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Camino del Cid con Autocaravana/Senderismo: 61ª.Etapa Cubillo del Campo-Cortes

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Trail stats

Distance
15.23 mi
Elevation gain
1,040 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
1,214 ft
Max elevation
3,365 ft
TrailRank 
42
Min elevation
2,969 ft
Trail type
One Way
Moving time
5 hours 3 minutes
Time
7 hours 6 minutes
Coordinates
3342
Uploaded
May 18, 2022
Recorded
May 2022
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near Cubillo del Campo, Castilla y León (España)

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Itinerary description

61ª.Etapa entre Cubillo del Campo y Barrío de Cortes, hoy ha sido la penúltima etapa de esta aventura, mañana cruzó Burgos para llegar a mi destino que será Vivar del Cid. El recorrido de hoy por las sierras que rodean Burgos que tienen muchas instalaciones de aerogeneradores.

El origen incierto del actual Cubillo del Campo está ligado a los tiempos de la repoblación de la tierra de nadie entre los territorios cristianos y musulmanes durante los siglos X y XI. Esta tierra dura y despoblada fue testigo de la llegada de familias de colonos, origen de los núcleos urbanos que se constituirí­an en behetrí­as.

Cubillo del Campo es un pueblo pequeño y tranquilo que cuenta en su jurisdicción con algunas de las famosas canteras de piedra caliza con las que se construyó la catedral de Burgos. La historia de la ciudad de Burgos está escrita con la piedra caliza de esta zona y en concreto, de la piedra extraí­da de las canteras que comparten Cubillo y la vecina Hontoria. Desde la antigüedad, esta piedra caliza ha sido arrancada de la tierra por su resistencia y su facilidad de talla, la vecina abadí­a románica de San Quirce (siglo XII), la catedral de Burgos (siglo XIII y siguientes) y otros edificios singulares de la ciudad como el Arco de Santa Marí­a o la Casa del Cordón, han sido construidos con esta piedra, y también, por supuesto, la primera vista de que dispondrá el viajero, la iglesia parroquial, iniciada a finales del siglo XVI, que se alza, imponente, sobre un alto. La economí­a del pueblo se basa en la explotación de unos arenales colindantes y en menor medida de la agricultura.

Los habitantes de Cubillo pueden afirmar que poseen la espada Tizona más larga del mundo, de unos sesenta metros de longitud: situada en la ladera de un alto por el que discurre el sendero cidiano, es visible desde el pueblo, y fue construida por los habitantes de la localidad como homenaje al Camino del Cid.

Las canteras. En realidad no existe una sola cantera, sino muchas; en ocasiones se trata de pequeños y hondos pozos que perforan la sierra, y en otras, como es el caso de las situadas entre La Mata Rubia y Los Carriles, son fascinantes explotaciones subterráneas que sin duda sorprenderán por sus dimensiones al viajero y que, incluso, en algún caso fueron utilizadas como polvorí­n durante la guerra civil. Estas canteras están cerradas al público, pero el viajero sin prisas quizá pueda verlas preguntando en el Ayuntamiento. Si esto no es posible, te recomendamos que hables con los vecinos más viejos del pueblo y les preguntes sobre las canteras; algunos de ellos trabajaron en las minas subterráneas, a veces en condiciones muy duras; seguro que encuentras su conversación interesante.

La primera referencia documental a los Ausines se remonta al siglo X, año 972. Se trata de un documento de permuta en el que el conde de Castilla García Fernández pasa a adquirir la propiedad de una dehesa, que luego donará al monasterio de San Pedro de Cardeña, a cambio de exonerar al concilium de los Ausines de la castellaria, por la cual sus habitantes tenían el deber de utilizar una parte de su tiempo para la construcción y reparación de fortalezas. También existe referencia a la existencia de un castillo en el siglo XII; este castillo, del que no se han encontrado restos (pero sí de un castro de la Edad del Hierro), estaría en lo alto de la peña del Castillejo y para ello se habrían reutilizado los elementos constructivos del castro.

