Camino del Término a Ermita de la Esperanza

Históricamente, los límites de los términos municipales, como límites de polígonos catastrales, eran identificados por caminos públicos que se empleaban para dar servicio y acceso a las fincas colindantes. Con el paso de los años y, sobretodo, con el cambio en las labores agrícolas, muchos de ellos han llegado a perderse en el olvido.

Si bien no es posible identificar actualmente las trazas sobre el terreno de algunos de ellos, en el término municipal de Cabra todavía existen unos pocos supervivientes de los tradicionales caminos de término. Tal es el caso del que nos ocupa en esta ruta.

Situado entre los términos municipales de Cabra y Monturque, hayamos un camino público de escaso tránsito y que es fácil de confundir con una simple rodada entre las calles de un extenso olivar. Sin embargo, se trata de un antiguo camino que, además de servir de referencia para delimitar el término municipal, sirve para comunicar la población de Monturque con el paraje de la antigua Ermita de la Esperanza, situada en Cabra.

Llama la atención de este recorrido la rectitud de su trazado, sin apenas intersecciones de otros caminos y paralelo, en algunos tramos, y perpendicular en otros, a cursos de agua estacionales que evacuan las precipitaciones que descargan sobre los olivos aledaños.

En un paisaje dominado por terrenos alomados de baja pendiente y tierras con altos contenidos ferruginosos, a juzgar por los tonos rojizos que las identifican, sólo las encinas solitarias y los cortijos que se atisban en el horizonte rompen la monotonía del mar de olivos que se abre hacia las sierras subbéticas. Algunos de estos cortijos, como el cortijo Zamora, son una muestra clara y emblemática de la arquitectura tradicional del campo cordobés.

Como punto y final a nuestra ruta, llegaremos al paraje de la Ermita de la Esperanza, que aunque actualmente desaparecida, dejó en el tiempo la imborrable impronta de su edificio y, lo que es más importante, la importante labor que cubrió durante muchos años para los hombres y mujeres rurales, como punto de encuentro, cultural y religioso.