Camino del Cid con Autocaravana/Senderismos: 59ª.Etapa Peñacoba-Covarrubias
near Peñacoba, Castilla y León (España)
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Itinerary description
59ª.Etapa entre Peñacoba y Covarrubias, dia muy entretenido por sierras y visitando dos poblaciones muy interesante por si pasado histórico, Santo Domingo de Silos y Retuerta.
Peñacoba es una pequeña población ubicada a más de mil metros de altitud y situada en el Espacio Natural de La Yecla - Los Sabinares del Arlanza, un espacio protegido caracterizado geológicamente por sus cortados calizos, formaciones kársticas y sinclinales colgados. Las peñas que se observan desde el pueblo y que el viajero deja a su izquierda camino de Huerta de Rey son buenos ejemplos. Aquí abunda la encina pero sobre todo, acompañando a los cultivos, la sabina. Este árbol está asociado a terrenos pobres y climas duros, por lo que su pervivencia centenaria, de hecho se trata de uno de los mayores sabinares relictos de Europa, da buena cuenta del entono en el que nos movemos y también del carácter esforzado de sus primeros pobladores. Son comunes en este espacio el buitre leonado, el alimoche y el águila perdicera.
En el siglo XI Peñacoba era punto intermedio en el camino natural entre el monasterio de Silos y el castillo o torre, hoy desaparecido, de Huerta de Rey. Peñacoba y sus tierras pertenecieron al Cid. En 1076 Rodrigo y su mujer, doña, Jimena donaron la aldea al Monasterio de Silos.
La historia de Silos es la historia de Castilla: aunque Almanzor, a finales del siglo X, provocó grandes destrozos, tuvo un enorme esplendor entre los siglos XI-XIII, gracias a su impulsor Santo Domingo quien, alrededor del año 1000, reedificó el monasterio, convirtiéndose en un gran centro espiritual, cultural y artístico. La abadía de Santo Domingo de Silos está ligada a la historia del Cid, ya que en vida Rodrigo y su esposa Jimena donaron algunas de sus heredades al monasterio, cuyo claustro, en el año 1081, año en que el Cid fue desterrado, aún se estaba construyendo.
Silos es una pequeña localidad castellana con numerosos servicios turísticos, y constituye un buen sitio para descansar y comer una de sus especialidades gastronómicas: el cabrito asado. Casi todo el pueblo gravita alrededor del monasterio, en el que pueden visitarse algunas de sus espacios más importantes, como su prodigioso claustro románico o su museo de arte religioso. Un paseo por el pueblos nos deparará aún otras sorpresas: casas tradicionales y caserones nobiliarios, la muralla urbana, o la iglesia de San Pedro, junto al monasterio.
Muy cerca de Santo Domingo de Silos, a pocos kilómetros por la carretera en dirección a Hinojar de Cervera, está el paraje natural conocido como La Yecla, una profunda y estrecha garganta excavada en la caliza por la que el visitante puede adentrarse a través de una serie de pasarelas colgantes que alternan las marmitas de gigante y las cascadas.
No puedes irte de Silos sin visitar su excepcional claustro románico, en uno de cuyos capiteles puede verse una mesnada medieval que refleja con bastante precisión las vestiduras para la guerra en tiempos del Cid.
Los servicios religiosos de los monjes ofrecen la posibilidad de escuchar a los viajeros el canto gregoriano, canto de origen medieval de sentida espiritualidad que, de un modo involuntario, llevó a los monjes a adquirir fama mundial durante los años ochenta.
La historia de Retuerta está muy ligada a su vecina, la otrora poderosa Covarrubias. Tras la invasión árabe en el siglo VIII la zona sufrió un fuerte despoblamiento, sus habitantes huyeron o bien se refugiaron en cuevas. Esta situación remitiría con el avance de los reinos cristianos y la creación del Condado de Castilla hasta cristalizar en la fundación del Infantado de Covarrubias en el año 978. Este fue instituido por Garcí Fernández, hijo del conde Fernán González, donando a su hija Urraca un importante señorío, entre cuyas villas se hallaba la de Retuerta.
Retuerta es un pequeño pueblo situado en el valle del Arlanza que posee un gran valor etnográfico, ya que la amenaza de ser inundado por un pantano que nunca se construyó posibilitó que buena parte de sus casas antiguas permanecieran sin reformar. Hoy sus callejuelas de adobe y madera son un escenario perfecto para recordar cómo se construía antiguamente. Posee también un rollo jurisdiccional a la entrada del pueblo.
Además, es uno de los pocos pueblos en los que se conserva la práctica del carboneo sin fines turísticos.
