Camino Finisterre - Etapa 3: (Olveiroa - Cee)

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Hemos llegado al ecuador de nuestra aventura por tierras gallegas y en esta etapa, por fin, divisamos el océano atlántico.

En cuanto dejamos atrás el pueblo de Olveiroa, cruzamos un puente sobre un riachuelo y continuamos la marcha bordeando desde las alturas el embalse que recibe el nombre de Ponte Olveiroa.

Tras 2,7 km de marcha cruzaremos un nuevo puente, que dará inicio a una suave pendiente de aproximadamente 4 km. Durante este recorrido, pasaremos por la aldea de O Logoso, donde un bello Hórreo, abrazado por la vegetación del entorno, nos da la bienvenida. Seguimos nuestro camino por senda boscosa hasta llegar al Punto de Información del Peregrino, en cuya fachada podemos encontrar un mapa e información del Camino.

A partir de este punto, caminaremos por asfalto y carretera. Hemos de prestar especial atención a las indicaciones, ya que en un km aproximadamente desde el Punto de Información del Peregrino, encontramos los mojones que nos indican los dos caminos a seguir, desviándose a la derecha si el destino escogido es Muxía, o a la izquierda si queremos dirigirnos a Finisterre. Nosotros escogimos esta segunda opción, aunque por el camino encontramos a peregrinos que pese a finalizar su recorrido en Finisterre, pasaban previamente por Muxía.

Todavía nos quedarán 600 m desde el desvío para regresar a senda e introducirnos de nuevo en plena naturaleza, aunque ya no volveremos a pisar asfalto hasta nuestra llegada a Cee.

Transcurridos 8,6 km desde el inicio toparemos con un cruce de caminos, en el que seguimos recto. 2km más adelante llegamos a la Capilla de Nuestra Señora de las Nieves, una capilla que aparece como un regalo en medio de “la nada”. Hicimos una parada para coger fuerzas en la pequeña zona de descanso que hay junto a la Capilla y dejamos una dedicatoria en el libro de visitas que está a disposición de todos los visitantes. Pero esta no será la última capilla que veamos en esta etapa, ya que en 4km encontramos la Fuente y Capilla de San Pedro Martir.

Seguimos la pista, envueltos por la vegetación y la pureza de la zona, y en escasos metros observamos por primera vez desde que comenzamos el camino, el Océano Atlántico. Una mezcla de sentimientos se entrelazan, los de alegría por descubrir nuevas zonas y estar cerca de nuestro objetivo, y la pena de saber que ya nos queda poco para finalizar nuestro Camino hacia el Fin del Mundo conocido.

Tan solo 3 kilómetros y medio nos quedan para llegar a Cee y concluir la tercera jornada.

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