Camiño do Mar, etapa 06. O Vicedo, Ladrido.

‼️👀Escasean las flechas amarillas y hay muchos kilómetros en los que no vemos ninguna, crea confusión y nos hace dar más de una vuelta y a veces perdernos, por lo cual, y como sabemos que el trazado del Camiño do Mar coincide en gran parte de su recorrido con la “Senda Natural de la Ruta del Cantábrico”, que está muy bien señalizado con hitos y postes de color rojo, decidimos seguirlo casi en todas nuestras etapas👀‼️

Iniciamos la etapa con lluvia, un chiribiri ligero pero que empapa, lo que nos hace llevar chubasquero todo el día, tiempo magnífico para caminar..!!
A nuestra derecha la ría del Barqueiro, flanqueada en la orilla opuesta por la península que forma el cabo de Estaca de Bares.

Seguimos hasta bajar a la Playa de Arealonga. Recorremos la bonita playa con la marea baja y, casi al final, la abandonamos tomando una senda a la izquierda. Atravesamos un bosque de eucaliptos, desde el que salimos junto a los tres puentes que atraviesan la ría, y unen las provincias de Lugo y A Coruña, justo en la desembocadura del río Sor.

Por encima de nosotros, el nuevo puente de la carretera AC-862, y a nuestra altura el antiguo Puente del Barqueiro con sus arcos de hierro. Se construyó a finales del siglo XIX y es por el que vamos a cruzar. A nuestra izquierda queda el puente del ferrocarril.

A la salida del puente, vemos un monolito recordando a los republicanos que murieron en ese lugar durante la guerra civil. Iniciamos el ascenso y salimos a la carretera general. En pocos metros caminamos por la acera, desde donde podemos ver, el bonito puerto y su barrio de pescadores. Subimos a la parte alta de O Barqueiro.

Salimos del pueblo por una urbanización nueva y seguimos una pista asfaltada. En la bajada, pasamos junto a la ermita de Santa Rosa, donde tiene lugar su fiesta local y romería cada mes de agosto, precisamente estaban desmonatando todo.

Encontramos una gran zona de pinos, un pabellón deportivo y una hermosa playa con fuerte oleaje, donde hay una escuela de surf. Giramos hacia la izquierda, caminando sobre una pasarela que protege todo el sistema dunar en la desembocadura del río Esteiro.
En días de lluvia hay que tener cuidado al caminar por la pasarela, pues resbala mucho.

Cruzamos el río sobre un largo puente de madera. Una vez en la otra orilla, subimos hasta los acantilados que bordean la playa, la vista es espectacular, todo el lugar es de una gran belleza natural, salvaje. Un espacio protegido y único.

Caminamos al borde de los acantilados de Loiba, unas rocas escarpadas de gran altura que perfilan una costa de entrantes y salientes pronunciados ofreciéndonos unas panorámicas asombrosamente bellas. El espacio, a pesar de su aspecto salvaje, en algunas zonas está protegido por barandillas de madera y, en los salientes más pronunciados, hay colocados diversos bancos; uno de ellos, es el conocido en las redes como: ”El banco más bonito del mundo”. Realmente con unas vistas difíciles de olvidar.

Mas adelante, el camino se interna en un bosque de pinos resineros en plena explotación. Seguimos en ascenso y vemos, junto al camino, el indicador de la “Pena Furada”,en gallego o Peña Horadada, en castellano. Solo hay que desviarse unos metros, para contemplar esta original formación, producto de la erosión marina.

Atravesamos frondosos bosques de eucaliptos,

A la salida del bosque, pasamos por una pequeña aldea rodeada de prados con ganaderías. Más adelante llegamos a la playa de San Antón, para entrar, en Porto de Espasante, por la plaza de San Antón.
Continuamos hasta Ladrido donde termina nuestra etapa de hoy.

💛Buen Camino🙏