Camino Francés E 21 Castrogeriz - Frómista

Camino Francés. Etapa 21 Castrojeriz a Fromista. 26k 6,3h.
A las 7,30am, me pongo de nuevo en marcha. Seguimos avanzando por largas pistas de tierra. No entiendo como hay gente lela que se salta la meseta en bus desde Burgos a León. La soledad, el silencio y los campos infinitos es la tónica de estas etapas.
Nada más salir de Castrojeriz y pasar por un puente sobre el río Odra, comienza la subida al Alto de Mostelares, la subida con un desnivel del 12% y la bajada del 18%, esta parece un tobogán. Y esto en los primeros 3km, el desayuno se te baja total a los pies. La vista es increíble: la meseta se extiende sin fin frente a mí.
Llego a la Ermita de San Nicolás de Puente Fitero, donde gracias a una excelente restauración por parte de la Asociación Jacobea de Perugia, se ha instalado un pequeño albergue. Dormir dentro de una Iglesia, que gran sensación.
Atravieso por el Puente Fitero, el río Pisuerga, salgo de la provincia de Burgos para entrar en Palencia, la Tierra de Campos.
Atravieso la localidad de Itero de la Vega donde tomo un café.
Desde un Collado veo a lo lejos Boadilla del Camino, parece cercana y tardo casi una hora en llegar a la localidad, donde nos recibe un magnífico Rollo de Justicia del siglo XV y la espectacular Iglesia de la Asunción, cerrada. Tenía la confianza que estuviera abierta por ser la festividad de San Isidro Labrador.
Abandono Boadilla y enseguida alcanzo una gran obra civil del siglo XVIII, que se utilizaba tanto para el transporte como para regadío, el Canal de Castilla.
Este tramo de unos tres kilómetros es uno de los más agradables de toda esta parte de la meseta. Llego a la esclusa de Fromista donde cuatro saltos en cascada le dan un cariz muy fotogénico. En el albergue La Luz de Fromista me hospedo. Ya son las 14,20pm y me voy a comer al restaurante El Apóstol, está completo y me reservan para más tarde, aprovecho para asearme y volver. Una sopa de marisco con un entrecot y un café, por 12€ el menú, uno de los mejores en calidad y precio que he comido en estos días.
Y la joya del románico del siglo XI, San Martín donde tanto sus capiteles como los 315 canecillos de diversas temáticas, hacen de ella un icono del románico español y europeo, una gozada para los sentidos.
Y termino con una frase:
"Las personas olvidan lo que les dices. Las personas olvidan lo que les haces. Pero nunca olvidan cómo les haces sentir."