Desde esta peña se observa una estupenda panorámica del camino hacia Lara; según Abásolo, debía existir una vía romana que unía Clunia con Lara y Los Ausines, que de este modo se convertía en la puerta de entrada al valle del Arlanzón.
En realidad Los Ausines son tres barrios separados entre sí, tres núcleos de población de origen medieval que han crecido alrededor de su respectivas iglesias, vertebrados por el curso del río Ausín a lo largo de 2 km y hoy dominados por una omnipresente gravera.

Los tres barrios se caracterizan por su pequeño tamaño y por la imagen armónica de sus calles en las que predomina la arquitectura popular de mampostería. El río Ausín define parte de la personalidad de los barrios, y a sus márgenes nacen algunos molinos y huertas.

El primer barrio que nos encontramos viniendo de Modúbar de San Cibrián es el de Quintanilla, al que accedemos cruzando un bonito puente de origen medieval; a la derecha queda un área de descanso con una bonita fuente artesiana cuyo cauce dirige sus aguas a un lavadero hoy restaurado. Dejando a la izquierda la iglesia de la Asunción, los senderistas deben encaminarse a la fantasmagórica estación de tren, ya abandonada, donde una vez cruzada la vía se prosigue el camino hacia Cubillo del Campo.

Cicloturistas y automovilistas continúan por la carretera hasta llegar al barrio de San Juan. Desde allí, tras una corta pero dura ascensión, se accede a la ermita románica de la Virgen del Castillo (XII), visible desde la carretera. Desde esta ermita, situada en lo alto de un peñasco calizo llamado Castillejo, se obtienen unas vistas muy sugerentes del entorno. Una vez arriba, se comprende, por sus características defensivas, que el cerro haya estado poblado desde la antigüedad.

La iglesia más interesante es la de San Miguel, en el barrio de Sopeña. Aunque muy reformada en épocas posteriores, conserva la portada occidental románica del siglo XII, a la que se accede por unas escaleras de piedra con varias estelas medievales. En la arquivolta de la portada puede verse una corona de esculturas radiales que incluyen una interesante diversidad de personajes, fundamentalmente músicos. En algunas de los relieves de los capiteles puede advertirse la influencia silense. En el interior, que responde a épocas posteriores, se conserva una interesante pila.

La ermita de la Virgen del Castillo. Situada en el barrio de San Juan, la subida a la ermita es una propuesta muy interesante para los aficionados al románico. La ermita, de una sola nave, posee una interesante fachada meridional, con algunos canecillos muy curiosos. La ermita suele estar cerrada al público, y es una pena porque en su interior guarda también algunos relieves de gran interés. Las vistas son muy llamativas y, si uno quiere tomarse las cosas con calma, puede ser un buen lugar para descansar, admirar el paisaje y viajar con la imaginación a los tiempos en que la peña era un punto defensivo. Los senderistas tienen que desviarse de su itinerario en el barrio de Quintanilla, lo que puede llevarles una hora.

La situación de Modúbar de San Cibrián es lugar de paso entre valles. El pueblo se ubica en el camino antiguo que uní­a Cardeña con Los Ausines y la abadí­a de San Quirce, ya camino de Silos, por lo que es lógico pensar que fuera también lugar de paso para el Cid y sus hombres. Sin duda, en tiempos del Cid existí­a un poblamiento, ya que en el año 1069 el rey Fernando I autorizó al monasterio de San Martí­n, por entonces bajo la tutela del de Cardeña, para que poblara en su jurisdicción. El Becerro Gótico de Cardeña, un cartulario que recoge parte de la historia del monasterio y sus alrededores entre los siglos IX a XI, cita la existencia del monasterio de San Martí­n, hoy desaparecido: quizá la pila románica que guarda la iglesia perteneciera a este. El monasterio de San Martí­n fue fundado en 944 y en 975 lo habitaban 34 monjes. Al parecer la prosperidad del monasterio duró poco, quizá debido a las correrí­as de Almanzor en la zona. Algunos autores consideran que el topónimo Modúbar proviene del árabe mudawwar, que significa "redondo".