Si te interesa la etnografía y la arquitectura tradicional encontrarás interesantes ejemplos en esta localidad; seguro que encontrarás a algún vecino que quiera mostrarte el interior de alguna de las viejas casas aún en pie. En abril y mayo podrás ver cómo se realiza el carboneo.
Peñacoba es una pequeña población ubicada a más de mil metros de altitud y situada en el Espacio Natural de La Yecla - Los Sabinares del Arlanza, un espacio protegido caracterizado geológicamente por sus cortados calizos, formaciones kársticas y sinclinales colgados. Las peñas que se observan desde el pueblo y que el viajero deja a su izquierda camino de Huerta de Rey son buenos ejemplos. Aquí abunda la encina pero sobre todo, acompañando a los cultivos, la sabina. Este árbol está asociado a terrenos pobres y climas duros, por lo que su pervivencia centenaria, de hecho se trata de uno de los mayores sabinares relictos de Europa, da buena cuenta del entono en el que nos movemos y también del carácter esforzado de sus primeros pobladores. Son comunes en este espacio el buitre leonado, el alimoche y el águila perdicera.
En el siglo XI Peñacoba era punto intermedio en el camino natural entre el monasterio de Silos y el castillo o torre, hoy desaparecido, de Huerta de Rey. Peñacoba y sus tierras pertenecieron al Cid. En 1076 Rodrigo y su mujer, doña, Jimena donaron la aldea al Monasterio de Silos.
La historia de Silos es la historia de Castilla: aunque Almanzor, a finales del siglo X, provocó grandes destrozos, tuvo un enorme esplendor entre los siglos XI-XIII, gracias a su impulsor Santo Domingo quien, alrededor del año 1000, reedificó el monasterio, convirtiéndose en un gran centro espiritual, cultural y artístico. La abadía de Santo Domingo de Silos está ligada a la historia del Cid, ya que en vida Rodrigo y su esposa Jimena donaron algunas de sus heredades al monasterio, cuyo claustro, en el año 1081, año en que el Cid fue desterrado, aún se estaba construyendo.
Silos es una pequeña localidad castellana con numerosos servicios turísticos, y constituye un buen sitio para descansar y comer una de sus especialidades gastronómicas: el cabrito asado. Casi todo el pueblo gravita alrededor del monasterio, en el que pueden visitarse algunas de sus espacios más importantes, como su prodigioso claustro románico o su museo de arte religioso. Un paseo por el pueblos nos deparará aún otras sorpresas: casas tradicionales y caserones nobiliarios, la muralla urbana, o la iglesia de San Pedro, junto al monasterio.
Muy cerca de Santo Domingo de Silos, a pocos kilómetros por la carretera en dirección a Hinojar de Cervera, está el paraje natural conocido como La Yecla, una profunda y estrecha garganta excavada en la caliza por la que el visitante puede adentrarse a través de una serie de pasarelas colgantes que alternan las marmitas de gigante y las cascadas.
No puedes irte de Silos sin visitar su excepcional claustro románico, en uno de cuyos capiteles puede verse una mesnada medieval que refleja con bastante precisión las vestiduras para la guerra en tiempos del Cid.
Los servicios religiosos de los monjes ofrecen la posibilidad de escuchar a los viajeros el canto gregoriano, canto de origen medieval de sentida espiritualidad que, de un modo involuntario, llevó a los monjes a adquirir fama mundial durante los años ochenta.
La historia de Retuerta está muy ligada a su vecina, la otrora poderosa Covarrubias. Tras la invasión árabe en el siglo VIII la zona sufrió un fuerte despoblamiento, sus habitantes huyeron o bien se refugiaron en cuevas. Esta situación remitiría con el avance de los reinos cristianos y la creación del Condado de Castilla hasta cristalizar en la fundación del Infantado de Covarrubias en el año 978. Este fue instituido por Garcí Fernández, hijo del conde Fernán González, donando a su hija Urraca un importante señorío, entre cuyas villas se hallaba la de Retuerta.
Retuerta es un pequeño pueblo situado en el valle del Arlanza que posee un gran valor etnográfico, ya que la amenaza de ser inundado por un pantano que nunca se construyó posibilitó que buena parte de sus casas antiguas permanecieran sin reformar. Hoy sus callejuelas de adobe y madera son un escenario perfecto para recordar cómo se construía antiguamente. Posee también un rollo jurisdiccional a la entrada del pueblo.
Además, es uno de los pocos pueblos en los que se conserva la práctica del carboneo sin fines turísticos.
Si te interesa la etnografía y la arquitectura tradicional encontrarás interesantes ejemplos en esta localidad; seguro que encontrarás a algún vecino que quiera mostrarte el interior de alguna de las viejas casas aún en pie. En abril y mayo podrás ver cómo se realiza el carboneo.
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