Camiño dos Faros. Etapa 7/8. Mugia - Nemiña

Hoy nos sentimos ya algo cansados y eso nos hace seguir distinto ritmo en la etapa. La mayor parte la he hecho sola y ha sido otra manera de disfrutar el Camiño.

Esta penúltima etapa es de las más duras, sobre todo el principio, con diez kilómetros desde Lourido a Moreira de continuas subidas y bajadas.
No hay un solo sitio donde parar a tomar nada, por lo que es importante llevar agua y viandas suficientes.
Salimos de Muxía por O Coido y cruzamos la playa de Lourido hasta el Coido da Agra, desde donde se inicia el ascenso al Monte Cachelmo (750 metros de ascenso desde 0 a 150 metros, pendiente media 23%). Allí, en el monte Cachelmo hay unas espectaculares vistas de Muxía con el Vilán al fondo, y de Punta Buitra con Touriñán.

Desde allí comienza un descenso rompepiernas que nos lleva a la playa de Arnela, desde donde subiremos a la pista que nos acerca al final de Punta Buitra y a la cima del monte del mismo nombre, desde la que se ve la panorámica del resto de la etapa, con Cuño, O Pedrouzo, Moreira y toda la península que forma Cabo Touriñán.

Desde Cuño comienza el ascenso a los 264 metros del Monte Pedrouzo (2 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 13%). Al llegar arriba y después de otro merecido descanso iniciamos el descenso a la Playa de Moreira que también es muy técnico, con suelo irregular y pendiente media en algunos tramos del 25%.

Una vez llegado a la Playa de Moreira, la etapa se suaviza en esta segunda parte. Desde Moreira una pista de tierra nos acerca hacia Touriñán, donde llegaremos por la parte derecha a Faro Touriñán, punto más occidental del Camiño dos Faros y, durante muchos días al año, lugar donde se pone el último sol de Europa.

En la última parte de la etapa pasaremos por la Insua y el Coído de Touriñán para llegar al Mirador. Allí parte una carretera que nos acercará, pasando por la aldea de Talón, a la Playa de Nemiña, final de esta penúltima etapa.

Ha merecido la pena el esfuerzo, todos contentos hemos brindado con otros caminantes ya amigos, como Víctor y Ana, que nos nombran en su divertido diario. Uno de los días de más risas que hemos tenido. Verdaderamente entrañable.