Modúbar de San Cibrián se halla en un valle, rodeado por cultivos y robledales. El pueblo es de casas bajas de una o dos plantas y connforman un núcleo limpio y ordenado. Actualmente las casas muestran fachadas con piedra de sillerí­a o mamposterí­a, pero antiguamente la segunda planta, como era usual, se edificaba en adobe, y aún quedan algunos varios ejemplos de esta arquitectura tradicional, como la antigua escuela. De los siglos XI-XIII aún quedan algunos vestigios: llegando de Cardeña, a la derecha del camino, junto a la Fuente de los Martires, pueden verse los cimientos de una ermita de los siglos XIII y XIV, en uno de cuyos laterales se han encontrado enterramientos posiblemente más anyiguos que quizá aporten nuevos datos sobre el monasterio de San Martí­n de Modúbar. Junto a la fuente, a la derecha del camino, pueden verse los restos de un viejo molino harinero, uno de los dos que poseí­a el pueblo. Modúbar es rica en aguas; una de sus fuentes, ya en el pueblo, es conocida como la fuente de los sarcófagos, ya que se utilizaron dos de ellos para canalizar su paso: posiblemente pertenezcan al monasterio románico de San Martí­n. Desde la fuente nos dirigimos a la iglesia de San Pedro Apóstol, del siglo XVII, de una sola nave, que conserva una pila románica que de nuevo nos remite al viejo monasterio.

Mandad recoger la tienda y vayámonos apresurados,
en San Pedro de Cardeña, allí­­ nos cante el gallo;
veremos a vuestra mujer, discreta hijadalgo.
Versos 208 y ss. CMC.

Según el Cantar, el Cid, antes de salir para el destierro, dejó en San Pedro de Cardeña a Jimena y a sus hijas, doña Elvira y doña Sol (cuyos nombres reales fueron María y Cristina), encareciendo su cuidado al abad del monasterio. Cuna de muchas leyendas cidianas, fue el lugar donde reposaron durante siglos los restos del Cid y de su esposa Jimena.

El monasterio fue fundado por los benedictinos en 899, constituyéndose en un importante centro cultural y espiritual, especialmente en los primeros momentos de la construcción de Castilla. Del monasterio románico, saqueado en el 953 por el ejército de Abderramán III, aún queda la vieja torre del siglo XI y su claustro románico, del siglo XII.
San Pedro de Cardeña cuenta con una agitada historia, desde su fundación en los otrora agrestes paisajes de lo que luego serí­­a el reino de Castilla,  fue saqueado en varias ocasiones, ya por ejércitos andalusí­­es o por las tropas francesas en el siglo XIX. Abandonado en el año 1836 tras la desamortización, fue ocupado temporalmente por distintas órdenes religiosas. Durante la Guerra Civil fue utilizado como campo de concentración de prisioneros republicanos. Finalmente, el 1 de mayo de 1942, se restauró la vida monástica por monjes cistercienses llegados del monasterio palentino de San Isidro de Dueñas.
Debido a estos avatares el monasterio carece de tesoros artí­­sticos de gran valor, pero sin embargo sus muros son en realidad un documento vivo de su historia, que el viajero curioso podrá descubrir con la ayuda de los monjes, siempre amables y hospitalarios, observantes de la Regla de San Benito. Por ejemplo, en su fachada austera, de origen barroco, puede verse una estatua del Cid en actitud muy similar a la representada en las imágenes de Santiago Matamoros: los desperfectos que se observan en ella son debidos a los disparos de las tropas francesas durante la ocupación. El saqueo francés afectó también a la tumba del Cid: los restos óseos fueron desperdigados por el templo e incluso sustraídos por los soldados que vieron en estos un valioso souvenir, razón por la que algunos museos europeos aseguran conservar hoy  huesos del caballero castellano.

La historia del cadáver del Cid es tan azarosa como su vida: muerto en Valencia, su cuerpo fue exhumado por Jimena poco antes de la conquista almorávide de la ciudad, en 1102, para ser enterrado con el paso de los años en el monasterio, donde fue exhumado varias veces hasta su ubicación definitiva en la capilla-panteón del Cid, visitable, en la que pueden verse los sarcófagos del Cid y doña Jimena -esculpidos en el siglo XII por orden de Alfonso X el Sabio, descendiente lejano de Rodrigo, aún conservan pequeños restos de policromí­­a-, cenotafios de sus parientes y amigos, así­­ como diversos frescos y objetos de la época. Hoy los restos del Cid y su esposa se hallan bajo el crucero de la Catedral de Burgos.

