Frías, bajo el castillo, es otro buen ejemplo.
La ex-colegiata está "custodiada" por un singular "vigilante", un caimán de más de tres metros que trajo de América Fray Tomás de Berlanga, un fraile dominico (1487-1551) que fue obispo de Panamá. En 1535, Tomás se embarcó hacia Lima para terciar en las diputas que enfrentaban a los conquistadores Diego de Almagro y Francisco Pizarro; en su periplo el navío fue desviado por corrientes marinas, descubriendo un archipiélago de islas al que bautizó como las "Islas Galápagos" por el gran número que avistó de esta especie de tortugas.
Aguilera fue, durante los siglos VIII a XI, zona de frontera. Fue Fernando I quien conquistó este emplazamiento junto a muchos territorios circundantes en 1060.
Por lo que a nuestra historia se refiere, según un diploma del Monasterio de Silos, en 19 de mayo de 1097, Alfonso VI (acompañado por la reina Berta y su hija Urraca, varios de sus condes, el mismo Álvar Fáñez, y su ejército) se hallaba acampado en Aguilera, camino de la taifa de Zaragoza probablemente con el fin de ayudar a su rey al-Mustain. Sin embargo, la noticia de la la llegada a la Península, a través del Estrecho, del Emir almorávide Yusuf, que se instaló en Córdoba, le obligó a regresar para reforzar sus defensas del Tajo frente al presumible ataque almorávide sobre Toledo.
Según el Cantar, tras ser escarnecidas en el robledal de Corpes por sus maridos, las hijas del Cid regresaron a Valencia escoltadas por Álvar Fáñez y 200 caballeros. En su camino cruzaron el río Duero por Vadorrey. Vigilando el paso, había una torre de origen islámico, la atalaya o castillejo de Vadorrey, de la que hoy sólo quedan vestigios. Muy cerca se encuentra Vadorrey, un despoblado en el término de Morales.
Históricamente la localidad está relacionada con la heráldica del apellido "Morales", que tuvo su primitiva casa-solar en el lugar de Crudeya (Santander), pasando después a Soria donde se fundó Morales.
Recuerda pertenece a la comarca de El Burgo de Osma situándose al oeste de la provincia de Soria. Perteneció en su día al Común de Villa y Tierra de Gormaz, centrada en torno a la fortaleza del mismo nombre. Según varios estudios, en Nograles (localidad integrada en su municipio) existió una judería que tributaba, junto a la de Caracena, a Recuerda.
Por la localidad discurre el río Duero, el Arenaza y el arroyo de la Perera. La iglesia está dedicada a su patrón, San Bernabé. De orígenes góticos, aunque muy modificada, de época medieval sólo conserva la cabecera semicircular, totalmente cegada de vanos o ventanas. En su interior destaca un gran retablo renacentista, obra de Gabriel de Pinedo. En la carretera que va hacia Nograles se encuentra la ermita vieja de Recuerda, románica del siglo X, actualmente en estado de ruina.
A las afueras del pueblo, a poco más de medio kilometro y en dirección a Morales, se encuentra "La Ciudad de la Alegría", un interesante poblado que cuenta con unas 200 bodegas que, junto con las de Atauta son únicas en cuanto a construcción.
No demoran el mandato de su señor, deprisa cabalgan, andan de día y de noche, llegaron a Gormaz, un castillo muy fuerte, allí se albergaron en verdad una noche. Versos 2841 y ss. CMC.
La fortaleza califal de Gormaz es uno de los hitos fundamentales de este viaje. El Cid fue alcaide de esta plaza como posiblemente lo fue también de Langa y Berlanga.
Gormaz juega un papel esencial en nuestra historia: en el año 1081 la población que vivía a las faldas del castillo fue atacada por un contingente musulmán, lo que provocó una dura represalia del Cid en forma de algara por los territorios musulmanes próximos pertenecientes a la taifa de Toledo, por entonces aliada estratégica del rey Alfonso VI.
El Cid actuó por cuenta propia sin solicitar permiso a su rey, Alfonso. Este hecho y la dureza del ataque contribuyó a desencadenar el primer destierro del Cid, que tuvo lugar ese mismo año.
Pero la historia de la fortaleza comienza mucho antes. Se halla ubicada en un cerro habitado desde la Edad del Bronce, hace 4.000 años; de hecho se cree que el topónimo Gormaz es de origen prerromano. Tras la invasión árabe, las tierras de la extremadura castellana, incluida la línea del Duero, quedaron despobladas y convertidas en lugar baldío. A mediados del siglo X el empuje de los reinos cristianos del norte les lleva a establecer diversas "cabezas de puente" en Osma, San Esteban, y también en Gormaz, que pasó de manos leonesas a manos cordobesas en varias ocasiones.
Con el objetivo de reforzar sus posiciones en la zona, bajo gobierno de Abderramán III se refuerzan los bastiones de Madinat Salim (Medinaceli) y Gormaz, cuya fortaleza es reconstruida por el general Ghalib en 965. En 975 la fortaleza sufrió un duro asedio por una alianza de reinos cristianos, desbaratada por el general Ghalib tras una cruenta batalla campal. Sólo en 1059 Gormaz pasaría a manos del rey leonés Fernando I, padre de Alfonso VI, junto con Vadorrey y Berlanga. Posteriormente, este último delegaría en el Cid la custodia de la fortaleza.
Waypoints
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2,992 ft
Recuerda
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2,966 ft
Gormaz
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2,940 ft
Gormaz
Waypoint
2,904 ft
Gormaz
River
2,894 ft
Río Duero
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