Camiño dos Faros. Etapa 6/8. Camariñas - Mugia

Esta etapa es la más larga del recorrido, la que más asfalto tiene y nos ha llevado hacerla aproximadamente diez horas, aunque nosotros nos hemos parado cerca de dos a comer con amigos del Camiño en una de las playas.

El principio de la etapa nos lleva por la Ensenada da Basa y la desembocadura del Río Grande. Increíbles los paisajes que tiene O Camiño dos Faros. Aguas tranquilas y calas paradisíacas con gran riqueza marisquera, sobre todo berberechos. Hemos visto trabajar a los mariscadores en marea baja, en medio de las bandadas de garcetas y otras aves.

Al llegar a la Playa de Ariño ya no podemos remontar más el río Grande por la orilla. Tendremos que salir a la carretera para cruzar Tasaraño, Dor, Allo y llegar a Ponte do Porto, donde atravesaremos todo el paseo fluvial en dirección a Cereixo. El Molino en obras no hemos podido verlo.
Desde allí, la etapa se endurece un poco hasta llegar a la Playa do Lago. Tenemos que hacer un tramo de carretera hasta desviarnos por un bosque en dirección a la Playa de Area Grande, a la que bajaremos para encontrarnos otra vez con la desembocadura del Río Grande. Cruzaremos toda la playa y subiremos por el pinar para llegar a la playa de Leís, que atravesaremos con mucho cuidado por un camino complicado entre las rocas para llegar al faro de la Playa de Lago, donde hemos comido y reído de todo, hasta de nuestro cansancio.
Salimos de la playa de Lago, y cojemos una pequeña senda a la derecha que nos acercará a Merexo y después a Os Muiños, con una playa bastante concurrida.

Desde Chorente la etapa nos lleva por el Bosque de Chorente y la punta del mismo nombre desde la que ya se ve Muxía, la novia del viento, a la que llegaremos después de atravesar las playas de Espiñeirido y A Cruz.

Pero la etapa no acaba aquí, nos queda 1 kilómetro en el que recorremos el paseo oriental de Muxía desde el monumento a los voluntarios hasta la playa de O Coido, zona cero del desastre del Prestige, el faro, la iglesia y las famosas piedras de formas originales sobre las que cuentan leyendas que dan misterio a esta Villa marinera desde el comienzo de su historia.

Nosotros, buscando esa magia del lugar, hemos ido ya de noche. El faro cumpliendo con su trabajo nos ha orientado, y las piedras imponen y el mar imponen. También puede uno llegar al anochecer y ver una de las puestas de sol más bonitas de toda la Costa da Morte.