Desde la iglesia abacial del siglo XV en la que se encuentra la capilla accedemos al claustro de origen románico. Es llamado de los Santos Mártires porque se identifica con el lugar donde, según la tradición, 200 monjes fueron asesinados por las tropas andalusí­­es de Abderramán III. Los capiteles originales están labrados en piedra de arenisca roja y decorados con motivos vegetales. También románica es la torre de principios del siglo XI, denominada popularmente "de doña Jimena" gracias a los versos del Cantar, que sitúan en Cardeña el refugio temporal de la mujer e hijas del Cid durante el destierro.

La fuerza del Cantar, poema en el que la historia y la ficción se entremezclan, ha sido tal que sin duda Cardeña puede considerarse el epicentro del mundo cidiano, lugar de historia y también de numerosas leyendas, como la de Babieca: a la salida, un monolito señala el lugar donde según la tradición fue enterrado el caballo del Cid. En 1949 el duque de Alba realizó allí­­ una excavación arqueológica, sin resultado.
Tras terminar la visita, en la tiendita que tienen los monjes, puedes comprar  como recuerdo curioso una botella de Tizona, un licor digestivo aguardentoso de sabor peculiar no siempre al gusto de todos, de entre 38 y cuarenta grados, elaborado por los propios monjes a base de hierbas autóctonas. Los menos aventureros pueden optar por el Valdevegón, el vino que los monjes envejecen en las barricas de su antigua bodega, o bien probar su cerveza Cardeña,  la primera cerveza trapense de estilo Triple elaborada en España. Junto al monasterio hay un restaurante familiar de comida típica.

Waypoints

PictographWaypoint Altitude 3,258 ft
Photo ofMonumento a los Canteros en Cubillo del Campo

Monumento a los Canteros en Cubillo del Campo

PictographWaypoint Altitude 3,255 ft
Photo ofCanteros

Canteros

PictographWaypoint Altitude 3,255 ft
Photo ofMonumento Canteros

Monumento Canteros

PictographWaypoint Altitude 3,261 ft
Photo ofMonumento

Monumento

PictographWaypoint Altitude 3,251 ft
Photo ofAyuntamiento de Cubillo del Campo

Ayuntamiento de Cubillo del Campo

PictographWaypoint Altitude 3,255 ft
Photo ofInformación en Cubillo del Campo

Información en Cubillo del Campo

PictographReligious site Altitude 3,251 ft
Photo ofIglesia de Santa Marina

Iglesia de Santa Marina

PictographWaypoint Altitude 3,018 ft
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Los Ausines

PictographIntersection Altitude 3,002 ft
Photo ofIntersección en Los Ausines

Intersección en Los Ausines

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Photo ofIglesia de Santa Eulalia en Los Ausines

Iglesia de Santa Eulalia en Los Ausines

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Waypoint

PictographWaypoint Altitude 2,966 ft
Photo ofInformación de Los Ausines

Información de Los Ausines

PictographBridge Altitude 2,959 ft
Photo ofPuente Medieval sobre el Río Los Ausines

Puente Medieval sobre el Río Los Ausines

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Intersección en Los Ausines

PictographIntersection Altitude 3,091 ft
Photo ofIntersección en Modúbar de San Cibrián

Intersección en Modúbar de San Cibrián

PictographIntersection Altitude 3,091 ft
Photo ofIntersección

Intersección

PictographWaypoint Altitude 3,087 ft
Photo ofSombra

Sombra

PictographIntersection Altitude 3,340 ft
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Intersección

PictographIntersection Altitude 3,228 ft
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Intersección

PictographReligious site Altitude 3,136 ft
Photo ofMonasterio de San Pedro de Cardeña

Monasterio de San Pedro de Cardeña

PictographReligious site Altitude 3,136 ft
Photo ofMonasterio de San Pedro de Cardeña

Monasterio de San Pedro de Cardeña

PictographWaypoint Altitude 3,133 ft
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Escudos

PictographWaypoint Altitude 3,130 ft
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Escudos

PictographReligious site Altitude 3,123 ft
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Monasterio De San Pedro de Cardeña

PictographWaypoint Altitude 3,087 ft
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Burgos

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